Se buscan empresas audaces

Discapacidad ·

Asprodema o el afán de voltear una estadística laboral intolerable

Sábado, 15 de mayo 2021, 02:00

Según los datos del INE, solo tres de cada diez riojanos con discapacidad y en edad de trabajar tienen un empleo o lo están buscando. La ratio es 49 puntos inferior a la de las personas sin ninguna limitación, un dato inadmisible. En total son ... 2.985 riojanos que, además de afrontar las dificultades de acceso al mercado laboral, comunes para todos los trabajadores, tienen que batallar contra los prejuicios, por lo general infundados, lo que no les desanima a labrarse una oportunidad. Para ello necesitan empresas valientes como las que busca la Fundación Asprem, la herramienta de Asprodema para el desarrollo de sus políticas de empleo a favor de las personas con discapacidad intelectual. Con una particularidad añadida. No se trata solo de propiciar la inserción laboral de este colectivo: el objetivo, como explica la responsable de Intermediación Laboral de la fundación, Yili Utge, es «normalizar a las personas con discapacidad intelectual desde la fase formativa», para lo cual esta asociación ha ampliado sus servicios, abriéndose a «todo tipo de colectivos vulnerables». Daniel, Adrián y Carlos, los protagonistas de nuestro reportaje, son un magnífico ejemplo de esta política abierta.

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Las formaciones tienen tres módulos: habilidades transversales para no solo encontrar un empleo, sino mantenerlo, capacitación técnica y prácticas formativas no laborales en las empresas «que, intentamos que ofrezcan posibilidades de contratación». Los resultados son muy satisfactorios: desde 2015, cuando se puso en marcha el programa, las acciones formativas de esta asociación han fructificado en 478 inserciones laborales, de las que 205 corresponden a demandantes de empleo con discapacidad intelectual y 273 a otros colectivos (otras discapacidades, jóvenes, mujeres, mayores de 45 años, etcétera).

Además, el año pasado, a pesar de la situación económica derivada de la pandemia del COVID, esta asociación logró la inserción laboral de 24 desempleados con discapacidad intelectual y 43 de otros colectivos. Y en el primer trimestre de este ejercicio, aún muy afectado por la crisis, fueron 55 inserciones. En la actualidad, 1.200 personas están inscritas en bolsa de empleo de Asprem, de las que 212 tienen alguna discapacidad intelectual.

Colaboran con Asprodema Fundación la Caixa, el Gobierno de La Rioja, Fundación ONCE, el Fondo Social Europeo, Fundación Cajarioja-Bankia, Ibercaja y el Ayuntamiento de Logroño, además de un importante número de empresas.

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Adrián | Curso de almacén en Marefix

«Todos los trabajos los he tenido gracias a Asprodema»

Adrián es cubano. Nos encontramos con él a la entrada de Marefix, donde nos espera el responsable de almacén de la compañía, Javier Rubio. Adrián cuenta que llegó a La Rioja en 2012, «cuando todavía estaba la crisis anterior» y, «preguntando y preguntando, contacté con Cruz Roja y con Asprodema, a la que agradezco su formación porque, como camarero, estuve bastantes años trabajando en el sector». Pero en enero se quedó en paro, por lo que acudió de nuevo a la asociación «para recualificarme y tener más oportunidades laborales».

Se sacó el carné de carretillero y acaba de terminar las prácticas como auxiliar de almacén en Marefix, especializada en la fabricación y distribución de sistemas de fijación, donde «tengo bastantes opciones de ser contratado», por lo que se siente «muy agradecido». Y no es una cuestión de fe. Es que tiene el compromiso de la empresa. Así lo explica Rubio: «Ya hemos quedado que si tengo que incorporar a alguien, le llamaremos».

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Este es el tercer año en el que Marefix colabora con Asprodema. «En este último curso de almacén –detalla Rubio– hemos estado con dos chicos. Uno de ellos encontró trabajo y Adrián, que es adorable, se quedó, y estamos muy contentos con sus prácticas». Pero con todos los que han pasado por sus instalaciones en general, porque «lo que vemos en ellos, con tantas dificultades que tienen para encontrar un empleo, es la actitud y las ganas de trabajar, lo que es cada vez más difícil de ver».

El jefe directo de Adrián durante las prácticas subraya que «tenemos mucha confianza en Asprodema: sabes que quienes vienen a través de ellos es gente que de verdad necesita trabajar y que llega con mucha ilusión, ganas e iniciativa». «Por eso repetimos la experiencia, porque sabemos que van a ser buenos trabajadores», enfatiza.

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Una opinión que comparte al cien por cien el gerente de la empresa, José María Manso: «Llevamos años colaborando y es un tema social que beneficia tanto a la empresa, por contar con una mano de obra eficiente y profesional, como a estos colectivos vulnerables, que se demuestran cualificados, amables y productivos».

Daniel | Contratado en Tonelería Murua

«No hay que rendirse; con pasión y esfuerzo se consigue lo que quieras»

Le avisan de que Diario LA RIOJA está ya esperándole en la sede de su empresa, Tonelería Murua, en Logroño. El joven (25 años) aparece enfundado en la ropa de trabajo y con las manos protegidas por guantes. Acepta de muy buen grado las indicaciones del fotógrafo para posar. Le acompaña la gerente de la empresa, Elena Antón, quien se refiere a él muy cariñosamente como Dani.

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Daniel y la jefa hacen la sesión de imagen en el exterior de la instalaciones, donde varios operarios están cargando barricas en un vehículo pesado para su posterior distribución entre diversas compañías vitivinícolas. Hay ruido –lógico–, así que acordamos entrar en las oficinas para realizar las entrevistas.

Daniel explica que «por la pandemia estuvo «parado prácticamente todo un año» y «con todo el tema de los ERTE» no tuvo «la suerte de trabajar». «En febrero de este año me llamaron de Asprodema para hacer unas prácticas de almacén; me animé y realicé la formación y después, en abril, empecé las prácticas en la tonelería, y he tenido toda la suerte del mundo de encontrar aquí trabajo», incide.

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Cuando le preguntamos qué cree que ofrece a su nueva empresa, Daniel asegura que, «a pesar de que no tengo mucha experiencia, sí ofrezco juventud y, sobre todo, muchas ganas de trabajar». Y se muestra «muy orgulloso» de ello. Además nos explica que la relación con sus compañeros es «muy buena». «Me tratan con mucho respeto y aprecio, siempre me están ayudando en todo lo que pueden, así que genial»

Daniel añade que realiza varios desempeños en la centenaria empresa: «Desde cargar o descargar barricas en los camiones, hasta arreglar otras que están estropeadas y almacenarlas, poner los tablones de madera para que queden alineados...»

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Cuando la vida cambió

La conversación retrocede del presente al pasado. Dejó los estudios de Secundaria «en Segundo y, aunque intenté retomarlos en Plus Ultra, no hubo manera». Le hicieron unas pruebas y detectaron la discapacidad. Pero el mundo no se le echó encima. A lo largo de los cinco años siguientes realizó diferentes cursos de formación, trabajó en el centro de empleo de Asprodema y se sacó el carné de conducir: «Me costó muchísimo, pero sé que me va ayudar». «He trabajado menos de lo que me hubiera gustado, pero no me puedo quejar», reconoce. Por ello anima a la gente con alguna discapacidad a «no rendirse, porque siempre hay una oportunidad, por mucho que cueste, y con pasión y esfuerzo se puede conseguir trabajo y lo que quieras».

La gerente de Tonelería Murua le secunda: «Nosotros llevamos unos años colaborando con Asprodema, y con otras oenegés, y lo que hemos comprobado es que, cuando estas personas hacen un trabajo, lo realizan fenomenalmente». «Tenemos a un chaval trabajando con nosotros desde hace quince años, y ahora a Dani», lo que le permite invitar a otras empresas a «que prueben porque, tras una formación previa, como a todo el mundo, es gente muy capaz».

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Carlos | Empleado en Leroy Merlín

«He tenido difícil trabajar y estoy feliz porque sacaré adelante a mi familia»

Carlos (izquierda) y el director de Leroy Merlín en Logroño, Miguel Cervilla. Justo Rodríguez

El director de Leroy Merlín en Logroño, Miguel Cervilla, avisa a Carlos para que vaya a la entrada de la tienda: ya han llegado los periodistas. Y aparece un torbellino sonriente. Nos explica que padece TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y que le ha sido «difícil siempre» encontrar trabajo. «He pasado por diversos empleos», dice. A través de la Fundación Chavicar de Cáritas se puso en contacto con Asprodema y entró a hacer prácticas en Leroy Merlín, junto a su compañero David. Los dos estaban contratados al día siguiente de finalizar su formación. Carlos se reconoce «feliz y encantado» no solo porque «la gente es majísima», sino porque puede sacar adelante a su hijo «de seis años y a otro, en camino».

Cervilla se muestra orgulloso. Explica que la empresa está «comprometida con la inserción de colectivos en riesgo de exclusión y con discapacidad, ya que tenemos un sistema empresarial basado en las personas». Por eso trabajan con Asprodema desde 2017: «Nos contactaron y estamos teniendo muy buena colaboración». Con la crisis actual «aún nos hemos vuelto más de cara a la sociedad, porque creemos que podemos ayudarla». Son 139 centros en toda España con una media superior al centenar de trabajadores, lo que da «una idea de cuánto podemos ayudar». Y este año «lo hemos intensificado hablando mucho» con esta asociación y «hemos incorporado el proyecto de formación de colectivos en riesgo de exclusión y con discapacidad». Ya son cinco las personas de esta asociación incorporadas a la tienda de Logroño, entre ellas dos cajeras, «que suponen más del 3% de la plantilla de la tienda (140 trabajadores)».

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Cervilla matiza que «el hecho de que sean colectivos vulnerables no quiere decir que no puedan hacer lo que hacemos los demás. La verdad es que yo estoy encantado». En este sentido, destaca «la capacidad de sacrificio, las ganas de demostrar que pueden hacerlo exactamente igual que el resto. Y es así. Tienen muchísima ilusión por aprender y amor propio». Y, en definitiva, son trabajadores «como todos, pero con un plus de ilusión y de ganas que no te aporta el resto. Hay muchísimas ventajas».

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