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El 24 de julio del 2017, dos días después de haber celebrado su 17 cumpleaños, Samuel se fue a dar una vuelta con su bicicleta de montaña a Moral de la Reina, una pequeña localidad al norte de Valladolid. Allí echó la mañana con unos ... amigos, hasta que a última se marchó de vuelta a su pueblo, Tamariz de Campos, a apenas cuatro kilómetros de allá. No llegó.
A las 13.45 horas, un coche le arrolló en uno de los caminos que jalonan el trayecto, y de repente todo se apagó dentro de él. «No recuerdo nada, pasé varios días en coma, y de la noche a la mañana todo cambió bruscamente», rememora avanzando sobre la silla de ruedas que necesita desde entonces. Lo que sucedió en ese lapso que su cerebro no llegó a registrar por el fuerte impacto recibido es que tuvo que ser evacuado en helicóptero al Hospital Universitario Río Huerga de Valladolid, donde permaneció en la UCI en estado grave. La lesión medular que sufría le llevó luego hasta el centro especializado en tetrapléjicos en Toledo, donde inició una carrera de fondo para intentar recuperar parte de la movilidad. «Poco a poco y con mucho esfuerzo, mis músculos empezaron a despertarse», señala sin despegar la sonrisa de su cara pese al trauma que supuso el accidente.
«Me cambió la vida de manera radical», resume empezando por el deporte que tanto practicaba y se cortó de raíz. Pero no solo ese aspecto. «Me gustaba mucho el campo, adoraba la agricultura, allí tenía un futuro brillante», asegura ahora desde La Rioja, donde es uno de los usuarios del centro de recuperación de personas con discapacidad física (CRMF) del Imserso de Lardero.
Su vida dio un necesariamente un giro total y la imposibilidad de moverse como había hecho hasta aquel dramático día del accidente le descubrió un universo de trabas que ignoraba. «El mundo no está pensado para desplazarse con una silla de ruedas», lamenta sin que esas dificultades le arredren en un día a día marcado por sus estudios de Diseño Gráfico y muchas horas de fisioterapia para continuar ganando la partida a la fatalidad.
Y todo ello, sin dejar de lanzar un mensaje de concienciación para que su caso nunca vuelva a producirse en ningún camino, en ninguna parte, ni el las circunstancias más adversas . «El ciclista es más vulnerable y siempre tiene las de perder; hay que ser muy prudentes», afirma apelando a la conciencia tanto de ciclistas como de conductores.
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