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La pandemia dejó estampas nunca antes vistas en la comunidad. El Casco Antiguo de Logroño sin viandantes, la Gran Vía sin coches, el Hospital San Pedro sin camas disponibles y el Camino de Santiago sin peregrinos. Unas dolorosas imágenes que poco a poco se van disipando convirtiéndose en vagos recuerdos de una pandemia que zarandeó el mundo. Llegó la vacunación y, con ella, la vida tal y como la entendíamos hace ya dos años. Volvieron los turistas, los coches, los huecos en la UCI y los peregrinos. Unos peregrinos que han llenado los albergues municipales de la comunidad llegando a igualar las cifras de caminantes de antes del COVID-19.
Los datos son esperanzadores y la afluencia de peregrinos, nacionales e internacionales, es continua dentro de la comunidad. Muestra de ello son los 1.755 caminantes que pernoctaron durante el pasado mes de abril en el Albergue Municipal de Logroño. «Estas últimas semanas hemos llenado las camas del albergue casi a diario», asegura Francisco Javier Martínez Valencia, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de La Rioja. Aun con todo, esta cifra solo recoge los que pasaron la noche en el espacio municipal, sin llegar a contabilizar todos los peregrinos que durmieron en otro tipo de alojamientos y albergues.
1.755 peregrinos ocuparon las camas del Albergue Municipal de Logroño durante el pasado mes de abril.
El buen tiempo y las festividades de Semana Santa pueden ser algunas de las razones que justifiquen esta abultada cifra sin olvidar que estamos en año Xacobeo, el primero bienal de la historia. Y es que la pandemia y sus restricciones obligaron a que el Papa Francisco concediese una prórroga extendiendo esta festividad al 2022, algo que ha sido aprovechado por muchos caminantes tanto de dentro como de fuera de nuestras fronteras. Paul y Agnes, una pareja jubilada de Holanda, son un ejemplo de ello.
Animados por el clima, decidieron comenzar el Camino de Santiago desde Roncesvalles hace un par de semanas. «Llevábamos años queriendo hacerlo pero la pandemia nos obligó a atrasarlo hasta ahora», relata la mujer. Tanto ella como su esposo, con 60 y 65 años respectivamente, se ven con fuerzas y ánimos para completar el camino según tenían planificado: «Hacemos una media de 25-30 kilómetros al día y, de momento, estamos disfrutando mucho de los paisajes y de la gente de España. De lo único de los que nos podemos quejar es de las heridas en los pies, los kilómetros se van notando», comenta entre risas Paul.
Francisco Javier Martínez Valencia | Asociación Amigos del Camino de Santiago de La Rioja
La edad es solo un número, si no que se lo digan a Matilda y Jakob, dos pequeños de siete y cinco años, que junto a sus padres ya acumulan miles de pasos en dirección a Galicia. Pero aunque pueda parecer increíble, no es el primer Camino de esta familia procedente de Alemania. «Nuestro primer Camino fue en 2016 estando embarazada de nuestro hijo pequeño. Tuvimos una experiencia tan maravillosa que quisimos repetirla junto a Jakob pero el COVID-19 nos impidió hacerlo hasta ahora», relata Sara en un perfecto español.
Roberto Quemada | Responsable de la Oficina de Información al Peregrino
Sin prisa pero sin pausa, caminan una media de 15 a 20 kilómetros diarios en dirección a Santiago. Pero su camino no solo se queda para ellos sino que esta familia retransmite a través de un blog cada una de las etapas por las que van pasando dentro de España. En matildaundjacok.tumblr.com, Sara y Robert describen los kilómetros de viñas que han visto durante su paso por La Rioja, hablan de su agradable estancia en Navarrete o de su reconfortante día de descanso disfrutando de los vinos y los pinchos de Logroño en su cuaderno de bitácora particular en torno al Camino de Santiago. «Es una manera de que la abuela de los niños vea que estamos bien y, además, nos sirve de recuerdo para poder leerlo dentro de unos años», asegura Sara mientras da de un comer a Jakob, que va montado en su pequeña bicicleta.
Sara Walter | Peregrina
Sin duda la pandemia dejó vacíos los caminos de peregrinación durante dos largos años en los que La Rioja ha sufrido en sus carnes las consecuencias económicas de esto. Por fortuna, la situación epidemiológica mejoró en gran parte del globo terráqueo siendo Europa y América los dos continentes de procedencia de la gran mayoría de peregrinos. Así, el Albergue Municipal de Logroño contabilizó la entrada de 1.433 peregrinos europeos, de los cuales 786 eran españoles, y 647 americanos, 135 de ellos estadounidenses.
«Hemos notado un descenso considerable de peregrinos procedentes de países asiáticos como China, Japón o Corea», explica Roberto Quemada, responsable de la Oficina de Información al Peregrino en Logroño, a la vez que asegura que el perfil del caminante que llega a la región es de mayor edad que antes dada «su disponibilidad y al tener un mayor nivel adquisitivo».
Puede que el perfil del peregrino del Camino de Santiago haya variado un poco con respecto al 2019, lo que no han cambiado son las ganas de unos caminantes que ya empiezan a llenar las sendas de la comunidad llegando a «igualar los datos de antes del COVID.
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Sergio Martínez | Logroño
Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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