Un tercio de la plantilla de La Rioja 360 está de baja «por ansiedad»

Meses atrás el propio Gobierno regional anunció que La Rioja 360 Grados Avanza, empresa pública dependiente de la Consejería de Cultura, Turismo, Deporte y Juventud, se reestructuraba «para impulsar la estrategia turística» pero esto no solo no ha resuelto un problema existente con el personal sino que parece haberlo agravado. Desde noviembre de 2023 se vienen sucediendo bajas que no se cubren, desembocando una de ellas en la marcha voluntaria de quien fue coordinadora de La Rioja Film Commission, a quien se le ofreció un nuevo puesto que rechazó ocupar. Por tanto, de quince trabajadores en la plantilla ahora solo hay diez en activo, quedando sin nadie el departamento de Promoción. Esto ha provocado la inacción de la Dirección General de Turismo al frente de la que está Virginia Borges y ya ha habido protestas de profesionales del turismo en La Rioja.

«Nos llegan quejas del sector porque no se está organizando el trabajo, pero cómo vamos a funcionar si nos falta gente», explica una persona de la plantilla de La Rioja 360 que desea permanecer en el anonimato. Desde una parte del sector turístico se transmite que en un año llevan celebradas más reuniones que en toda la legislatura anterior y que han colaborado en todo lo que les han pedido aportando información para un análisis que se desea hacer desde Turismo pero el resultado es la «parálisis». Desde el sector del turismo deportivo y de aventura se sienten «abandonados». «Esto no es nuevo, pero ahora se ha incrementado. No tienen en cuenta el gran valor que tiene a día de hoy tanto la naturaleza como el deporte para atraer turismo», declara un profesional.

Sin embargo, la visión es distinta para Demetrio Domínguez, presidente del Consejo de Turismo de la FER y de la Asociación de Hoteles de La Rioja, quien mantiene su confianza en la Dirección General de Turismo y «la ordenación de los recursos humanos y económicos» para lograr «la rentabilidad económica y social que necesita el turismo y la sociedad riojana».

Virginia Borges ha promovido una modificación sustancial de contratos extinguiendo algunos puestos y otorgando nuevas funciones a los empleados de tal manera que quien ostentó una dirección y ejercía de jefe de área «ha sido relegado a la labor de documentalista», indican desde La Rioja 360. «Lo estamos pasando muy mal y los sindicatos no han ayudado mucho. Nos están llevando al límite por la desorganización», advierten. Tal es así que de los casi 13 millones de presupuesto con los que cuenta la empresa pública para este año 2024 calculan que puede llegar noviembre sin haber ejecutado el 50%. «No se ha hecho nada desde julio hasta hoy, se ha estado viviendo de las rentas», asegura otra persona que califica la situación laboral que se vive en La Rioja 360 de «insostenible».

Por otra parte, y según consta en el Portal de la Transparencia del Gobierno de La Rioja, destaca el gasto de casi 25.000 euros en un año en servicios externos de «gestión de proyectos», «implantación de metodologías de trabajo» y apoyo en Fitur de un mismo proveedor, repartidos en facturas de idéntico importe (siete de 3.055,25 y una de 3.587,65 euros), sin que conste concurso público. En cambio, sí consta la licitación del suministro de papel de impresión por mil euros.

Diario LA RIOJA ha solicitado dos veces hablar con Virginia Borges para conocer su versión, pero la única respuesta ha sido un escrito del gabinete de prensa de la Consejería en el que se justifica que «La Rioja 360 se encuentra en un periodo de reestructuración para lograr ser una empresa líder en la promoción y estar preparada para los cambios que debe afrontar el sector turístico».

«Dentro de ese proceso se ha realizado, junto a los sindicatos, una modificación de funciones de los puestos de trabajo que han sido aceptados en un acuerdo», añade la nota, y anuncia la previsión de ampliar la plantilla en los próximos meses. En cambio, desde la plantilla de la empresa pública se asegura que «hubo una imposición de los nuevos cargos y, en una reunión interna con los sindicatos, aunque queríamos votar en contra, no lo hicimos para evitar los despidos».