Los bomberos opositan a pleno sol

En realidad nadie se quedó atrás. Acostumbrados a un nivel alto de disciplina y de exigencia, todos los aspirantes lograron cubrir la distancia en menos de 12 minutos, según la marca establecida. Ayer, la mañana amaneció más fresca y para evitar el rigor del calor, las pruebas comenzaron a las 8. Una hora y media más tarde concluían, justo cuando el mercurio comenzaba a dispararse. Ayer tocaba salto de longitud, 2,5 metros de 'vuelo' y con los pies juntos y natación: 50 metros en 55 segundos en estilo libre. Un ejercicio que ayudó a refrescar el resto de la jornada.

Hoy les toca subir a brazo una cuerda de 5,5 metros y, en la recta final, los mejores deberán superar complicados retos de claustrofobia y vértigo. Un jurado selecciona estos días a los mejores candidatos para las 8 plazas convocadas por el Ayuntamiento (también se creará una lista de 32 aspirantes para cubrir interinidades). El nivel de exigencia es máximo y todos ellos han invertido mucho tiempo y esfuerzo, como reconocía ayer el propio responsable del jurado, que, según explicó, se está haciendo un esfuerzo por adelantar las pruebas para evitar las horas de mayor exposición al sol.

De los 103 aspirantes iniciales (incluida una mujer) ayer continuaban adelante 36 o, lo que es lo mismo, uno de cada cuatro inscritos. Veinticinco del ellos no lograron aprobar el examen teórico de hace dos meses con preguntas sobre el callejero logroñés y otras, y 11 cayeron en el psicotécnico.

A las 7.30 de la mañana de ayer ya calentaban los primeros en las inmediaciones del Adarraga, entre ellos bomberos del CEIS que buscan en esta convocatoria la oportunidad de trasladarse a Logroño, interinos del parque municipal y bomberos de otras comunidades en situación de provisionalidad laboral. Si les va bien, la oposición les marcará el resto de su vida. «Esto es vocación cien por cien, nadie se enfrenta a estas pruebas si no es por vocación. En mi caso me llena trabajar por la gente y esto me hace ir contento a trabajar contento todos los días», resumía Pablo Monzón, 39 años, de Alfaro e interino del CEIS. De más lejos, desde Cádiz, ha llegado Raúl Pérez, de 36 años, a quien no le importaría instalarse en La Rioja. «Me encanta este sitio ¡y aquí se puede hacer escalada, ¿no?», preguntaba después de que el jurado diera por bueno su salto. «Llevo 8 años preparando oposiciones, voy a todas, de momento llevo dos en el Consorcio de Cádiz, para mí es una forma de vida...». Como él, para muchos las oposiciones se convierten en sí mismas en una carrera de fondo, llevan años presentándose a todas las (pocas) que salen. «Esta es la tercera vez que me presento. Me he llegado a quedar a las puertas, ahora me conformaría con hacer el curso de formación y quedarme en la bolsa de aspirantes..., es un concurso oposición y los interinos tienen muchos puntos, además se pide carné de trailers, autobús..», resume Fernando Latorre, de Guadalajara. También llegaron de Madrid, Cádiz, y con perfiles dispares: futbolistas, personal de salvamento, triatletas, voluntarios en África.