Premios del Campo: el brillo de La Rioja agraria

El edificio CCT de la Universidad de La Rioja acogió la gala que tuvo muchos momentos alegres, emotivos y de orgullo. Una hora para conocer algunas de las mejores historias de nuestro campo. José Luis Prusén, director de Diario LA RIOJA, abrió el evento con una intervención en la que destacó el carácter agrario de la región transmitido durante generaciones: «Todos encontramos en nuestras familias a alguien que se encargaba de las labores agrarias. Los riojanos tenemos el campo arraigado en nosotros, está en nuestro ADN». Prusén reconoció además a José Ángel Alegría, premiado posteriormente, como «uno de los padres de la moderna agricultura riojana», y dejó un mensaje para los presentes: «Debemos sentirnos orgullosos de una región humilde y pegada a la tierra».

Posteriormente tomó la palabra Juan Carlos Gonzalo, director de zona Rioja este de Bankia, que habló de lo que supone la organización de los galardones: «Fue un orgullo que el año pasado Diario LA RIOJA pensase en nosotros para los Premios del Campo. Agricultores y ganaderos ponen a La Rioja en el contexto nacional e internacional y no entendemos La Rioja ni Bankia sin el reconocimiento a este colectivo».

La decisión del jurado de esta segunda edición de los Premios del Campo fue compleja y meditada, y en ese abanico de posibilidades al que se enfrentaron se pudo observar la inmensa cantidad de grandes proyectos y personas que nutren de vida y futuro a La Rioja agraria. Seis de los galardonados ya se conocían antes de la gala, que reservaba una sorpresa final. Una de las categorías más especiales es la de 'Mujer emprendedora', que reconoce el valor femenino de nuestro campo, indispensable para entender su pasado, presente y futuro. Leticia Zorzano fue la galardonada, reflejando su personalidad en un proyecto valiente, innovador y único, cultivando y comercializando en 'Castillo de Aguas Mansas' su azafrán ecológico.

Un protagonista principal de la viticultura riojana también lo fue de la gala de anoche. Luis Alberto Lecea venció en la categoría 'Agricultor profesional', en la que su propia hija le presentó como candidato. Su legado es la viña, que tantos años ha cultivado, pero también su bodega familiar, en San Asensio, su pueblo, que conserva en su fisonomía y sus métodos de elaboración la tradición rural más propia de La Rioja, que ha sabido abrir al mundo con una visión pionera en Rioja.

El Premio 'Cooperativas y empresas' viajó hasta Santo Domingo de La Calzada y la cooperativa Garu, una de las principales responsables de la vida en el pueblo y sus alrededores, integrando en su día a día la innovación y ayudando a los agricultores a una profesionalización que ha contribuido a crear nuevas oportunidades. Por otra parte, la categoría 'Mejor Alimento' reconoció a Aceite de La Rioja, una denominación cada vez más universal, gracias a los trujales y almazaras que elaboran el oro líquido riojano, un producto que ha buscado la diferenciación en la máxima calidad.

Las técnicas avanzan día a día en el campo y el premio 'Innovación' recalcó ese aspecto del sector agrario que resulta indispensable y que en La Rioja tiene en Huevocón uno de sus mejores exponentes. La granja situada en Los Molinos, compatibiliza un paraje único, el bienestar animal, un gran producto final con sus huevos camperos y un buen posicionamiento. Ingredientes que son sinónimo de éxito. La Huerta de Rizos es otras de esas iniciativas que aúnan en el campo un espíritu cercano y moderno, que fue reconocido con el Premio 'Juventud'. Su huerta de verduras ecológicas es el ejemplo de cómo las humildes y sencillas ideas pueden triunfar si se apuesta por ellas.

La gala tuvo uno de sus momentos más especiales en el reconocimiento a la trayectoria de José Ángel Alegría, fundador de ARAG-Asaja y uno de los principales protagonistas de la construcción del sector tal y como lo conocemos hoy en día, desde su asociacionismo y modernización. «En el campo he ido con las ideas claras de hacer algo para todos y una organización profesional», comentó Alegría, que se mostró abierto a ayudar, «estoy para lo que necesitéis», recalcó, así como sorprendido y agradecido por el premio: «No sabía a qué venía ni sabía llegar». Un reconocimiento que no podía faltar.

El premio al 'Agricultor profesional' fue a parar a Luis Alberto Lecea, un hombre que ha recibido ya otros reconocimientos, pero ninguno como este. «Es emocionante porque es la primera vez que se me premia como agricultor. Yo siempre reivindico que soy un agricultor con bodega, no bodeguero», reconoció. Su vida entregada a la viña y al vino se plasma en Bodegas Lecea, que desde hace muchos años ha buscado ir un paso por delante de las modas y tendencias para mostrarse a cualquiera que quiera conocer su historia. «El final del círculo es el enoturismo. Trasladar al público la historia que tenemos en Rioja». Lecea es una figura de referencia en el sector agrario y concretamente en el vitivinícola, y resaltó «lo interesante de concebir la agricultura como una empresa» y la importancia hoy en día «de que el agricultor este preparado».

Leticia Zorzano fue la primera protagonista de la gala, una mujer emprendedora, tal y como rezaba el premio que obtuvo con merecimiento por un proyecto con el que recuperó el azafrán, un cultivo ya perdido en La Rioja. Zorzano es ante todo «agricultora», como ella misma se definió, trabajando en cultivos clásicos como el almendro o el olivón antes de aventurarse en el delicado mundo del azafrán. Al recoger el premio, Zorzano recordó la importante labor que realizan tantas mujeres en el campo riojano: «Este reconocimiento debe tener continuidad porque tiene que ponerse en valor el trabajo de todas las mujeres». Su éxito marca el paso para muchos que siguen y seguirán su ejemplo en La Rioja, buscando nuevos caminos en el campo, y como tal fue reconocida. «El trabajo y el esfuerzo diario se reconoce», explicó en alusión al premio recibido como 'Mujer emprendedora'.

La cooperativa Garu se fundó en el año 1981 con el objetivo de dotar de dinamismo a la comarca agraria y ofrecer un futuro mejor a sus agricultores. David Barahona, actual presidente, recordaba esos comienzos:«Garu se fundó por las inquietudes de los agricultores». Desde entonces, no ha dejado de crecer en todos sus números para aglutinar actualmente a 800 socios. Su carácter innovador se reflejó en la apuesta de nuevos cultivos como la alubia verde y el guisante que hoy en día adquieren fuerza, «son los que se están manteniendo», recalcó Barahona. A la hora de recibir el premio se acordó del «equipo colaborador» y comentó que «toda la cooperativa estamos muy orgullosos, los premios siempre se cogen con buen gusto». Finalizó su intervención recordando a los agricultores de la zona, que son el corazón de Garu, y que la han situado como un referente de asociacionismo agrario.

La Huerta de Rizos ha sabido labrarse un importante nombre entre los riojanos en muy poco tiempo. Un proyecto familiar, entre hermanos, Ana y David Lafuente, que han complementado sus cualidades profesionales y sus personalidades en una exitosa iniciativa. «Somos un buen equipo», comentó David Lafuente, que explicó como una de sus bases más claras es «abrir las puertas de nuestra huerta». Por su parte, Ana Lafuente recordó que «ha sido un año complicado por el clima y otros factores, por lo que acabar con el premio es una satisfacción». A la hora de recibir el premio, recordaron esa tradición familiar tan presente en La Rioja en relación con el mundo agrario. «Dedicamos el premio a nuestra familia y nuestros amigos, pero especialmente a nuestros abuelos, que nos dieron el contacto con el campo y la agricultura y nos inculcaron los valores que tenemos como personas y también ahora como empresa», concluyó Ana Lafuente.

Fueron varios los proyectos jóvenes reconocidos a lo largo de la gala. Iniciativas surgidas en los últimos años que han encontrado en el campo una nueva alternativa como forma de vida, tal y como ocurrió con Huevocón. «La idea nació porque estábamos sin trabajo y teníamos claro que queríamos que fuese algo en la naturaleza, en el entorno», reconoció Mari Carmen Castillo. Su granja de gallinas productoras de huevos camperos crece día a día, y ya han triplicado en tres años el número de aves, teniendo claro que el bienestar animal es indispensable para un producto excelente:«La calidad de vida de las gallinas repercute en la calidad del huevo». Huevocón es un proyecto familiar, en un entorno único y que busca el contacto con los consumidores. Una iniciativa innovadora. «En el medio rural es complicado innovar, se basa en trabajar para seguir ganándose la vida».

En una gala con numerosos nombres propios, quizá el premio que aglutina a más gente del campo es el de 'Mejor Aliment0', que reconoció a Aceite de La Rioja. Miguel Martínez de Quel, presidente de la DOP, habló de los primeros pasos en la fundación de la denominación, de las dificultades y de lo conseguido: «Fue un proceso costoso, pero el salto que dimos fue muy favorable». El aceite riojano bebe de la tradición, pero también de la modernidad y de la búsqueda siempre de un posicionamiento entre los mejores del país, algo cada vez más reconocido. «Nuestro aceite tiene ciertas particularidades por el clima y el terreno. Además, en comparación a otros, tiene un ácido oleico superior, algo que nos indica su calidad», explicó Martínez de Quel, que al recibir el premio lo agradeció «al sector profesional del aceite y a los técnicos de las oficinas y de La Grajera».