«El cese de Garoña fue mi regalo de los 50»

Pero no es la única batalla que Concha Hernani deja atrás (y aún tiene por delante), fruto de su compromiso social y su ecologismo. «Me viene de fábrica, porque ya en el colegio era la delegada de clase». Y nos recuerda que precisamente hoy se cumplen 40 años del asesinato de la ecologista donostiarra Gladys del Estal durante una Jornada contra la Energía Nuclear en Tudela. Aquella fue la primera acción de riojanos en el ecologismo, aunque Hernani no llegaría al colectivo (entonces ERA) hasta cinco años después. Y ahí continúa, como presidenta de Ecologistas en Acción en La Rioja.

En este tiempo, la central de Garoña ha sido uno de sus grandes caballos de batalla pero también una de sus grandes alegrías cuando anunciaron el cese de su actividad. Fue en vísperas de su 50 cumpleaños y uno de sus mejores regalos. «Ahora solo queda que se desmantele de manera rápida y lo más segura posible, porque nos jugamos mucho, vivimos aguas abajo».

Son otros muchos los logros que jalonan su compromiso ecologista -«conseguimos que La Grajera fuera declarado parque; que el parque del Ebro tuviera esa zona inundable natural; la ampliación del bulevar de avenida de la Paz...»-, pero también muchas las cuentas pendientes. «No hemos conseguido paralizar la presa de Enciso, con un riesgo importante para la salud, y sobre todo nos queda la lucha contra el cambio climático, la gran asignatura trasversal», dice.

Además de logroñesa, Concha Hernani siente debilidad por su ciudad, a la que cambiaría no pocas cosas. «Pero lo primero y fundamental pasa por democratizarla y hacerla más participativa para que la gente se implique, lo demás vendría rodado». Sueña con un casco antiguo totalmente peatonal; con un Logroño más amable donde el peatón, la bicicleta y el transporte urbano marquen el paso. «Esta ciudad tendría que ser un modelo de movilidad, y a partir de ahí intentar que se respete el arbolado. La calidad del aire mejoraría considerablemente y, en consecuencia, nuestra salud». ¿Quién no quiere mejorar en calidad de vida?, se pregunta. Pero, ¿hasta qué punto estamos dispuestos a cambiar nuestro modelo de vida y de consumo?, nos pregunta a los demás.