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Nada parecido a todo lo anterior. Ni en el drama ni en lo habitual de la era prepandémica. «La campaña ha sido especialmente intensa, no tanto en los picos, pero sí con una situación con las tres enfermedades a la vez –covid, gripe y virus ... respiratorio sincitial–, cuando antes desaparecía una y llegaba otra. Además, se dio muy pronto, porque era todavía octubre cuando empezamos ya a tener casos de gripe», destaca José Ignacio Aguado, director general de Salud Pública y Consumo.
«¿Que si se puede dar por finalizada la pandemia? Eso es la Organización Mundial de la Salud (OMS) la que debe decidirlo, pero lo que sí está claro es que no vivimos una situación ni siquiera parecida a la de fechas anteriores y que llevamos muchas semanas sin ingresos en la UCI y cada vez menos también en planta», resalta Aguado, que admite que «en estas últimas semanas la evolución, también acompañada por la mejora en el tiempo, ha sido muy favorable».
El futuro aún es una incógnita trufada de esperanzas. «El pensamiento que se tiene desde la parte científica es que el covid termine siendo estacional, como la gripe, pero para decir eso claramente aún necesitamos más datos», asegura el director general que, advierte, «el virus sigue ahí, hay cientos de sublinajes, lo que pasa es que la vigilancia es tan exhaustiva que ha sido una ganancia muy importante para el mundo de la Epidemiología».
Tras alabar la respuesta de la sociedad riojana al llamamiento a la vacunación de la gripe y del covid, reitera que «tenemos que seguir insistiendo en que todo lo que aprendimos, tenemos que seguir cumpliéndolo para poder convivir con estas enfermedades sin sobresaltos. Todos sabemos lo que funciona y lo que no, el lavado de manos, la mascarilla en algunos casos y la protección de los colectivos más vulnerables».
«Lo bueno que ha tenido la pandemia, por decirlo de algún modo, es que hemos aprendido mucho y hemos desarrollado los sistemas de vigilancia y más que se está haciendo», asevera, para mostrarse comprensivo ante el hecho de que es «inevitable que la gente haya perdido el miedo. Se ha soportado mucha fatiga pandémica, pero afortunadamente mucho de lo aprendido ha quedado en nosotros y la posibilidad de contagiarse es hoy muchísimo menor porque hay muchos menos casos y, además, la virulencia del virus se ha reducido también, afortunadamente».
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