a marcha de los carmelitas de Calahorra, donde han permanecido desde hace más de cuatro siglos, fue inevitable en el mes de septiembre del pasado año. Entonces, únicamente cinco frailes residían en el convento y ese mismo mes cuatro de ellos fueron trasladados a distintos ... destinos. Poco después lo haría el último religioso, el padre prior, quien pasó a formar parte de la comunidad carmelita de Corella.
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El convento sin embargo no se quedó vacío. Y es que, en el último año un familiar de uno de los frailes ha estado residiendo en el inmueble, lo que en cierta medida ha ayudado a protegerlo de robos y ocupaciones.
Pero este familiar ya se ha despedido de los fieles del santuario, por lo que ahora la orden de los carmelitas estudia otras opciones para mantener con actividad el edificio.
Como en la mayoría de los conventos dos circunstancias hacían prácticamente inviable que la Orden del Carmelo Descalzo continuase con la presencia de religiosos en Calahorra. En primer lugar, por el envejecimiento de la mayoría de los frailes y la falta de relevo ante la ausencia de vocaciones. Y en segundo lugar, por el deterioro que presenta el convento en algunas zonas y cuya reparación requería de una inversión elevada.
De todos modos, a pesar de la marcha de los carmelitas de Calahorra, se mantiene el culto en el santuario de la virgen del Carmen. Es el antiguo prior de la congregación que había en Calahorra quien se desplaza todos los domingos desde Corella para oficiar misa.
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