Aunque tratemos de obviarlo, nuestra vida depende de algo tan etéreo como internet y los sistemas informáticos. No hace falta buscar una película apocalíptica para sentir en mañanas como las de este viernes que nuestra subordinación a las nuevas tecnologías es casi absoluto. La masiva caída de los sistemas informáticos a nivel global causada, a priori, por un servicio de seguridad de Microsoft se ha dejado sentir en La Rioja.
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Muchos trabajadores cuyo trabajo depende de un ordenador se han visto horas mano sobre mano mientras los técnicos e informáticos trataban de entender un problema que les superaba. También las administraciones públicas han sentido esa debacle aunque en distinta forma.
Por ejemplo, a las 11.00 horas de este viernes Salud ya había logrado solventar los problemas que han impedido el desarrollo normal de consultas y citas en el Hospital San Pedro. También SOS Rioja funcionaba correctamente a esa hora después de unas horas de errores repetidos. Lo mismo ha ocurrido en el resto de las sedes de consejerías. Pasadas las 13.00 horas, los problemas con el teletrabajo, que habían impedido a numerosos funcionarios cumplir con sus obligaciones, también han sido subsanados. De momento, desde el Gobierno de La Rioja se explica que aún es pronto para saber cuántas citas o consultas se han podido perder a causa de los problemas en los sistemas.
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En el Palacio de Justicia también se ha dejado sentir la caída, inhabilitando equipos y generando problemas entre los trabajadores y los usuarios. No ha habido que lamentar suspensiones de juicios debido al uso de un programa de grabación propio pero sí que se ha caído el sistema de gestión, a través del que se realizan diversas tramitaciones.
Los cuerpos de seguridad no han sido ajenos a la masiva caída. En Policía Nacional y Guardia Civil los ordenadores han generado incidencias entre los trabajadores, aunque trámites como cumplimentar el DNI o realizar denuncias se han podido llevar a cabo.
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Los bancos y sus clientes tampoco han padecido problemas para las operaciones del día a día (con excepciones como Unicaja, Abanca o algunas cajas, que sí se han visto afectados). El pago mediante tarjeta sí que ha generado aprietos en clientes y empleados. En algunos supermercados durante toda la mañana era obligatorio pulsar el PIN de la tarjeta de crédito para validar cualquier pago. Y en servicios como el de las gasolineras se acumularon los fallos (la patronal del sector ha explicado que más de 5.000 estaciones de servicio han padecido una negra mañana) a la hora de pagar mediante sistemas telemáticos.
Después de un comienzo de jornada en el que trabajar en muchos ámbitos ha resultado una odisea, todo se ha normalizado. Por ejemplo, los lectores más madrugadores de larioja.com habrán comprobado que la actualización de noticias se retrasaba, aunque en este caso también se han superado las incidencias. De la misma manera, firmas logísticas han pasado una jornada difícil.
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También ha habido ejemplos de instituciones y administraciones que han esquivado el caos generado por la informática. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Logroño, la Universidad de La Rioja o UNIR, que no han sufrido incidencias reseñables. De la misma forma, han eludido los contratiempos los transportes ferroviarios en La Rioja y también el aeropuerto de Agoncillo, que ha vivido una jornada tranquila en comparación con otras terminales, aunque en este caso por razones obvias.
Las primeras horas de la mañana se han vivido en el Hospital San Pedro de Logroño con una sensación de agobio e incertidumbre. La inesperada caída informática mundial iba a complicar una jornada que, como todas en los centros sanitarios, está rigurosamente pautada.
Los fallos en los sistemas de servidores de Windows han causado demoras en algunas intervenciones quirúrgicas, aunque desde el Gobierno de La Rioja se explica que no ha habido anulaciones.
También se han producido retrasos en consultas, con médicos, enfermeras y el resto de personal laboral y sanitario funcionando «a la antigua usanza», como explica un empleado. Ante los problemas informáticos, el trabajo ha vuelto a ser manual y sin tener acceso al historial, lo que siempre complica los trámites clínicos.
Así, las llamadas se producían de viva voz y cada informe ha tenido que ser redactado a mano hasta que los equipos han vuelto a funcionar. Después, con el apagón digital ya superado, a los sanitarios les ha tocado volver a redactar esos documentos ya en la aplicación correspondiente para que se incorporasen a la historia clínica de cada paciente.
Desde las 10.00 horas se han ido recuperando las aplicaciones y, poco a poco, el trabajo se ha normalizado, aunque obligando a los sanitarios a un sobreesfuerzo para cerrar el día sin dejar cargas extraordinarias para el lunes.
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