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LA RIOJA
Sábado, 9 de julio 2022, 02:00
El programa CaixaProinfancia, desarrollado por la Fundación 'la Caixa', nació para promover el ocio educativo como herramienta para fomentar la igualdad y romper el círculo de la pobreza. Para ello, en la búsqueda de este objetivo, la entidad social ha programado para este verano campamentos, ... colonias urbanas y centros abiertos en La Rioja, en los que participarán más de 70 niños, niñas y adolescentes que se encuentran en situación de vulnerabilidad, riesgo de pobreza o exclusión.
Los menores que viven en hogares con dificultades económicas y sociales podrán desarrollar herramientas personales beneficiosas para su éxito educativo. Las actividades se llevan a cabo en más de 320 entidades sociales de todas las provincias españolas vinculadas al programa de 'la Caixa', cuatro de ellas en La Rioja.
Sobre todo porque se estima que más de tres cuartas partes de los aprendizajes adquiridos por una persona adulta provienen de fuera del sistema educativo. Es decir, surgen a través de la educación 'no formal' (referida a cualquier acción educativa estructurada no escolar) e 'informal' (la influencia producida por la inmersión en un entorno o ambiente social). Por ello, CaixaProinfancia busca promover el acceso a actividades educativas de calidad en el tiempo libre como motor de cambio y mecanismo de empoderamiento entre los menores.
También porque, como apunta el subdirector general de 'la Caixa', Marc Simón, «para muchos niños estas actividades se convierten en sus únicas vacaciones de verano». Por eso, «es imprescindible lograr que la experiencia sea enriquecedora y que permita que desarrollen sus capacidades y su confianza, así como que puedan abrirse a nuevas posibilidades y conexiones, para romper el círculo de la pobreza», explica Simón.
Así, alineadas con las competencias globales recogidas por la UNESCO, estas actividades ahondan en distintas temáticas: deportivas y psicomotoras, artísticas, lúdicas, sociales, medioambientales y cognitivas. De esta forma, niños, niñas y adolescentes podrán acceder a los beneficios que conllevan estas experiencias, que también contribuyen a su desarrollo personal, educativo, social y cultural. En concreto, porque los participantes logran integrar valores como la madurez, la creatividad, la curiosidad, la confianza, la autoestima, la empatía, la solidaridad, la gestión emocional y el sentimiento de comunidad, entre otros.
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