La sensación es agridulce. Por un lado, los exportadores riojanos respiran aliviados dado que el acuerdo sobre el 'brexit' firmado entre la UE y el Reino Unido, que entró en vigor el día de Año Nuevo, destierra la imposición de tarifas (los temidos aranceles) ... y de cuotas (volumen máximo de cada producto). El establecimiento de estos condicionantes en la relación comercial hubiera implicado una pérdida inmediata de competitividad para los productos riojanos, dado que competerían en igualdad de condiciones con producciones de países terceros. Así que tener la certeza de que siguen contando con esa baza a favor garantiza, por lo menos a priori, que se salva una relación comercial que el año pasado, con datos hasta el mes de octubre, tenía un valor superior a los cien millones de euros.
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Pero, por otra parte, las empresas riojanas presentes en el mercado británico, tanto de forma consolidada como ocasional, todavía contienen el aliento. Desde el pasado día 1, el Reino Unido ha quedado fuera del mercado único y la unión aduanera de la UE. Esto significa que la normativa reguladora y los controles fronterizos que la UE exige a terceros países se aplican desde entonces a la isla, lo que conlleva más burocracia para las empresas y ajustes en las cadenas de suministro.
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También hay mayores trámites de supervisión de las mercancías del Reino Unido que entran en la UE, con más demoras en las fronteras. Porque desde Año Nuevo, las 'mugas' entre la isla y el continente se han vuelto a levantar a modo de gigantes muros, que solo se pueden traspasar tras cumplir las exigencias de una enorme carga administrativa y burocrática, inexistente durante los años de pertenencia británica al club europeo: tramitaciones aduaneras, cuestiones financieras, autorizaciones y homologaciones de transportistas, entre un largo etcétera de obstáculos que complicarán el comercio y las operaciones de compraventa.
Aunque también en este apartado cabe una esperanza: los negociadores acordaron establecer mecanismos de simplificación aduanera a importadores y exportadores habituales, así como aplicar criterios para atajar toda esta avalancha burocrática en sectores específicos como el automóvil, los productos químicos y el vino.
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Y, precisamente, el vino es el primer producto exportado por La Rioja a Reino Unido, ya que copa más del 50% de las exportaciones.
Este país que, a todos los efectos se ha 'desenganchado' de forma definitiva de la Unión Europea, es el quinto mayor comprador de bienes producidos en la comunidad, superado por Francia, Alemania, Portugal y Estados Unidos. Pero en el 2015 era el tercero, una prueba de que las empresas riojanas se fueron abriendo a otros mercados en previsión de la llegada inevitable del 'brexit'. Además destacan otros sectores riojanos como manufacturas, madera, conservas en general y calzado.
Con datos al mes de octubre pasado, el valor de las exportaciones cerradas por 188 empresas riojanas al Reino Unido había alcanzado los 105,12 millones de euros.
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