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Cansancio, debilidad, malestar general... La pirámide demográfica riojana no solo no se recupera, sino que sufre un nuevo agravamiento en su estado tras otra recaída que le acerca a indicadores de lo peor de la pandemia. El estallido del virus, además de causar una aterradora ... escalada en las cifras de mortalidad, envió al limbo los sueños de muchos jóvenes de estrenarse en la maternidad/paternidad o ampliar la familia. Este 2024, consumido ya el primer cuatrimestre, no augura nada bueno en el relevo generacional más allá de los movimientos migratorios, según los datos al cierre de abril hechos públicos este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De hecho, la comunidad sufre otro importante mordisco en su censo, el mayor desde que en 2020 el SARS-CoV-2 se adueñó del planeta. En los cuatro primeros meses de este año, la cifra de nacimientos en la región se ha quedado en solo 613 mientras la de decesos ha sumado 1.433, lo que se traduce en un nuevo saldo vegetativo negativo, en concreto de -820, diez más que en el mismo periodo de 2023 (636 alumbramientos y 1.446 muertes). El de este año, entre enero y abril, es el segundo resultado en la última década, solo superado por los -1.023 (743 nacidos y 1.766 fallecidos) de 2020. A nivel nacional, el saldo ha sido también negativo, -90.928, al registrarse 104.375 nacimientos, 1.279 más que en el primer cuatrimestre de 2023, pero 195.303 fallecidos (+583).
La causa, evidente, el desplome continuo de la natalidad. Las cifras de mortalidad, aunque con lentitud, han empezado a volver a su cauce: los 1.424 decesos de 2019 se dispararon hasta 1.766 en el cuatrimestre inicial del primer año del covid y se mantuvieron por encima del millar y medio en el siguiente ejercicio, 1.502, para descender en los siguientes paulatinamente: 1.489 entre enero y abril de 2022, 1.446 el pasado año y los mencionados 1.433 de los cuatro meses de este 2024.
El desplome en los quirófanos de Obstetricia y Ginecología es, sin embargo, abrumador en La Rioja. Si el pasado año, al completo, se bajó por primera vez, con 1.984, de los 2.000 alumbramientos (barrera que sí se superó, aunque con desescalada, en los cuatro ejercicios anteriores: 2.408 en 2019, 2.318 en 2020, 2.192 en 2021 y 2.191 en 2022), el cuatrimestre analizado ahora por el INE es desolador: los 613 alumbramientos computados en la comunidad entre enero y abril son el peor dato en la última década tras otra caída del 3,6% respecto al mismo periodo de 2023, cuando vinieron al mundo 636 nuevos riojanos. La estadística confirma una tendencia que, hoy por hoy, parece imparable y que amenaza con dejar cada vez más cunas vacías. El optimismo tras el único repunte en la historia reciente, registrado en 2019 -en el primer cuatrimestre nacieron 760 bebés en la región (63 más que en 2018)- se vio frustrado por el ataque vírico que comenzó doce meses después y, desde entonces, la natalidad sigue en cuarentena: 743 nacidos de enero a abril de 2020, otros 712 en el primer cuatrimestre de 2021, 693 en el de 2022, 636 en el del año pasado, 613 en el actual...
La estadística del INE confirma además otro problema, el del retraso en la edad de la maternidad y la dificultad añadida de que las familias opten por tener dos o más hijos. De los 613 nacidos en La Rioja en los cuatro primeros meses de este año, 284 niñas y 329 niños, en cuatro de cada diez la madre había superado los 35 años: 205 entre 35 y 40 años, 50 entre 41 y 44 años y 7 de más de 45 años. Otras 200 mujeres dieron a luz con entre 30 y 34 años. El resto, menores de 29 -40 con entre 20 y 24 años, 102 con entre 25 y 29 años. Además, nueve bebés llegaron al mundo con madres adolescentes o casi, de entre 15 y 19 años.
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