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«Son buenas, educadas, agradables y normales». Así definen su relación con Adriana y Olga los propietarios de los comercios colindantes a 'MásQMarcas', negocio de Miranda de Ebro que regentaban ambas mujeres, madre y abuela de la pequeña Carolina, y que acabaron cerrando a principios ... de diciembre de 2019. Tampoco opinan de forma negativa, sino más bien todo lo contrario, algunos de los vecinos de la familia materna en Haro.
Miranda de Ebro se encuentra a unos 25 kilómetros de Haro, y hasta allí se desplazaban madre y abuela, a veces acompañadas de Carolina, como confirman en uno de los comercios anexo al de ellas.
«Eran personas normales, nos ayudábamos al tener los comercios tan cerca. Si necesitaba algo me ayudaba y yo a ellas igual. Tenía más contacto con Olga porque Adriana estaba más con la niña», afirmaba ayer una propietaria de un negocio próximo al de Adriana. Otro profesional de un comercio cercano explicó también que en ocasiones le habían invitado a tomar un café. Estos y otros comentarios del entorno inmediato de trabajo de Adriana y Olga apuntan a que la normalidad era la tónica habitual en sus relaciones con ellas.
La tienda la regentaban desde hace aproximadamente cinco años, pero la cerraron recientemente, detallaron también algunos propietarios, «porque no vendían mucho», aunque aseguran que posteriormente abrieron un negocio online.
Los comentarios no cambian mucho entre el vecindario del domicilio de la familia en Haro, donde algún retraso en el pago de la comunidad es lo único reseñable en el día a día del edificio donde vivían. No son muchos los residentes en el céntrico inmueble donde actualmente continúan viviendo la bisabuela de Carolina, y Ramón, hermano pequeño de Adriana. De sus testimonios se deduce también que la normalidad presidía la relación con ambas mujeres. «Nuestros hijos jugaban juntos cuando eran más pequeños», indicó una vecina, a lo que añadió que «son personas normales, tal vez algo reservadas, pero personas que cualquiera puede tener en su puerta de al lado». «Vivíamos en un mundo paralelo. No me puedo creer lo que está pasando», señaló otra vecina, absolutamente desconcertada por la cadena de acontecimientos de los últimos días. La mujer apuntó igualmente que había «buena relación (con Adriana y Olga), pero ahora ya no sé que pensar».
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