Carabelas portuguesas atrapadas en el mar. D. V.

Las carabelas desembarcan en las playas del Cantábrico

Esta falsa medusa ha proliferado durante el verano en el País Vasco y Cantabria, destinos vacacionales de muchos riojanos

Sergio Martínez

Logroño

Martes, 15 de agosto 2023

Llevadas por el viento, con la vela anunciando su llegada por encima del horizonte del mar, las carabelas portuguesas han desembarcado este verano en la costa cantábrica, dejando varios afectados por sus picaduras y obligando incluso al cierre de algunas playas. Desde comienzos de julio, ... su presencia ha llevado a extremar las precauciones entre autoridades y bañistas en el País Vasco y Cantabria, destinos predilectos para muchos riojanos y que intensifican la llegada de turistas en pleno puente de agosto.

Publicidad

Aunque por su apariencia pueda parecerlo, no se trata de una medusa, sino de una colonia de zooides que trabajan de forma conjunta. La llamativa vela violeta y un flotador lleno de gas es lo que se ve de la carabela portuguesa, lo que alerta de su llegada asomando por encima del agua. El peligro está debajo, en una prolífica maraña de tentáculos que puede alcanzar varios metros de longitud y en la que se encuentra su mecanismo de autodefensa. Al entrar en contacto con otro organismo, como en este caso son los bañistas afectados por sus picaduras, desprenden sus filamentos, que se clavan en la piel e inyectan el veneno.

El ataque de la carabela portuguesa produce picores, sarpullidos, mareos, sudoración, espasmos musculares... Aunque la gran mayoría de los afectados han contado con síntomas leves, estas falsas medusas pueden desencadenar otros más graves y aumentan su riesgo en bebés y en personas vulnerables. Dentro de las medusas más comunes en la costa norte, la carabela portuguesa cuenta con la más alta peligrosidad, frente a la medusa común, que es de baja. Una de las afectadas este verano en San Sebastián, relataba cómo notó «electricidad por muchas zonas del cuerpo y un dolor que no se me pasaba», y es que el ataque de la carabela portuguesa le forzó a más de una semana de baja laboral, con reposo en su casa pasando los dolores.

Este contenido no puede visualizarse correctamente en este formato. Ver experiencia completa

Precisamente es el País Vasco la primera región en la que se alertó de la llegada de esta falsa medusa a las costas españolas. Las carabelas portuguesas han llegado guiadas por los vientos desde su habitual hábitat del Atlántico Norte, mientras que el aumento de la temperatura del mar Cantábrico ha contribuido también a favorecer su reproducción en estas costas. Es por ello que algunas de ellas son casi indetectables, con una vela de apenas 3 o 4 centímetros, frente a los 15 de tamaño de las adultas.

Desde los primeros días de julio, las alertas y afectados se están sucediendo en las costas más próximas a La Rioja, lo que obliga a todo visitante a informarse sobre la situación de cada playa y de los protocolos existentes. Actualmente, en San Sebastián, ante el avistamiento de 15 o menos ejemplares se ondeará la bandera amarilla y se dará un aviso de precaución, pero al pasar ese umbral, o en el caso de que algún bañista sufra la picadura y se detecten más individuos, la bandera roja establecerá la prohibición del baño.

Publicidad

Ya han sido varios los días en los que las playas del País Vasco han cerrado por la presencia amenazante de las carabelas portuguesas. La Concha, Hondarribia, Zarauz, La Arena, Baquio, Gorliz... Playas muy conocidas por los riojanos que en las últimas semanas han sufrido la llegada de las falsas medusas. Por ejemplo, el pasado jueves se retiraron en San Sebastián 170 ejemplares. Aunque en menor medida, Cantabria también sufre la misma problemática, con incidencias en populares localidades veraniegas como Castro Urdiales y Noja o en Santander. A comienzos de agosto, ya era medio centenar de personas las que habían sufrido el ataque de las carabelas portuguesas en las playas cántabras.

Esta situación ha provocado la alarma en las zonas afectadas, condicionando los planes de muchos bañistas, que extreman las precauciones. Pese a todo, la situación no es desconocida, ya que la visita de las carabelas portuguesas se ha dado en otras ocasiones, si bien no con tanta incidencia como en este verano. Un precedente similar se encuentra en 2010, con miles de ejemplares localizados en el litoral cantábrico.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad