Con la desescalada, los alumnos vieron una oportunidad para salir de sus casas y acudir a las salas de estudio. Pero no en todos los casos fue posible. La Biblioteca Rafael Azcona abría sus puertas el 18 de mayo, pero la Biblioteca de La Rioja ... decidió esperar. El aplazamiento provocó el desconcierto entre alumnos que preparan estos días la EBAU y que no han dejado de pasarse por el edificio de la calle de la Merced para preguntar por la reapertura. El espacio de la biblioteca municipal se ha quedado pequeño para toda la demanda y siempre hay alguien que se queda fuera. Según confirmaron ayer en la propia Rafael Azcona, una media de 15 alumnos se quedan cada mañana en la puerta sin poder acceder. La restricción de aforo al 75% se ha quedado en este caso en el 60% para garantizar el metro y medio de distancia entre estudiantes y «ante todo prima la seguridad». La situación cambiará, sin embargo, a partir de mañana. La Biblioteca de La Rioja informó ayer a este periódico de su inminente reapertura, «que no ha podido ser antes por los protocolos muy exhaustivos y no sencillos de implantar». Se optó, explican, por la prudencia y poder abrir con todas las garantías aunque fuera unos días más tarde.
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Finalmente, será el día 1 de julio cuando se abran las salas de lectura y estudio y lo harán con límite de aforo, cita previa y un horario de mañana y tarde, de 9 a 14 horas y de 17 a 21, de lunes a viernes. Los usuarios deberán usar mascarilla, seguir las señalizaciones para la circulación interior y ajustarse a un curioso sistema de turnos basado en la rotación de sillas marcadas en colores. Así, se han etiquetado las sillas en verde y amarillo para garantizar la distancia social y la utilización alterna, así como para permitir la limpieza durante el día. De acuerdo al protocolo de prevención elaborado por el Gobierno riojano, cuando un usuario abandone la sala antes de la finalización del turno, se deberá inclinar la silla sobre el lateral de la mesa para evitar la futura utilización. Además, las personas que hayan utilizado un asiento en su primer turno solicitado deberán cambiar de puesto en el inicio del turno siguiente.
El aforo máximo permitido (75%) en la sala de lectura y estudios es de 63 personas en cada uno de los cuatro turnos establecidos: de 9 a 11.30 horas; de 11.30 a 14; de 17 a 19 y de 19 a 21 horas. Los aforos del resto de salas destinadas a la realización de actividades culturales serán los siguientes: patio (65 personas y/o una persona por mesa), salón de actos (95 personas), sala de conferencias (30), aula de formación (12 personas) y sala de exposiciones: 20 personas. La sala de clubes de lectura de momento no se utilizará por su pequeño tamaño y, por lo que respecta a la sala de préstamo de adultos, el aforo máximo será de 20 personas y dispondrán de un máximo de 30 minutos para la realización de sus trámites. La Biblioteca establece 72 horas de cuarentena a los libros devueltos.
Por lo que respecta al servicio de la sala infantil-juvenil, el aforo será de 15 personas, los menores de 10 años deberán ir acompañados de un adulto y cada adulto podrá ir acompañado de un máximo de dos menores de 10 años. No se permite la lectura en la sala y se priorizará la cita.
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De forma general, el acceso a los diferentes servicios será autorizado en el control de entrada donde deberá presentarse el justificante de cita previa y el carné de usuario. El acceso a la sala de lectura será con cita previa, vía web (larioja.org/cita previa) o telefónica (941 294 500) y el acceso a la sala de préstamo para adultos, vía web o telefónica.
Las zonas de lectura y estudio de la Biblioteca Rafael Azcona también han redistribuido sus puestos para cumplir con la distancia de seguridad entre ellos. En total están habilitados 47 puestos de los 114 totales. Ayer, en plenas fechas de preparación de los exámenes de acceso a la universidad (8, 9 y 10 de julio), la sala estaba ocupada al cien por cien de sus posibilidades. Cada mañana se forma en la entrada una fila cercana a los 60 jóvenes, pero no todos acaban entrando. Las medidas son rigurosas y el control es riguroso. Además de los asientos anulados, la mitad de las pantallas aparecían clausuradas con una bolsa negra. La Biblioteca de la calle Emilio Francés, con horario hasta las 20.30 horas, ha asumido el protagonismo que se le venía reivindicando. Es lugar de referencia en época de exámenes, pero la preocupación de estos días era saber qué iba a pasar a partir del miércoles, fecha en la que se instaura el horario de verano, de 10 a 14 horas. La apertura de la Biblioteca de La Rioja, durante 9 horas, viene a solventar esta carencia. Una de las novedades del centro es la obligación de acceder con carné por la importancia de asegurar el intercambio de datos para la lucha contra el COVID-19. «El sistema de trazabilidad está destinado a conocer quién está sentado en cada sitio, necesitamos saber el nombre, el teléfono por si fuera necesario en un momento dado con quién ha estado sentado y a qué hora un posible infectado», detalló una responsable. La hemeroteca y la sala infantil abrirán mañana.
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