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La joven logroñesa Andrea Terroba, graduada en Periodismo por la Universidad de Navarra, ha elaborado un trabajo de fin de Máster en Periodismo de Investigación, Datos y Visualización de la Universidad Internacional de La Rioja titulado 'Donde habita el cáncer femenino'. El reportaje ... de esta periodista de 24 años residente en Madrid concluye que «cada año en España mueren más de 6.000 mujeres a causa del cáncer de mama, un escenario que sitúa esta enfermedad como la más mortífera para la mujer». No obstante, ante semejante y rotunda cifra, también expone que anualmente se incrementa un 1,4% el número de pacientes que superan la enfermedad.
Andrea Terroba ha filtrado los datos aportados por médicos, enfermas y, sobre todo, el Instituto Nacional de Estadística por comunidades autónomas y provincias, «un proceso bastante largo y costoso», para establecer conclusiones cuando menos sorprendentes. Por ejemplo, «el cáncer de mama aparece más presente en el norte del país en 1995 y después se desplaza hacia el Oeste», pasando la mayor incidencia de Huesca a Soria y León en el 2015. En el caso del cáncer de ovario las cifras más altas han pasado en veinte años de Soria y Palencia a Orense. Y en el de útero, de Islas Baleares a Soria.
En lo que se refiere a La Rioja, en 1995 murieron 46 mujeres por ese tipo de tumor, con una incidencia de 16,98 casos por cada 50.000 personas, mientras que veinte años después, en el 2015, se redujo a 31 muertes y un índice del 9,79, porcentaje que convirtió a nuestra comunidad autónoma en la que menos muertes se produjeron debido al cáncer de mama en toda España.
Terroba pone el foco en los tipos de cáncer propios del género femenino y de los que se habla menos, como el de ovario y el de cuello de útero. En 1995 La Rioja contó con una de las cifras más altas de mortandad por el tumor de ovario, con 17 muertes, mientras que en el 2015 ostentó una de las más bajas, con 12. En cambio, con el cáncer de cuello de útero se incrementó desde las 4 muertes en 1995, una cifra en la media nacional, hasta las 7, uno de los números más altos del país.
«Influyen bastante los hábitos de vida, además del carácter hereditario, y cada vez es más determinante, por ejemplo, comer mucha carne roja», señala Andrea Terroba, quien también está concienciada de que «la prevención es uno de los puntos más importantes para que el paciente pueda sobrevivir o no».
En este sentido opina que «el cáncer de mama 'se lleva' más esfuerzos, también porque es el más mortífero, pero no he visto campañas sobre el cáncer de ovario, aunque también es más complicado de diagnosticar».
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