La huelga de los transportistas, que todavía sigue vigente en algunos puntos del territorio a nivel nacional, está dejando como nuevos damnificados a las más ... de 3.000 familias que acuden al Banco de Alimentos de La Rioja, que está a punto de quedarse sin leche. Sobre todo porque, desde que este paro comenzó, llevan dos semanas sin recibir ni una sola gota de este producto tan básico. «Estamos bajo mínimos. Con las existencias de leche que nos quedan tan solo tenemos para una semana, por lo que nos vemos obligados a restringirla al máximo», explica José Manuel Pascual, presidente de la entidad en La Rioja.
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Por norma general, distribuían unos 500 litros de leche por familia, pero ahora tan solo disponen de un palé en el almacén. Ante esta situación, apenas les quedan 800 litros para repartir entre los más de 11.000 beneficiarios. «Vamos tirando de las aportaciones de la Gran Recogida, de la que estamos transformando las donaciones económicas en alimentos, pero con la huelga la distribución de la leche se ha bloqueado y ahora no nos llega ni para una semana», comenta preocupado.
Aunque la predisposición de las grandes cadenas de supermercados, sus principales proveedores, es positiva, ya les han comunicado que no les pueden abastecer con los pedidos realizados porque ellos también se enfrentan a la escasez de suministros. «Hicimos un pedido de 25.000 litros de leche, pero no sabemos cuándo lo vamos a poder recibir. Desde los supermercados no nos saben dar ninguna fecha», lamenta Pascual.
La incertidumbre es la tónica general. De seguir la huelga, «no podremos repartir leche entre los beneficiarios». No obstante, y a pesar de la carencia, el presidente del Banco de Alimentos de La Rioja confía en que se solucione pronto este desabastecimiento.
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Otro de los aspectos que también han notado en la entidad benéfica es el desvío de las aportaciones solidarias hacia Ucrania. «Nos han llamado muchas personas para ayudar a los ucranianos que llegan a La Rioja. Los riojanos saben que estamos para asistir a quienes necesitan alimentos y, en estos momentos, son los refugiados quienes más los necesitan».
Una acción que, por el contrario, ha disminuido las donaciones hacia el Banco de Alimentos. «Apenas estamos recibiendo donaciones, pero nos damos por satisfechos porque aún estamos cubiertos por los fondos recaudados en la Gran Recogida, que nos permiten adquirir los productos según los vamos necesitando». De ahí que la prioridad ahora sea ayudar a los refugiados ucranianos.
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