Brindis con tinto en Muro del Carmen

Algún premio había rozado ya este domingo la capital riojana cuando ha caído la bomba. El premio Gordo, ese que tan pocas veces se ha dignado a visitar Logroño, fue vendido íntegramente en la administración número 6, la de Muro del Carmen. Sus responsables se decían desbordados y, en los primeros momentos, en los que aún no había cálculos y sí alegría y bastante expectación, contaban que buena parte del número premiado se había ido a un equipo de baloncesto de Madrid, el Distrito Olímpico. En torno a cien series. No en vano, hace años que son clientes de la céntrica administración logroñesa. El resto de la venta se realizó en la ventanilla del establecimiento, esa que ha venido recibiendo a sus clientes con un Papá Noel en la puerta casi desde el verano. No es el 72480 uno de los números habituales del negocio, sino uno de los que se reparten de forma aleatoria.

El veterano de la administración, Ángel Alda, intuía que el principal premio de este sorteo iba a acabar en 0. «Estaba convencido», mencionaba, para relatar que ni los que acaban en 0 ni los terminados en 1 son especialmente apreciados por sus compradores.

Si la número 6 de la capital tiene una relación notable de premios entregados, el Gordo navideño íntegro es un hito en su trayectoria. Íntegro, porque hace diez años ya habían vendido diez décimos del aquel Gordo navideño, el 13437. Y navideño, porque hace dos fue el primer premio del sorteo del Niño, el 41665, tan celebrado en el bar La Trompeta.

No hubo champán, pero sí tinto, que para eso decidió la suerte que el Gordo fuera a caer en La Rioja. Y se brindó varias veces, cada vez que los numerosos medios de comunicación que acudieron a la cita lo requerían para inmortalizar el momento. Del equipo de la administración, Elena Álvarez vivía su segundo sorteo navideño. Si el primero no salió muy a su gusto, este domingo lucía una sonrisa de oreja a oreja. «No me diste el bueno, Elena», le decía un vecino de la zona al pasarse por allí. «A ver si para el Niño...».

En estas estaba el entorno de la administración cuando una de las personas que se acercó descubría que tenía el número premiado. Piluca Balda contó después que solo se pasó por allí para ver el ambiente porque su familia compra habitualmente en este despacho, pero resulta que el boleto ganador ella no lo adquirió allí, sino en una comida en Madrid en la que su amiga María le vendió una participación de cinco euros, de esas con dos números en las que se juegan dos euros a cada uno, del club Distrito Olímpico. Las vueltas del 72480 para terminar en el punto de partida.

Desde allí mismo, desde la puerta de la administración, llamó primero a su madre y luego a María para darle las gracias por la fortuna que compartieron y para comentar la jugada. No hubo más premiados por la zona. O no se dejaron ver. Ya irán con el tiempo. El mismo Alda relataba que una vez le visitó un premiado que lo había sido tres años antes para contárselo.

Quien sí estuvo un buen rato fue el protagonista del anuncio de la lotería navideña de este año, logroñés también, Amadeo Marín. No se lo podía creer, como tantos otros, pero sí, resultó que había caído el Gordo en Logroño. El actor hubo de atender los requerimientos de los periodistas casi tanto como los loteros y también lo hizo de buen grado.

No faltó tampoco el alcalde, Conrado Escobar, quien fue de visita una vez terminada la carrera de 24 horas relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica que concluía a mediodía en El Espolón. Encantado como estaba, el primer edil refería haber conocido la buena noticia en el evento deportivo y le parecía fenomenal que fuera a haber personas que pudieran pasar de forma un poco más desahogada las próximas fiestas. «Gana Logroño», resumía Escobar, quien después incluso utilizó una red social (X) en la que tiene cuenta para hacer pública su felicitación.

Federico Soldevilla, cronista oficial de la ciudad y vecino de la zona, bromeaba, junto al establecimiento, con eso del premio de los números aledaños al Gordo que, en su caso, no se iba a dar pese a la cercanía de domicilios.

Como el entorno se fue llenando de curiosos y en la acera no cabía un alfiler, la Policía Local llegó a tomar medidas en forma de vallas y de cinta para evitar que algún paseante acabara en una calzada que, no en vano, tiene tráfico rodado. Quienes solo querían usar ese tramo para pasar tuvieron sus dificultades. Y no faltaron los requerimientos de los agentes a cuenta de aparcamientos indebidos de quienes se sumaron al grupo frente al despacho lotero.

A medida que fue pasando la mañana, los había que incluso se sacaban fotos delante del local o junto a las vitrinas de la fachada, decoradas con los carteles del premio que había proporcionado la administración correspondiente.

Si la cuenta final de la administración de lotería número 6 superó los 420 millones gracias al 72480, aún pudo ser más alta. Un rato después salía el segundo premio, el 40014 y la oficina había vendido el 41014. Más de un boleto de este número se vio también por la zona. Por poco.

Y estuvo igual de próximo, a un número, un quinto. Antes del Gordo, entre los loteros de la administración 6 comentaban lo cerca que había estado ese premio, señalaba Ignacio Alda. Después ya... Este tipo de cercanías no son raras. Se dan con frecuencia, añadía él.

Si ha comprado en este despacho y no le ha tocado, sepa que han manejado más de 2.000 números, así que el asunto tenía su dificultad.