La atípica cosecha 2022 avanza hacia su tramo final, con unas uvas que están entrando con un aspecto de exposición, sin apenas descartes por la fantástica sanidad, y con algunas conclusiones que se pueden ir sacando: buena añada para los blancos, mejor para las ... variedades de ciclo largo, como garnacha y graciano, e irregularidad en tempranillos, con viñas muy tempranas frente a algunas que siguen esperando maduración fenólica y, en zonas incluso, grado alcohólico. Lo que todos tienen claro es que el trabajo este año no termina en el campo, sino que seguirá en bodega para corregir la baja acidez, entre otras cosas. No será una añada excelente, pero tampoco tiene por qué ser mala. El Consejo Regulador ha cerrado la vendimia por localidades –se puede seguir vendimiando pero con permiso expreso– en toda La Rioja Oriental y en la media hasta San Asensio, incluso en alguna localidad alavesa como Moreda o Baños de Ebro.
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Jesús Bermejo, enólogo de Señorío de Líbano, en Sajazarra, en la zona más tardía de Rioja (los Obarenes), empezó a cortar uvas por San Mateo y aún tiene 80.000 kilos en campo: «La semana pasada fue fantástica y parece que la próxima también lo será por lo que vamos a esperar un poco». «La vendimia para nosotros –continúa– va a la carta porque podemos elegir parcela por parcela, aunque atípica porque hemos cogido gracianos, con casi 15 grados que nunca se alcanzan aquí, incluso a la vez que tempranillos y garnachas». Bermejo, en todo caso, considera que «queda mucho por hacer en bodega porque la uva, aunque ha madurado muy bien en la última semana, viene desequilibrada en acidez, pH y hay que estar muy encima de las fermentaciones». En Haro, Agustín Santolaya (Bodegas Roda), también está relativamente contento y sigue vendimiando: «No será excelente, pero creo que se van a poder hacer buenos vinos». «La uva –continúa– está para sacar fotografías de aspecto y es cierto que le falta un poco de estructura y polifenoles, aunque creo que podrá haber vinos de alta calidad, algo más ligeros pero también es una demanda actual del mercado».
Santolaya comparte también que es muy buena añada para los gracianos y recuerda que cosechas, como 1997 ó 1999, que «en principio no parecían para vinos de larga guarda, luego han dado muy bien la cara».
Un poco más al sur de Haro, en Baños de Rioja, Eduardo Hernáiz está ahora a tope en Finca la Emperatriz: «Hace dos semanas tenía más dudas, pero la pasada, con el contraste término de día y noche, ha ayudado a los tempranillos a madurar muy bien, con acompañamiento de la madurez fenólica». «Tenemos también viñedos en Cenicero y Fuenmayor, en la zona media de Rioja, y lo cierto es que estamos viendo mejor las cosas por esta zona alta».
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Hernáiz comparte con sus compañeros que la vendimia no termina este año en el campo, sino que «habrá que trabajar en bodega, especialmente la baja acidez que es la nota características pero insisto en que, para esta zona al menos, estoy bastante contento, ya que hace dos semanas tenía más dudas». Sobre los blancos, el bodeguero no se aventura: «Teníamos poca cantidad y prefiero esperar a ver cómo van las fermentaciones para tenerlo más claro».
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