«La Ley de la Cadena amaga pero no remata, no se está llevando a cabo»

– Cuatro años de presidencia en La Rioja que han sido cuanto menos intensos.

– Nos habría gustado que fuesen años más alegres pero desgraciadamente el campo riojano está en crisis. Ya veníamos denunciando una situación límite y con la pandemia se agravó, muy perjudicados por cuestiones como las ventas de vino o carne por el cierre de la hostelería o la falta de mano de obra. Se comprobó en la pandemia que somos imprescindibles pero la Administración se ha olvidado de nosotros. Después retomamos nuestras movilizaciones, con una tractorada histórica en Logroño y una manifestación en Madrid en la que el sector reivindicó sus problemas: los costes de producción, la fauna silvestre, los seguros agrarios, la PAC, una reforma laboral que no se adapta a la temporalidad del campo... Cada vez somos menos y necesitamos apoyo. Los políticos hablan de despoblamiento y a la hora de la verdad pasan del mundo rural y del sector agrario que es el que da actividad a los pueblos.

– En este contexto, ser vicepresidente nacional de Asaja es un reto.

– En primer lugar, quería agradecer a Pedro Barato, presidente de Asaja, que haya apostado por mí. Es un orgullo para Asaja La Rioja y trabajamos para que esta organización siga siendo líder a nivel regional y nacional. También es una forma de trasladar a otros ámbitos los problemas de La Rioja.

– ¿Es difícil dar voz a La Rioja en un contexto de todo el país?

– La Rioja es pequeñita pero tenemos casi de todo. Con esa diversidad de alimentos afrontamos problemáticas similares que otras regiones, especialmente aquellas en las que no se imponen las grandes explotaciones.

– La Ley de la Cadena Alimentaria, para vigilar el pago de precios por encima de los costes, fue una reclamación cumplida, pero ¿cómo valoran su aplicación real?

– Defendemos la sostenibilidad de las explotaciones apoyada en esa Ley de la Cadena que amaga pero no remata. Está muy bien en palabra pero se queda en el vacío, no se está llevando a cabo. Lo vemos en La Rioja, donde se han hecho este año ocho controles a cultivos que no son representativos. Debería hacerse, sobre todo, en la viña, y vigilar exhaustivamente los contratos con las bodegas. La Guardia Civil viene a por nosotros en las inspecciones de trabajo y nos gustaría que también velasen por el cumplimiento de esa Ley.

– Los productos han subido mucho en el mercado, ¿ha llegado ese aumento al campo?

– Vemos cómo está la luz, el gasoil... Nuestros costes han crecido muchísimo y el precio en origen algo, pero no lo suficiente. Vemos que en las tiendas y mercados todos los productos están más caros pero esa subida no la han sentido los agricultores y ganaderos en la misma proporción.

– ¿Y tienen algún margen de negociación o presión?

– Desgraciadamente nuestros productos son perecederos –huevos, uva, carnes, fruta...–, y en el momento en el que llegan tenemos que darles salida. De eso se aprovechan los compradores para rebajarnos el precio.

– Otra cuestión de actualidad es el lobo y sus ataques en la sierra.

– El lobo no es el problema de los ganaderos, es el político. Cuando se aprobó que dejase de ser especie cinegética se hizo sin diálogo, no sabíamos que se iba a tomar esa decisión a nivel nacional y nos enteramos por la prensa que el consejero de Sostenibilidad había votado a favor. Ese consenso y diálogo que dicen que tienen con la ganadería nos habría gustado que lo tuviesen antes. El ganadero siempre ha convivido con el lobo, pero queremos que cuando haya daños se tomen medidas y la única efectiva son las batidas. No estamos hablando de exterminar la especie sino de tener un control de población. Cada vez vemos más ataques en toda La Rioja, los ganaderos se sienten indefensos y algunos cierran sus explotaciones como ya se ha visto.

– Las indemnizaciones por ataques de lobo han subido.

– Es verdad que han aumentado en torno a 50 euros por oveja muerta, pero el ganadero no quiere vivir de ayudas sino de su trabajo. Además de la importancia que tiene la ganadería extensiva para el medio natural, como en el mantenimiento de los montes.

– ¿Hay problemas de escasez de mano de obra en el campo?

– Los venimos arrastrando, principalmente por la burocracia. Un agricultor tiene que presentar 22 documentos para hacer un contrato. Y se dice que no se paga adecuadamente, pero por 21 jornadas al mes un temporero se puede llevar 1.500 euros más su seguridad social. Sí es cierto que requerimos mano de obra cualificada para ciertas labores y esos trabajadores escasean. Además, vemos que mucha gente, con las ayudas que recibe, prefiere sus 400 euros al mes que estar trabajando en el campo. Todo ello está llevando a más mecanización.

– Desde ARAG-Asaja fueron críticos con las campañas de inspecciones laborales al sector.

– Desde el primer minuto se pone en tela de juicio al agricultor. Parece que somos los máximos delincuentes, el único sector al que viene la Guardia Civil. Cuando acaban las campañas nos gustaría saber los incumplimientos que realmente detectan porque seguramente nos sorprenderían las pocas incidencias que hay.

– Pero estas inspecciones detectaron hace poco más de 2.000 infracciones en menos de un año a nivel nacional.

– Muchas veces hay que diferenciar al agricultor de ciertas empresas de servicios y las contrataciones que hacen, con ese tráfico de personas a las que se paga muy mal. Eso es lo vergonzoso y lo que hay que perseguir.

– La PAC es otro frente abierto...

– Se creó para que Europa produjese gran cantidad y calidad pero actualmente es pura hipocresía. La futura PAC va encaminada a que cada vez produzcamos menos, vamos a dejar campos sin sembrar porque no van a dejarnos. Tendremos menos alimentos y más caros. Con la crisis de Ucrania se ha agravado la escasez y tenemos que tirar de terceros países con diferentes restricciones de fitosanitarios o abonos y condiciones laborales que Europa. Se deberían exigir nuestras mismas medidas a la entrada de estos alimentos, jugar con las mismas reglas.

– Sobre el relevo generacional da la sensación de que existen muchas barreras de entrada si no tienes familia en el sector.

– Si un sector no es rentable difícilmente un joven va a interesarse por él. Muchas veces hay que mamarlo, pero también está entrando gente que no tiene familia agrícola ha invertido y ha apostado por el sector.

– ¿Cuál es su postura con respecto a Viñedos de Álava?

– Donde entran los políticos... Estamos totalmente en contra, queremos la unidad y la fuerza de Rioja para recuperar el mercado. El ruido que se hace esperamos que quede zanjado a nivel europeo.

– Con todo este panorama, ¿por qué sigue adelante el agricultor o el ganadero riojano?

– Se levanta todos los días y sale con ese amor por la tierra, su explotación o sus animales, y quiere luchar por hacer lo que hicieron sus antepasados y por vivir dignamente de su trabajo.