Cáritas benefició a 6.795 riojanos el año pasado y destinó 471.279 euros a ayudas directas

¿Y qué dice entonces la estadística? Pues en palabras del director de Cáritas La Rioja, Fernando Beltrán, que «la intensidad de la exclusión ha aumentado» en estos dos años, ya que sólo el importe de las ayudas directas concedidas creció el 61% respecto a 2019. Y la situación a corto plazo empeorará. La incertidumbre «es total» y «los que más sufrirán son los que ya están sufriendo, las familias más vulnerables». En este sentido, Cáritas apela a la solidaridad de los riojanos a quienes recuerda que las ayudas públicas, en concreto el Ingreso Mínimo Vital (Gobierno de España) y la Renta de Ciudadanía (Ejecutivo de La Rioja) «son, sin duda, una importante ayuda para las personas en exclusión, pero solo satisfacen una parte de las carencias. Muchas personas siguen pidiendo apoyo a Cáritas para cubrir sus necesidades básicas».

Beltrán ha realizado estas declaraciones durante una rueda de prensa en la que se ha presentado el informe anual de la entidad. En la comparecencia ha estado presente el obispo Santos Montoya, quien ha subrayado «la tarea de caridad y bien que Cáritas, que es la Iglesia, ejerce al estilo de Jesucristo mirando a los necesitados en cualquiera de sus dimensiones». Asimimo ha estado presente la responsable del Área de Comunicación Cristiana de Bienes, María Morales de Setién, quien ha subrayado que los ingresos de Cáritas «actualmente no cubren los gastos» y «dsafortunadamente, la demanda de ayuda crece año a año» por lo que ha animado a los riojanos a ser generosos y colaborar económicamente con esta insttiución.

En este sentido Beltrán ha hecho hincapie en que, «como señala el informe FOESSA, nos encontramos ante una dura realidad: han empeorado las oportunidades laborales y sociales de miles de familias que ya estaban en situación de exclusión social». «Y tenemos que dar la batalla por ellos», ha enfatizado.

Además de las ayudas propiamente directas (326.290 de euros, de los que casi la mitad se ha destinado al pago de alquileres de vivienda), Cáritas consignó 488.187 euros a los proyectos de inclusión social y otros 144.738 euros a través del fondo de solidaridad: «Se trata de una ayuda mensual que se concede durante tres meses (ampliables a cinco) a personas en edad laboral y con ingresos inferiores a los marcados por el umbral de la pobreza», establecido en 535 euros al mes para un apersona y 1.124 euros para dos adultos y dos niños. Además de la cuantía mensual, Cáritas «acompaña» a los usuarios «en un proceso de orientación formativa y búsqueda de empleo».

En cualto al perfil de quienes recurren al auxilio de Cáritas, Beltrán ha afirmado que «la mitad de las personas atendidas en la acogida parroquial tienen entre 25 y 44 años (50%) y son mayoritariamente mujeres (67%)». Asimismo, el director de la entidad ha puesto el acento en los migrantes en situación administrativa irregular como uno de los colectivos más afectados por la crisis: «Durante la pandemia atendimos a muchas personas sin regularizar que trabajaban en la economía sumergida. La irregularidad supone una condena ya que, al margen del derecho a la asistencia sanitaria y a la educación de los niños, este colectivo de personas no puede acceder a un contrato de empleo ni recibir ayudas. Por ello, dedicamos un significativo montante económico a este grupo de personas».