![Los carburantes provocaron el acelerón del IPC al cierre del año](https://s3.ppllstatics.com/larioja/www/multimedia/202001/26/media/cortadas/surtidor-kySE--624x385@La%20Rioja.jpg)
![Los carburantes provocaron el acelerón del IPC al cierre del año](https://s3.ppllstatics.com/larioja/www/multimedia/202001/26/media/cortadas/surtidor-kySE--624x385@La%20Rioja.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
La tasa de inflación riojana pisó el acelerador en diciembre pasado para cerrar el año en el 1% debido a la subida de los precios de los combustibles del 5,6%, tras dos meses consecutivos de descensos. El incremento del IPC general, en todo ... caso, pudo ser mayor de no ser por el abaratamiento de los productos energéticos durante la segunda mitad del año. Esta evolución, y por las mismas razones, fue similar a la registrada en el conjunto del país.
El indicador riojano comenzó el año en el 1,1% y repuntó hasta el 1,7% en abril, pero en mayo inició un descenso hasta quedarse en el 0,4% en octubre. En noviembre subió al 0,7% y en diciembre, al 1%. Una evolución que contrasta con la bajada de precios registrada en el 2018: en julio de ese año se computó el máximo anual, con el 2,3%, y, a partir de ahí comenzó una senda descendente para despedir el ejercicio en el 1,2%.
Pero, ¿es malo tener inflación? En principio, sí para los consumidores, porque con la misma cantidad de dinero de la que disponían antes del encarecimiento del coste de la vida pierden la capacidad de adquirir la misma cantidad de productos. Pero no para las empresas, porque el aumento de precios se traduce, de facto, en un incremento de los ingresos (salvo para las exportadoras, ya que les resta competitividad). ¿Y la deflación? Esto es, ¿tres periodos consecutivos con el IPC por debajo de cero? A priori parece que es positivo para ambos eslabones de la cadena, dado que los precios más baratos estimulan el consumo. Sin embargo, una inflación negativa también conlleva un riesgo: que los consumidores pospongan sus decisiones de compra a la espera de mayores bajadas de precios.
Los expertos y las instituciones financieras, entre ellas el Banco Central Europeo (BCE), tienen convenido que la tasa de inflación 'ideal' para la economía debe moverse en el entorno del 2%. Por tanto, La Rioja se encuentra en la actualidad a mitad de camino (1%) e incluso en nivel negativo en uno de los once grupos de bienes y servicios que distingue el INE, al margen de la alimentación. Se trata del conformado por vivienda (en régimen de alquiler), agua, electricidad y gas, que cerró el año pasado con una ratio de inflación del -0,5%, aun así, inferior a la registrada en la media del país, del -6,1%.
Los precios de las diez categorías restantes se encarecieron el año pasado. ¿Cuáles especialmente, superando el incremento medio nacional? Fueron seis: ocio y cultura (0,1%); restaurantes y hoteles (2%); bebidas alcohólicas y tabaco (0,4%); muebles, artículos y mantenimiento del hogar (0,6), comunicaciones (0,7) y 'otros bienes y servicios' (1,4). Por el contrario, ¿qué productos de la cesta de la compra riojana elevaron sus costes para las consumidores, pero en menor medida que el conjunto del país? Pues el transporte (4%), la sanidad (0,5%) y la enseñanza y el vestido y el calzado (ambos con el 0,9%).
Además de estos grandes grupos, Estadística ofrece un desglose más exhaustivo al que denomina 'rubricas', lo que permite afinar todavía más el análisis. Así se puede constatar que La Rioja fue la comunidad en la que con más intensidad subieron el año pasado 'los precios de la enseñanza secundaria (6,9%), de las prendas de vestir de mujer (2,7%) y de los medicamentos y el material terapéutico (2,6%). Sin embargo, lideró los abaratamientos de los textiles y accesorios del hogar (-3,7%), de las publicaciones de ocio (-2,7%), de las prendas de vestir de niños y de bebés (-1,8%) y del calzado infantil (-1,1%).
Por comunidades, Navarra registro los mayores encarecimientos de las prendas de vestir masculinas (1,6%), de los utensilios y herramientas del hogar (1,9%) y del transporte público (6,5%), aunque al menos se benefició del menor incremento de precios de turismo y hostelería (0,6%). Los servicios médicos se gravaron de forma especial en Cantabria (3,3%), los complementos y reparaciones de prendas de vestir en Extremadura (2,3%), los electrodomésticos en Madrid (2,2%) y la reparación del calzado en Asturias (9,3%). Por último, los vascos capearon el mayor incremento el coste de la educación universitaria (1,5%) y los castellanoleoneses, del transporte público interurbano (2,9%).
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.