La legislatura en la que todo lo que pudo pasar pasó

Ni es la legislatura que hubiera querido ni imaginado. La irrupción del covid trastocó toda la planificación y obligó a reorientar los esfuerzos y los recursos. De puertas adentro, Concha Andreu fulminó la bicefalia Vara de Rey-Martínez Zaporta, hasta imponer un gabinete absolutamente fiel a su perfil, y ha conseguido controlar la prueba de carga que ha supuesto el pacto de Gobierno con IU, resistiendo, incluso, el envite de mantener en el Consejo de Gobierno a una desacreditada Raquel Romero, expulsada de Podemos. Hacia fuera ha hecho valer su sintonía con el Gobierno central y el presidente Sánchez, lo que se ha visto correspondido con una cascada de visitas de Moncloa a la comunidad, pero han sido contados los acuerdos institucionales con otras regiones.

Es uno de los tres únicos consejeros que completarán la primera legislatura de Concha Andreu. Recuperó el Impuesto de Patrimonio, ha articulado una fiscalidad «justa y progresiva» y, sobre todo, ha llevado el peso de la negociación con IU en cada uno de los proyectos presupuestarios, evitando contrariar al socio imprescindible de un pacto de Gobierno que ha logrado mantener a salvo y «con salud de hierro».

Del «nadie como tú para tomar las difíciles riendas del sector que dejó el PP», que le brindó la presidenta en mayo de 2020, a tres meses después ser cesada de forma fulminante. Ana Santos estuvo al frente de la Consejería de Servicios Sociales y a la Ciudadanía desde agosto de 2019 al mismo mes de 2020. Fue relevada por Pablo Rubio, que añadió al departamento la competencia de Gobernanza Pública heredada del defenestrado Francisco Ocón.

Indiscutiblemente, Salud ha sido la consejería sobre la que han estado puestas todas las miradas en esta legislatura. A su tradicional trascendencia se sumó un terremoto pandémico con réplicas en todos los ámbitos riojanos pero cuyo epicentro estaba en la sanidad. El covid eclipsó dos años y sus consecuencias aún se sienten. Sara Alba fue la consejera encargada de lidiar con una situación desconocida y con la gestión regional de una exitosa campaña de vacunación. Fue destituida en enero de 2022 por «pérdida de la confianza». María Somalo tomó el relevo para afrontar la reconstrucción y lidiar con las secuelas pandémicas.

A diferencia de las remodelaciones de gabinete precedentes, José Ángel Lacalzada relevó en febrero de 2021 sin traumatismo a José Ignacio Castresana (pasó a gestionar el Plan de Transformación) al frente de la Consejería que diseña la planificación estratégica de todos los vectores de desarrollo de la economía regional. En el momento de su llegada, la debacle económica provocada por el covid aún no se había superado, a lo que se sumó otro reto: atraer inversiones empresariales ofertando suelo industrial a precios competitivos.

La de Eduación fue la consejería que abrió la cascada de sustituciones en el Gobierno regional, menos de un año después de su puesta de largo. De Luis Cacho, uno de los fichajes estrella de Andreu, a Pedro Uruñuela (a partir de agosto de 2020), hombre de diferente perfil, más orientado a las aulas que a los despachos. Uruñuela tuvo que lidiar con un sector combativo y una consejería con varios frentes abiertos, algunos victoriosos y otros, enquistados más allá de lo que el Ejecutivo pretendía. La pandemia además, obligó a una intensa gestión de los recursos, procesos y situaciones, a una reinvención educativa, con clases virtuales, protocolos y confinamientos.

Álex Dorado relevó en agosto de 2020 a José Luis Rubio (volvió a la Consejería seis meses después de dimitir a un puesto de segunda línea), con la advertencia de que las infraestructuras, de las que también es competente, no lo iban a «absorber todo». Ha sacado adelante la primera normativa autonómica en la lucha contra el cambio climático, pero ha colisionado con el campo a cuenta de las renovables, la Ley de Caza y la coexistencia del lobo, como especie protegida, con la ganadería extensiva. Desde enero de 2022, y tras el cese Sara Alba, es el portavoz (el tercero de la legislatura) del Gobierno regional.

Eva Hita puede presumir de ser una de las supervivientes del primer Gobierno de Andreu. Calma en los despachos, aunque alta conflictividad social. El covid puso a prueba al sector, pero en este ámbito, lo peor estaba por llegar, con la crisis provocada por la guerra en Ucrania y el encarecimiento de los insumos agrarios. Mientras, el vino de Rioja incide en una tendencia a la baja que ha forzado en los últimos meses a plantear la destrucción de uva y de los excedentes de vino de las bodegas.

La consejera con menos competencias y resultados –la Ley de Igualdad y la apertura del centro de atención LGTBI en 2022 evitan una legislatura en blanco–, que 'expropió' al IER el Palacio de los Chapiteles durante un año. Y la más protagonista, sólo sea por las peticiones de cese, que Andreu ha desoído.

La presidenta Concha Andreu ha contado con tres portavoces esta legislatura. El primero, y con cargo expreso, fue Chus del Río, entre agosto de 2019 y el mismo mes de 2020. Le relevó Sara Alba, quien compaginó esta tarea con la de consejera de Salud hasta septiembre de 2021, momento en el que fue reemplazada por el consejero de Sostebilidad y Transición Ecológica, Álex Dorado.

En febrero de 2021, el Gobierno creó un órgano adscrito a la Oficina de la Presidenta para gestionar los fondos europeos y el Plan de Transformación de La Rioja. Y fue al exconsejero de Desarrollo Autonómico, José Ignacio Castresana, al que Andreu encomendó coordinar como delegado las estrategias para que la región «avance en tres años lo que tardaría veinte». A través de cuatro ejes –Enorregión, Valle de la Lengua, Ciudad del Envase y Territorio Digital de Servicios–, que el propio Castresana, junto a Andreu, presentó el 3 de febrero de 2021. Fue su primera y última comparecencia pública. La oposición fracasó en el intento de crear una comisión parlamentaria para controlar su gestión.