Una cárcel presa de las agresiones

«Estas agresiones, por desgracia, no son las primeras ni van a ser las últimas», sostienen de forma contundente los sindicatos CC OO, CSIF, APFP y Acaip-UGT en un comunicado conjunto en el que condenan «enérgicamente» este nuevo suceso.

Estas situaciones de «riesgo innecesario» se producen por la «falta de personal y medios, cuestión conocida por parte de la dirección general de Instituciones Penitenciarias sin que hayan dado una solución», lamentan.

Las agresiones, según explican, también son consecuencia del perfil de internos que hay en el centro, buena parte de ellos derivados de las cárceles del País Vasco y Navarra, donde están transferidas las competencias penitenciarias y, por tanto, pueden decidir con qué internos se quedan en sus cárceles y cuáles les incomodan por su conflictividad. De hecho, desde Álava condujeron recientemente a Logroño a un miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

A ello se suma que la cárcel de Logroño, añaden los sindicatos, no reúne las condiciones materiales, arquitectónicas y de personal requeridas por la legislación penitenciaría para un adecuado tratamiento de dichos internos, además de ser considerada una prisión de tipo C, es decir, de bajo riesgo.

Por todo ello, reclaman que se reconozcan como agentes de la autoridad a los funcionarios de prisiones, que se traslade a los internos que protagonizaron las agresiones a centros más modernos y con mayor seguridad y que se tomen la medidas necesarias para que no se vuelva a repetir.