J. C. Berdonces
Domingo, 13 de agosto 2023, 08:34
Los tópicos, en muchas ocasiones, distorsionan la realidad. También sucede en el complejo mundo del vino. Aquello de que las mujeres prefieren los vinos blancos no es más que una idea preconcebida y no del todo acertada. Una encuesta de la Asociación de Mujeres ... Amantes de la Cultura del Vino para conocer sus hábitos de consumo ha revelado, tras conocer unas 200 opiniones, que la mitad prefiere los tintos –crianzas o reservas antes que jóvenes– y el otro 50% se divide, de forma equitativa, entre blancos por una parte y espumosos, rosados y dulces por la otra.
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Otro tópico cada vez más erróneo, según los conocedores del sector, es el que vincula a los blancos sobre todo semidulces con el aperitivo o el vermú. «Son vinos frescos, con una mayor acidez, que sirven también para una comida o una cena», asegura Javier San Pedro, que hace ya doce años puso en el mercado el Anahí, un blanco semidulce elaborado con las variedades malvasía, sauvignon y tempranillo, «con el azúcar del propio mosto. Hacemos una parada de la fermentación, es un proceso complejo pero que aporta calidad», explica este bodeguero de Laguardia que se inspiró en los vinos de Alemania para crear este blanco «dedicado a mi madre, Ana Isabel, gran amante de los semidulces».
También tenía la referencia del blanco Diamante de Bodegas Franco Españolas «que en su momento tuvo mucho tirón» y llegó a ser número uno de ventas en España entre los vinos blancos de la DOCa Rioja. En 2011, entonces todavía bajo la tutela de su padre, San Pedro lanzó el Anahí, 8.000 litros. «Él me dijo que nos los íbamos a tener que beber nosotros. Que el vino estaba bueno pero tendría difícil salida», recuerda. En tres meses «lo vendimos, sobre todo en Logroño. A la gente le encantó».
Ahora esa producción la ha multiplicado por quince, «hasta las 120.000 botellas aproximadamente». En su opinión, son vinos que «cada vez tienen más público. Mucha gente que no consume vino habitualmente quiere probarlo por ser distinto a lo habitual. Es la puerta de entrada a nuestro mundo». Una oportunidad, también, para abrir nuevos nichos de mercado.
De hecho, hay varias bodegas que ofrecen esta gama de productos, entre ellas el padre de Javier San Pedro con el blanco El marido de mi amiga (Vallobera, en Laguardia), elaborado también con malvasía, sauvignon y tempranillo; Nube (viura y malvasía), de Bodegas Leza García en Uruñuela; el semidulce de Barón de Ley; o el Satinela de Marqués de Cáceres. Son algunos de los otros blancos de Rioja.
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