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Hubo un tiempo en el que escolarizar por primera vez a los niños de 3 años era una carrera de obstáculos en la que las familias hacían cuentas, llamaban a los centros, esperaban al último segundo para presentar su escolarización, empadronaban al niño en ... casa de los abuelos... Eso era cuando había chiquillos. Cuando el 70% de los centros ponía el cartel del 'no hay pupitres' y la comisión de escolarización (la encargada de asignar plaza a quien no accede al centro elegido como primera opción) tenía más trabajo que nunca. Eso era en el 2013. Los nacidos en el 2010 fueron los últimos con problemas serios para elegir colegio en Logroño, donde más problemas se han suscitado a lo largo de los años.
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El descenso de la natalidad (en el 2010 nacieron 3.374 niños por los 2.566 del 2017) ha vaciado progresivamente las aulas y reconfigurado el campo de juego de la escolarización que, con una oferta similar a aquella, ve cómo para el año que viene únicamente han llenado sus aulas seis centros: cuatro de la red pública (Caballero de La Rosa, Juan Yagüe, Obispo Blanco Nájera, Siete Infantes de Lara y dos de la concertada (Paula Montalt y Jesuitas). Uno de cada cuatro pupitres está vacío y el escenario de futuras escolarizaciones tampoco es halagüeño: la quinta del 2018 está integrada por 2.330 niños; la del 2019 por 2.407.
En esa amalgama de alumnos, plazas, pupitres y vacantes, aflora también una nueva configuración de las aulas para los estudiantes de tres años en la que la natalidad ha introducido el factor reductor de la ratio para hacer frente a la pandemia. Así, ante lo que sucedía hace apenas ocho cursos, cuando la media de niños por aula estaba más próxima a esa ratio máxima de 25 niños, el próximo septiembre el promedio por clase será de 18,22 alumnos (18,93 en las concertadas y 17,51 en las públicas) con horquillas que van desde los dos a los 25 estudiantes por clase si se mantienen todas las unidades ofertadas.
Esa será la decisión que deba adoptar Educación y que comenzará a configurarse en la comisión de escolarización de esta semana. La Justicia paralizó la reducción de la oferta de plazas de Alcaste, Escolapias y Salesianos que proponía la consejería de Luis Cacho... pero no el aumento de la ratio mínima de alumnos por aula para los concertados (21 alumnos), que sigue vigente.
¿En qué se traduce? Todo dependerá de la decisión que adopte la Consejería. Su aplicación estricta implicaría la eliminación de un aula en La Enseñanza, Escolapios, Escolapias, Rey Pastor, Santa María, La Inmaculada, Los Boscos y Salesianos (estos tres últimos centros se quedarían sin clases de primero de Infantil) y la reubicación de al menos 119 alumnos. Su hipotética traslación a la red pública tendría mayor impacto; hasta 15 centros perderían un aula; Vuelo Madrid Manila, Vélez de Guevara, Varía, San Pío X, San Francisco, Milenario de la Lengua y General Espartero se quedarían sin alumnos de 3 años al perder su única clase de este nivel; y 143 alumnos tendrían que ser recolocados.
Lo único claro es que la comisión de escolarización debe asignar centro a los 45 alumnos que están en lista de espera. Su decisión empezará a arrojar luz.
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