Como las abejas o las hormigas (las personas todavía no lo hemos logrado), juntos hacen la fuerza. Como granos de sal en un salero, los microcoches que participan en la concentración nacional se congregaron ayer en Logroño para realizar un periplo semanal por la geografía ... riojana. Y así, todos juntos, se dejaron ver y oír en Saturnino Ulargui en el momento de arrancar.
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Los Biscúter pegaron el tirón de manubrio y lanzaron un órdago a las carreteras riojanas, por donde circularán toda la semana. Ayer, en dirección a la carretera de Soria para descubrir pueblos y paisajes únicos entre montañas.
La concentración viene bendecida porque la anécdota ha sido para enmarcar y poner los pelos de punta. Los organizadores recibieron una llamada desde Alfaro. Un hombre solicitaba una escala en la localidad para que su padre, de 90 años, pudiera ver los Biscúter. Al parecer, el abuelo había tenido uno y estaba emocionado con la sola idea de poder contemplarlos nuevamente. Como la caravana no iba a pasar por allí le pidieron el favor a un participante de Barcelona que tiene uno de sus coches matriculados en Logroño, que si podía hacer una breve escala en el camino para hacer feliz al veterano alfareño.
Y así fue. Salida de ruta y paseo por Alfaro para mostrarle al buen hombre el modelo que un día tuvo su padre. Lo que nadie se podía imaginar es que se trataba del mismo coche y así lo hizo saber el veterano caballero al comprobar que se trataba de la misma matrícula, con lo que todo el mundo quedó perplejo y la emoción, ya desbocada, se desbordó un poquito más.
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