La cifra de casos de acoso a profesores vuelve a parámetros «normales»

Así lo explicó este miércoles el responsable de este servicio, Andrés Toledo, quien sin embargo, alertó de que este dato es «sólo la punta del iceberg» porque, para cuando los profesionales recurren a la figura del defensor es porque «ya han agotado todas las medidas» y «no saben a quién acudir».

La buena noticia es que ninguno de las intervenciones realizadas obedecía a agresiones físicas. Eso sí, Toledo advirtió de que se está produciendo «un cambio del tipo de acoso» Es lo que denominó como «acoso sutil, que está sumergido». Y el peligro, aseveró, es que este tipo de violencia «se normalice». En este sentido, el defensor del docente puso como ejemplo los mensajes en la plataforma educativa Racima, la constante petición de explicaciones y enviar correos a compañeros del profesor o a la dirección del centro en el que desarrolla su trabajo.

De los once casos que llegaron al servicio, el 55% estuvo generado por «conflictos surgidos entre los propios compañeros docentes o con la administración». Sin embargo, «no se detectaron aperturas de expedientes disciplinarios». Los conflictos causados por familias de alumnos supusieron «el 27% de los casos, los más frecuentes por las calificaciones, las falsas acusaciones y las denuncias en el centro o ante la Inspección Educativa». Y los originados por alumnos representaron «el 18%», en su mayoría» provocados por «las faltas de respeto, el acoso y las falsas acusaciones».

Por etapas formativas, Educación Primaria fue la que más casos aglutinó porque «es donde hay más volumen de alumnado y profesorado, y se pueden generar conflictos, lo que no quita algún caso aislado en Formación Profesional»

Toledo recordó que el defensor del docente es un servicio que ANPE ofrece «de forma gratuita a cualquier docente de niveles no universitarios, con independencia de que esté o no afiliado, tanto de la escuela pública como de la concertada», de la que procedió uno de los once casos atendidos el curso pasado.