Almeida, en 2020, sonriente durante su juicio por asesinato. FERNANDO DÍAZ

Una ley que beneficia al asesino

El repaso ·

De cómo es terrible el empecinamiento en no tocar una ley que es buena para los peores

Pablo Álvarez

Logroño

Domingo, 15 de enero 2023, 01:00

Si La Rioja fuera Madrid tengan ustedes por seguro que llevarían tres días viendo el careto de Francisco Javier Almeida en cada telediario. Porque es difícil encontrar un ejemplo más repugnante y a la vez más clarificador de lo que está significando la metedura de ... pata de la 'ley del solo sí es sí'. Sí, eso que le daba tanta risa esta semana a la secretaria de Estado de Igualdad.

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La cosa es tremenda aunque, como digo, haya pasado en La Rioja, ese sitio en el que nadie se fija. Sobre todo por el quién. La ley esa, que por lo visto nada tiene de malo, ha servido para rebajarle la pena a uno de los seres humanos más crueles que ha conocido este país. Un breve historial: tras atacar y dar por muerta a una niña que gracias a Dios sobrevivió, cuando salió de la cárcel violó y mató salvajemente a una empleada de inmobiliaria en el piso que ésta le estaba enseñando. Y cuando volvió a salir de la cárcel, acabó con la vida de otro niño, en Lardero, en 2021.

La rebaja no ha tenido, esta vez, consecuencias reales. Porque a Almeida ya le pusieron en la calle en libertad provisional, sin vergüenza y sin vigilancia, en otra actuación de la administración que, por lo visto, nada tuvo tampoco de equivocado. Y que, de nuevo por lo visto, también va a quedar impune.

Pero casi, casi, que me da igual. El caso es que un tipo como Almeida, probablemente el peor tipo de criminal que uno puede imaginarse, se puede beneficiar de esta ley fallida y salir de la cárcel antes de lo que le hubiera correspondido. Y que si hay otros por ahí como él, también se beneficiarán y saldrán a la calle antes, por supuesto también sin vergüenza y sin vigilancia.

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Mientras, la secretaria de Estado se descojona y dice que los que le critican son fachas. Pues que muy bien.

Lo malo de todo esto no es que se haya cometido un error con una ley, algo que después del asunto de Almeida debería estar ya fuera de todo posible debate: la cagada es tal que afecta, permítanme repetirlo, al peor tipo de criminal que existe en nuestro país. Errar es humano y comprensible. Pero ya no lo es el empecinamiento en no reparar ese error, en dejar las cosas así a sabiendas de que están mal simplemente por alimentar ese orgullo de perseguido que tanto gusta en Podemos. Los 'Almeida' de turno estarán contentos. El resto, no.

Miércoles | Planas

No llegar a tiempo

Las voluntades no se demuestran hablando, sino haciendo. Está bien que el ministro de Agricultura, mesié Planas, aterrice por La Rioja y diga que su convencimiento es que Rioja debe mantener su unidad. Pero estaría mejor que el instrumento jurídico que por ahora está en su mano para evitar el primer asalto contra esa unidad ('Viñedos de Álava') se tramitara con la urgencia que corresponde. Y para el objetivo con que se hizo: evitar ese absurdo de que un mismo viñedo pueda servir para dos denominaciones de origen.

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La modificación normativa en cuestión no es la primera de su rango. En otras ocasiones similares, esta «modificación normal» del pliego de condiciones de la DOC se hizo rápidamente, sin necesitar abrir un trámite de recursos nacional. Pero en esta ocasión, oh sorpresa, se ha decidido lo contrario, abrir ese plazo de recursos no necesario legalmente, corriendo así el riesgo de que no se llegue a tiempo. Un trámite que, evidentemente, será utilizado a conciencia por los promotores de 'Viñedos de Álava' para alargar los plazos al máximo y conseguir, así, tener en el mercado vinos de esa denominación este año.

Viernes | Teresa

Cinco vidas nuevas

Teresa, médico en un hospital de Almería, viajó a la India de vacaciones. Murió allí por culpa de un derrame cerebral. Su hija, médico en el hospital de Calahorra, tuvo que tomar la decisión más difícil, en un país a miles de kilómetros y con todo el dolor a cuestas: la donación de órganos que ella quería, y que no es tan frecuente en aquel país como aquí por culpa de la pura superstición.

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Teresa murió, un dolor que nadie puede evitar a quienes la querían. Espero, sin embargo, que esas cinco vidas que sus órganos salvaron en la India sirvan, al menos, de consuelo. No hay muertes útiles, pero sí solidaridad más allá de la muerte.

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