Un centro al completo a la espera de solución

En cualquiera caso, para los representantes del Ministerio público en esta comunidad, esto no puede ser una solución continuada en el tiempo, dado que los menores ingresados en el centro de reforma necesitan el respaldo y cercanía de sus familias, «bien sea en un primer momento o posteriormente, así como la necesidad de trabajar con las familias a modo de terapia», señalan.

En la misma memoria, la Fiscalía vuelve a poner el foco en otra cuestión que cree preocupante: en La Rioja no es posible ejecutarse de manera estable una medida de convivencia con un grupo educativo o familiar, porque no existe ese recurso de forma independiente.

Si bien hay un grupo educativo, que fue posible después de que se hicieran una serie de obras para que en una de las alas pudiera desarrollarse, con entrada y salida independiente del centro, la alta ocupación frenó el inicio de proyecto de ejecución del grupo de convivencia. Y es que en la práctica su puesta en marcha está supeditada a que en el centro de reforma hubiera plazas vacantes.

¿Cuáles son las consecuencias? La imposibilidad de hacer efectivo este recurso supone que no se pueda efectuar el paso intermedio entre el internamiento en el centro de menores y la libertad vigilada y al final «genera períodos más largos en los menores de adaptación al medio abierto».

Todo ello, añade la Fiscalía, supone una merma de los recursos para superar los problemas de violencia intrafamiliar existentes en esta comunidad, «delito nuclear en la jurisdicción de menores y que genera un gran déficit a la hora de solucionar este aspecto al no dotar de la posibilidad real de ejecución de dicha medida en nuestra comunidad».