Brotes verdes

El Pantallazo ·

«Acabas esas entrevistas, despides al invitado y te sube una congoja desde el estómago»

Domingo, 29 de noviembre 2020, 19:15

Ahora hay dos argumentoa sobre los que gira casi todo: las vacunas y la Navidad. La actualidad va moviéndose de una a otra, golpeada como una pelota de tenis de lado a lado del campo. Esta semana en la tertulia de TVR se ... escuchó una frase que debemos recordar: «Tener cautelas sobre las vacunas del coronavirus no es en absoluto ser antivacunas», y es que va acercando el momento en el que una enfermera con una jeringuilla en la mano nos pida que nos remanguemos el brazo. También se acerca la Navidad más rara que conocemos, y en nuestros informativos fuimos explicando los mensajes de los portavoces regionales y nacionales. Nos queda ir colocando las figuritas del Belén y esperar a ver si España va a celebrar una Navidad o 17, la marimorena.

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La curva fue un poco mejor y la hostelería sube por fin hoy la verja en las calles de Logroño. Pero Arnedo tendrá que esperar porque sus cifras dan pocas alegrías. Mal los datos de contagios y peor los de muchos negocios. «En el último mes he vendido dos pares de zapatos», nos contó un comerciante. El lamento también resuena en la voz de los profesionales del ocio nocturno en La Rioja. Antonio Cendra lo dijo en La Rioja Directo: «Se estima que el 25% de nuestros locales no sobrevivan». Acabas esas entrevistas, despides al invitado y te sube una congoja desde el estómago hasta quedarse en las sienes, donde palpita una cosa parecida a la rabia y el dolor. Como televisión de los riojanos sólo podemos ofrecerles lo que llevamos décadas haciendo: una pantalla y un micrófono, un altavoz y quizás, una pizca de consuelo. Hubo memoria, consuelo y dignidad en la mañana del viernes. Cuatro décadas después Logroño descubrió una placa en Ollerías en recuerdo de las víctimas de aquel 27 de noviembre de 1980 en el que ETA mató a tres vecinos y sembró la ciudad de sangre, destrucción y miedo. El viernes sonó música de violonchelo y asomaron lágrimas justo sobre el borde de las mascarillas. Si veinte años no es nada, cuarenta, en el fondo, tampoco.

Se van viendo brotes verdes aunque aún sean en terreno imaginario. Las vacunas no han llegado pero están en las conversaciones porque se las adivina a la vuelta de la esquina. Estamos como en Las Gaunas, cuidando el césped con lámparas de calor para escapar de este fango y pisar lo antes posible un suelo más firme. Porque las alegrías nos las sigue dando el fútbol y uno pierde el tiempo imaginando cómo habría sido este regreso a Segunda con abrazos en las gradas, y con viajes, autobuses y gentes alborotadas con bufandas de otros colores peregrinando a La Rioja. Se nos murió Maradona y, con el rabillo del ojo, en TVR vimos que otra tele, la ESPN de Argentina vivió en directo la noticia con Ruggeri y Carlos Aimar en plató. Tan cerca y tan lejos todo. Una palmada en el pecho, la vacuna, la muerte, la Navidad, 'La vida Tómbola', que le cantó Manu Chao a ese genio que una vez pisó el césped de otras Gaunas.

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