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En la enseñanza superior, al igual que en el resto de etapas, pueden surgir ciertas dificultades o imprevistos que impactan en el aprendizaje y en el rendimiento académico de los estudiantes. En algunos casos, porque no disponen de las herramientas de gestión emocional que les pueden permitir afrontar las inquietudes, estrés o nervios derivados del plan de estudios. En otros, por sus circunstancias personales, algunas agravadas tras la irrupción de la pandemia, pero también por la complejidad que encuentran de compatibilizar los estudios con la vida laboral.
Cada situación es única, pero todas se pueden resolver con la ayuda del Servicio de Orientación Académica (SOA) de UNIR, que se encarga de diseñar estrategias y herramientas de aprendizaje para todos los estudiantes. También asisten a los alumnos con dificultades especiales, a los que les dotan de las competencias necesarias para que finalicen sus estudios con éxito, e imparten talleres virtuales a lo largo de todo el curso académico. «Intentamos ayudar a todos los estudiantes con sesiones grupales, en las que les proporcionamos materiales, herramientas y tutoriales, pero también nos centramos en la situación específica de cada estudiante con un seguimiento y apoyo individualizado», explica Uxue Pando, responsable del departamento.
Porque el principal objetivo del SOA, en el que se trabaja de manera proactiva, es adelantarse a las posibles dificultades que les puedan surgir a los alumnos. «A todos nos puede pasar que la vida nos dé un vuelco y surjan circunstancias sobrevenidas», asegura Pando, que insiste en que «cualquiera puede tener un momento difícil y necesitar una ayuda extra, que es para lo que estamos, para ayudar a los alumnos en todo lo que haga falta».
Uxue Pando | Responsable del Servicio de Orientación de UNIR
El foco siempre está puesto en los estudiantes. «Cada alumno es único, de ahí la adaptación del servicio y de las sesiones individualizadas a cada una de sus circunstancias», explica Pando. «Siempre hay una pequeña toma de contacto previa para que, en función de las circunstancias personales y laborales de cada uno, se establezca un plan de trabajo individualizado, porque no hay un plan igual que otro».
Quién lo integra En el departamento trabajan cinco personas, la mayoría licenciadas en Psicopedagogía, con grandes habilidades comunicativas.
Qué pretende El Servicio de Orientación Académica busca ayudar a los alumnos de UNIR mediante estrategias y herramientas diseñadas específicamente para ellos.
Cómo funciona El departamento ofrece sesiones grupales, que son virtuales, o individuales, en las que la atención es totalmente personalizada.
Las necesidades son muy amplias: hay quienes necesitan aprender a organizarse, mientras que a otros les hace falta hacer frente a las inquietudes o nervios de los exámenes y trabajos. «Les enseñamos las herramientas y pautas para que sepan utilizarlas y sean estudiantes autónomos, porque de lo que se trata es de fomentar su autonomía». En este sentido, los alumnos que llegan al departamento aprenden habilidades que van desde la ofimática hasta técnicas de gestión del tiempo. «Algo que les preocupa y que trabajamos mucho es cómo compaginar los estudios con el trabajo o la vida personal, porque muchos también son padres de familia y les cuesta compatibilizarlo todo», asegura. A todos ellos les enseñan técnicas de estudio y de relajación personalizadas, entre otras habilidades. «Nosotros les ayudamos proporcionándoles las herramientas y explicándoles cómo funcionan para que, en un momento dado, sepan aplicarlas y puedan organizarse de manera autónoma», concluye la responsable del Servicio de Orientación de UNIR.
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Carmen Rosa Jimeno es una de las estudiantes que forma parte del Servicio de Orientación Académica (SOA) de UNIR. A este departamento recurrió hace ya dos años para solventar las dificultades de aprendizaje con las que se encontró al completar su formación con el máster universitario en Neuropsicología y Educación de UNIR.
«Tenía dificultades para organizarme con el estudio y para compatibilizarlo con mi vida personal. Se lo comenté a mi tutora y me recomendó este servicio, del que estoy muy agradecida, porque me ha ayudado muchísimo a nivel académico y personal. Ahora puedo planificar mis estudios y compaginarlos con mi vida personal», asegura Jimeno.
De hecho, la ayuda prestada por este departamento le ha permitido sobrellevar los momentos de mayor estrés. «Ahora sé llegar con calma a los repasos y estoy tranquila antes de los exámenes, que es lo que más me ayuda para rendir en todas las pruebas y que me dé tiempo a hacerlas», resalta Jimeno. Todo debido a que tras recurrir a este servicio «me organizo mejor para estudiar, así como para aprender bien el temario y realizar las actividades de cada asignatura».
En este sentido, una de las contribuciones que más valora del Servicio de Orientación Académica «es el seguimiento de cómo llevo la planificación y el acompañamiento recibido, que me ha ayudado a mejorar mi rendimiento, a organizarme con el estudio y a compaginarlo con mi vida personal». Porque son varias las habilidades y técnicas aprendidas. «He aprendido a aprovechar el tiempo y a planificarme de una manera más ordenada», resalta.
Pero también ha podido reforzar otras competencias, como la capacidad de síntesis o memorística. «Me han dotado de herramientas con las que he aprendido a resumir, a sacar la actividad más importante, a memorizar o a planificarme mejor. Todas estas habilidades me han ayudado muchísimo a seguir adelante y a compatibilizar los estudios con mi vida personal y laboral. Me he sentido muy acompañada», concluye Jimeno.
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