Cinco municipios riojanos que multiplican su población en verano

La primera villa turística de La Rioja se encuentra inmersa de nuevo en un multitudinario verano, en el que ha vuelto a multiplicar su población por 10. En la villa hay unas 800 viviendas de empadronados y el resto son segundas residencias. Teniendo en cuenta la ocupación de las viviendas –en algunas solo hay dos pero en otras cinco ocupantes–, 5.500 viviendas turísticas por una media de 3 o 4 personas, supone en torno a 20.000 visitantes. De esta manera, el vigésimo primer municipio por número de habitantes se convierte de pronto en la tercera ciudad riojana, solo por detrás de Logroño y Calahorra.

«Es verdad que no todos vienen a la vez –explica el alcalde de Ezcaray, Diego Bengoa–, excepto en Semana Santa. En julio y agosto se reparten un poco más, aunque en agosto hay más gente, sobre todo a partir del día de San Ignacio (31 de julio) hasta que terminan las fiestas de San Lorenzo en Ezcaray (hacia el 15 de agosto)».

Además, desde la pandemia se ha incrementado aún más el número de visitantes. «El que tiene casa no solo la aprovecha él, se la deja a toda la familia, así que vienen los padres 15 días, los hijos una semana, se la dejan a los primos... hay más movimiento», reconoce Bengoa. También de visitantes de día, en el que ayuda sobre todo el factor gastronómico. «Es una de las fortalezas para que Ezcaray esté lleno todo el año, eso nos desestacionaliza».

Pero también llegan turistas a disfrutar del monte, del privilegiado entorno de la Sierra de la Demanda. «El turismo de día se está notando bastante. Contamos con rutas muy famosas como la de los siete puentes, en la que se han arreglado el último puente y las barandillas, ahora está en perfecto estado de revista para todo aquel que quiera disfrutarla».

A pesar de que Ezcaray 'entrena' todo el año para la llegada del verano gracias a su gran afluencia los fines de semana, sí que supone un incremento en el esfuerzo para atender a una población que se multiplica por diez. En verano se contrata algún empleado más, uno para la limpieza de la localidad, hay seis en la piscina y 40 empleados municipales durante todo el año. «Y como nos hacemos nosotros los servicios de jardinería y limpieza, hemos cogido una dinámica que nos permite funcionar bastante bien». Sin embargo, Bengoa admite que en ocasiones sí había contratiempos. «Es verdad que en verano a veces no se utilizan del todo bien los recursos, por ejemplo contenedores. Siempre hay gente que deja algo fuera. O los voluminosos, que hay que dejarlos el domingo por la noche y te los dejan cualquier día. Cuando no se utilizan correctamente los medios a disposición del ciudadano, generan algún problema o queja. Pero, por lo general, se gestiona bien. También se incrementa la frecuencia de recogida de basuras. Por cierto, somos el pueblo que más vidrio recicla por habitante, dicho por Ecovidrio», destaca. Y es que Ezcaray cuenta con más de 40 bares y restaurantes, algo que se nota.

«También intentamos organizar actividades estos meses para que la gente esté entretenida, como el cine de verano. Hemos trasladado este año el festival 'Ezcaray Fest' a finales de verano para intentar alargarlo, y ha ido muy bien porque no hay alojamientos disponibles para ese fin de semana en Ezcaray», manifiesta.

El objetivo para Bengoa es claro: «Que el que venga aquí esté a gusto y que no se generen problemas por excesivo turismo para la gente del pueblo, que yo aún no lo veo. El principal problema es el aparcamiento y estamos trabajando para poder habilitar uno en Semana Santa».

El centro de Salud de la localidad también tiene que hacer frente a este incremento. «La situación es buena», explica Ana Bas, médico de familia del centro. «Lo que pasa es que estamos los mismos médicos que en enero, pero la población no es la misma. Hay días que estamos dos médicos, pero como pasa en el resto de La Rioja. Nos apañamos bien». Pero la gente, señaló, tiene que entender que es un centro rural: «La mayoría es muy educada, pero hay de todo. Y la carga de trabajo es elevadísima, porque no dejamos de hacer guardias. Estamos todos los días de 15 horas a 8 de la mañana, además de las consultas, que son de las 8 de la mañana hasta las 15 de la tarde».

Y es que ella lleva además cuatro pueblos: Santurde, Santurdejo, Pazuengos y Ezcaray. Otro compañero va a Zorraquín, Valgañón y Ezcaray y un tercero Ojacastro y Ezcaray. «Siempre hay un médico en el centro de salud pero nos vamos moviendo». Y es que hay muchísima gente adicional en todas las localidades. «Se atiende a muchísima gente, pero los vecinos de Ezcaray ya lo saben y acuden cuando lo necesitan de verdad –agradece–. Pero nos faltaría gente, como en el resto de La Rioja, para estar más desahogados».

Este municipio riojalteño, de 1.062 habitantes en 2023 según el Instituto Nacional de Estadística (INE), ve multiplicada su población durante los meses de verano por ocho, llegando a los 8.000 habitantes que proceden en su mayoría del País Vasco, muy por encima del resto de comunidades y con Vizcaya como líder, aunque también de Cataluña y Madrid.

«Normalmente llega más población los fines de semana y también en el mes de julio, pero sobre todo en agosto», según explica Félix Caperos, alcalde de Casalarreina. Para adaptarse a estas circunstancias, el pueblo se prepara para ofrecer sus servicios a ese incremento de la población durante los días de verano: «Hemos dimensionado nuestro depósito de agua, también hemos incrementado los servicios municipales durante los meses de verano, contratando más personal de limpieza», asegura el primer edil al detallar algunas de las medidas tomadas desde el Ayuntamiento.

Además de los servicios, se incrementa el número de actividades, especialmente para los más pequeños, pero que abarcan un gran espectro de edades y que cuentan con una gran acogida entre el público.

Entre esas actividades, Caperos destaca el cine o los cuentacuentos, aunque también los eventos culturales como el Festival de Música Antigua, que «durante cinco días convierte Casalarreina en la capital de la música antigua con los mejores grupos y actuaciones que complementamos con las escenas más importantes del pueblo». Pero también se puede disfrutar de actividades deportivas, lúdicas, exposiciones de pintura, teatros, etc. Los eventos cuentan con una gran participación, asegura el alcalde, y se intenta atender a un gran abanico de edades para que todos tengan oportunidades para disfrutar durante todos los días de verano.

La localidad riojana de Alesanco, situada a medio camino entre Nájera y Santo Domingo, puede presumir de ser uno de los pueblos más vivos de la comarca. En él, según el INE de 2023, están empadronados 474 vecinos. No obstante, en verano, especialmente en julio, esa cifra se multiplica hasta llegar a los 4.000 residentes.

La mayoría de ellos proceden del País Vasco. Destacan los que vienen de Vitoria, descendientes de antiguos emigrantes, pero, sobre todo, los guipuzcoanos. Por ejemplo, la familia de Valentín y Blanca. Naturales de San Sebastián, la pareja y sus dos hijos veranean en Alesanco desde el año 2009, cuando adquirieron una vivienda gracias a las numerosas promociones inmobiliarias que se desarrollaron por aquel entonces en este lugar.

«Solemos venir tres semanas en julio todos los veranos, coincidiendo con las fiestas patronales, que son esta semana, e incluso algún finde suelto el resto del año», explican ambos. Sin tener ninguna vinculación previa con el municipio, lo escogieron por cercanía mientras buscaban una segunda residencia en La Rioja. «Estamos muy cómodos y, nuestros hijos, que ya pasan la veintena, han hecho aquí su propia cuadrilla y disfrutan en grande», añaden satisfechos.

En cuanto a los nativos, el 'boom' vasco ha supuesto una bendición. A Mariví, que vive en Alesanco desde siempre, le ha servido para sacarle provecho a uno de sus pisos. «Lo tenía vacío y, de repente, hace 20 años, comencé a alquilarlo verano sí y verano también», cuenta esta vecina. Para ella, el turismo es un gran invento. «Da gusto ver el pueblo con tanta vida», manifiesta.

Otros de los grandes beneficiados han sido los hosteleros. En Alesanco funcionan seis bares, cifra realmente sorprendente. Isabel es la dueña de la céntrica cafetería Leonor y, a lo largo del estío, tiene que contratar a cinco camareros más. «El mes de julio es buenísimo, no paramos de servir bebidas y dar cenas; yo diría que el 60% de la clientela es vasca durante esta época», afirma la joven emprendedora.

Vista la coyuntura, desde el Ayuntamiento ya tienen controlada la situación para resolver tanta demanda. «Cada verano contratamos a cuatro personas más; un jardinero, un barrendero, un administrativo y otra persona de servicios sociales», dice León Ángel, alcalde de Alesanco.

Para él, a pesar de una mayor necesidad de limpieza y seguridad, esta tendencia es positiva. «Aquí recibimos a todos con una sonrisa», sentencia el regidor.

Torrecilla en Cameros es una de esas localidades que, pese a los evidentes problemas de despoblación que sufre una zona tan castigada como la sierra riojana, ha sabido ofrecer siempre respuestas para resultar atractiva a descendientes y visitantes. Es en verano cuando más se siente ese potencial, que lleva al municipio a multiplicar por ocho sus habitantes, pasando de 434 a entre 3.500 y 4.000.

No son San Marcos, en abril, o la Virgen de Tómalos, en septiembre, las fechas festivas que más visitantes atraen. En agosto, al calor de la Fiesta de la Solidaridad, es cuando Torrecilla se llena de bote en bote. Y eso provoca «cambios sustanciales» en el municipio, como reconoce su alcalde, el socialista Sergio Martínez Astola. «Históricamente hemos vivido estas fluctuaciones. Antes era con la llegada masiva de los hijos del pueblo, ahora además con muchas personas que no tienen nada que ver con el municipio pero que se han visto atraídos por nuestro enclave natural, el entorno, las actividades...», reflexiona.

El aumento poblacional obliga a reforzar y cuidar la administración local. «Aumentamos la plantilla con la apertura de las piscinas municipales, se refuerza la limpieza, se abre la ludoteca...», explica.

Y, por supuesto, también se piden más contenedores y refuerzos en el servicio de basuras. «El balance es positivo porque ayuda a mantener los negocios y la vida del pueblo», recalca Martínez Astola.

Se gasta («las piscinas son deficitarias, pero necesarias», indica) pero también se ingresa ya sea por el IBI o por el consumo en la localidad. Es un esfuerzo que realiza Torrecilla y otros muchos municipios de manera casi unilateral. «A la hora de solicitar subvenciones no se tiene en cuenta esa realidad y creo que tendrían que plantearlo porque, como en todos los pueblos, consideramos que la financiación es escasa», añade.

Gracias a ese impulso inversor, con ejemplos como la ludoteca, se ha logrado que aquellas familias cuyos miembros pueden teletrabajar o que habitualmente residen en Logroño puedan disfrutar de larguísimas vacaciones. «Nuestra ludoteca abre en Navidad, Semana Santa y del 1 de julio hasta el 31 de agosto. Tenemos 50 inscritos», dice Martínez Astola, mientras que al colegio, en invierno, van 14 chavales.

También hay iniciativas como el campus de fútbol que en agosto organizarán Vida por Vida y el Ayuntamiento y que reunirá a medio centenar de chavales. «El cambio sociológico en Torrecilla es tremendo», recalca. Hasta que pasan las fiestas y vuelve el silencio y la calma. «Es un fenómeno asumido. Se vacía el pueblo, pero Torrecilla mantiene su encanto y su calidad de vida tras el verano», concluye.

La despoblación ha sido y es uno de los principales problemas de Cervera del Río Alhama. Según el INE, en 2023 sus seis núcleos urbanos sumaban 2.262 habitantes. Esta marcha de lugareños provoca el regreso masivo en momentos puntuales como son las fechas de Todos los Santos, Semana Santa, Navidad y verano. En la época estival coinciden además las fiestas patronales, un aliciente para los oriundos que fielmente vuelven cada año y para los nuevos residentes vascos que tienen aquí su segunda vivienda.

«Siempre se ha dicho que en julio y agosto se triplica la población en Cervera», comenta su alcalde, Álvaro Forcada.

El Consistorio refuerza los servicios con la contratación de dos empleados extra para la brigada de obras en el segundo semestre del año y pone algunos contenedores más para recoger basura.

Los días de fiestas se notan más aglomeraciones y en el Ayuntamiento son momentos en los que aumentan las consultas y los trámites. Se debe compaginar las vacaciones de los empleados con el mayor movimiento de usuarios en las oficinas. Las dificultades para aparcar son otros inconvenientes que se producen, sobre todo en festivos que se suceden en todo el municipio hasta septiembre.

En sus barrios o pedanías (Rincón de Olivedo, Cabretón, que llega a sufrir restricciones de agua, Valverde, Valdegutur y Ventas del Baño, también con problemas de agua aunque en menor medida) se produce también este fenómeno de aumento poblacional: «Sin las piscinas, que tenemos en Cervera, Rincón de Olivedo, Cabretón y Valverde, habría menos afluencia de gente. Son el centro social del verano», dice Forcada. El mercadillo es otro atractivo (en Cervera los viernes). A nivel turístico, la apertura del Balneario de La Albotea y del Hotel-Boutique aumenta la oferta de alojamiento. Y en lo deportivo, el municipio se ha dotado de diferentes instalaciones.