Recreación de un mosquito tigre y una avispa asiática en una mano. (Tamaño aumentado)

Las especies invasoras más preocupantes crecen en La Rioja gracias a los inviernos suaves

La Rioja inicia el trampeo en la lucha contra el avance de avispa asiática y mosquito tigre

Lunes, 24 de marzo 2025, 07:28

Llegaron sin visado ni billete de vuelta. Han venido para quedarse tras un cómodo viaje por tierra, mar o aire a lomos de la globalización, ... el cambio climático y la complicidad humana. Son las Especies Exóticas Invasoras (EEI), un voraz ejército que aniquila a las poblaciones autóctonas, altera la biodiversidad, obliga a desembolsos millonarios en una batalla perdida de antemano y, en algunos casos, con riesgos añadidos para la salud pública al ser vectores de transmisión de enfermedades graves.

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El Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras recoge 199, un listado que en La Rioja tampoco ha dejado de crecer. En 2019 se constataba la presencia de 29 de ellas, hoy ya son 35 –22 de fauna y 13 de flora–. Cada aviso o posible detección es validado e incorporado al Banco de Datos de la Biodiversidad de La Rioja, que elabora la Consejería de Medio Ambiente, con la colaboración de los expertos de IDERioja, e incluido en un mapa interactivo en el que se multiplican las marcas: las 1.909 referencias de 2019 se convirtieron en 2.596 en 2023 y hoy han escalado hasta las 3.122, con 1.174 de fauna y 1.198 de flora.

Todas son dañinas, pero algunas inquietan especialmente, como el mosquito tigre y la avispa asiática, dos especies dadas ya por establecidas en la comunidad. En esa batalla, el trampeo es una herramienta imprescindible, y La Rioja está a punto de activarlo de cara a unos meses que los expertos auguran complicados tras la suavidad de la estación invernal. «Ha sido un extraño invierno, un invierno primaveral. Diciembre, enero y febrero han dejado 1,1 grados más de media, no ha habido ni una sola ola de frío y sí 7 episodios de calor», destacaba hace unos días Paloma Castro, delegada de la Aemet, en un análisis que supone una autopista a la proliferación de ciertas especies.

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«Tras un invierno suave, efectivamente este año puede ser más complicado. De hecho el año pasado se detectó mosquito tigre a finales de noviembre, con capturas de ejemplares, y dejamos trampas de adultos incluso hasta diciembre, aunque ya en ese último mes no se detectó, pero sí otros mosquitos; es decir, hay mosquitos casi todo el año. El cambio climático está propiciando que muchísimas especies, tanto las exóticas invasoras como otras, cambien sus hábitos de ciclo de vida», destaca Elena Rodríguez, de Salud Pública, el servicio encargado de la vigilancia (en coordinación con Medio Ambiente y el Cibir) de esta especie que puede transmitir enfermedades como dengue, zika o chikungunya.

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El Aedes albopictus, especie originaria del sudeste asiático, se detectó por primera vez en Europa, en Albania, en 1979 y, en España, en Cataluña, en 2004. La vigilancia en La Rioja la puso en marcha en 2016 el Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores (Cretav) del Cibir y la primera detección en la comunidad se produjo en 2020, en Haro.

«El mosquito tigre está establecido en La Rioja y, además, se está extendiendo», asegura Arantza Portillo, doctora en Bioquímica y Biología Molecular e investigadora del Cretav en el Cibir, que se encarga de vigilar, además de esta especie, a otros artrópodos vectores.

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«Hay que actuar coordinados e intentar anticiparse a lo que se espera que haya, porque una vez que el mosquito tigre está establecido en la Rioja, prácticamente donde se busque se va a encontrar», alerta la especialista, que añade que «el clima influye y cuando las temperaturas son más suaves, como ha ocurrido este invierno, el mosquito aumenta su ciclo reproductivo y se multiplican sus poblaciones si las condiciones le son favorables». Por ello incide en los consejos de prevención a tomar por todos, tanto en los destinados a evitar las picaduras, mediante el uso de repelentes, mosquiteras y ropa adecuada; como los imprescindibles para minimizar los riesgos de expansión. «Son medidas para cuidarnos entre todos, como procurar que no haya acumulaciones de agua retenida en los canalones, bebederos de animales, alrededor de fuentes y piscinas o en los platillos que se colocan bajo tiestos y macetas», recita la doctora Portillo, que añade rotunda: «En unos pocos centímetros cúbicos de agua, incluso en el tapón de plástico de una botella, puede poner huevos y multiplicarse». 

El mapa riojano, con esa única referencia en 2020, contabiliza hoy 42, más de la mitad de ellas de 2024. «El año pasado en Logroño se detectó la presencia de mosquito tigre en tres zonas –en La Portalada, cerca de La Grajera y en el entorno del Hospital San Pedro, en este caso solo una detección muy puntual en agosto–; también hubo una detección en Agoncillo, en el polígono; en Haro en cuatro puntos, en el entorno del camping, en la zona de las piscinas, cerca de la estación de autobuses y en la zona de las bodegas; y en Calahorra, en el Parque del Cidacos, cerca del hospital», detalla Elena Rodríguez, quien anuncia el inicio inminente del trampeo, en poco más de una semana, en todos esos municipios. «Ahí, donde hubo positivos, vamos a empezar en abril y en el resto –Alfaro, Arnedo, Sojuela, Castañares de Rioja, Bañares, Ezcaray y Cirueña–, como solo hubo negativos, se hará a partir de junio», concreta la responsable de Salud Pública, quien admite que «el hecho de que no lo hayamos detectado en otras zonas no quiere decir que no esté, pero no tenemos la capacidad de vigilar todo». Por ello apela a la importancia de la ciencia ciudadana y a la colaboración mediante el envío, a través de la aplicación Mosquito Alert, de fotos con casos sospechosos.

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En el radar también figura la Vespa velutina, la ya popular avispa asiática, letal para la biodiversidad al interrumpir la labor de las abejas, ruinosa para los apicultores y preocupante en lo sanitario por el posible alza en las picaduras. Originaria del sudeste asiático, desde que se descubrió el primer nido en La Rioja, el 5 de diciembre del 2014 en Brieva de Cameros, los hallazgos de nuevos avisperos y las capturas de ejemplares de este voraz enemigo no han cesado. El mapa regional está repleto de puntos hasta sumar hoy 560 referencias.

En su proceso de colonización de la comunidad, esta especie está presente ya en todo el tramo del Ebro, desde Haro a Alfaro; por el Iregua ha escalado hasta Villoslada; por el Najerilla, hasta Anguiano y Brieva; por el Tirón, hasta Ochánduri; por el Leza, hasta Laguna; por el Jubera hasta Santa Engracia; por el Oja, hasta la Cruz de la Demanda; por el río Piqueras, hasta Lumbreras; por el Alhama, hasta Cervera... La detección y destrucción de nidos también refleja la magnitud del problema: de los 24 en 2021, a 83 al año siguiente y 105 en 2023, hasta los 152 del pasado año.

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Nidos de avispa asiática y trampas para captura de las reinas. L. R.

«Está ahora mismo localizada en todos los ríos y en todos los valles de la comunidad, pero hay más población en la vertiente occidental, en los ríos más templados, que en la suroriental. Aunque hay poblaciones detectadas en Arnedo, Arnedillo, en el Cidacos, en el Linares, en Cornago o en el Alhama, desde luego no se han detectado en la cantidad que sí hemos visto en el Ebro o en los tramos bajos y medios del Iregua, Oja, Najerilla y Tirón», detalla Carlos Muro, jefe del Servicio de Conservación de la Naturaleza y Planificación de la Consejería de Medio Ambiente.

«Podemos tratar de disminuir la problemática, de reducir las poblaciones, pero yo creo que ya hay un nivel de población y de ocupación del territorio que va a impedir que seamos capaces de revertir la situación para erradicar a la avispa asiática de La Rioja», confiesa el experto, quien también confiesa su intranquilidad «por el invierno suave y sin heladas que hemos tenido, ya que las avispas reinas, que se esconden debajo de los árboles, en el suelo, en grietas, etc. cuando la meteorología es muy dura y muy fría mueren en mayor número».

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El mismo temor se aprecia en los apicultores a tener de las solicitudes de trampeo presentadas, que cuadruplican a las del pasado año. «Se han autorizado ya un centenar de trampas de las 16 solicitudes de apicultores que nos han llegado de momento, frente a las cuatro de 2023», concreta Muro, quien aclara que «esta es la época ideal para el trampeo porque son los vuelos iniciales de las avispas reinas, cuando van a hacer los nidos primarios y, si son capturadas, evitamos que haya más nidos».

Un guarda forestal con un ejemplar de visón americano capturado en una tramo fluvial riojano. G. R.

De la desesperanza al éxito en la larga lucha frente al visón americano

La red de vigilancia regional, en la que están involucrados varios departamentos del Ejecutivo riojano, diversos organismos y la CHE peina la geografía en busca de nuevas especies invasoras y, a la par, no quita ojo a las 35 ya detectadas.

En las aguas preocupan la almeja de río asiática, el mejillón cebra, el cangrejo señal y el rojo y varias de las diez especies de peces intrusos ya certificadas en la región, entre otros. Y junto al cauce de los ríos, el inquietante visón americano, que acumula 298 referencias en el mapa interactivo de Medio Ambiente. Llegó a situar a su pariente europeo al borde de la extinción, pero el futuro empieza a antojarse esperanzador. «Hay muchas especies frente a las que la batalla está perdida, pero al menos hay que intentar ralentizar su expansión con los medios que tenemos, porque no se puede destinar todo el presupuesto a esto, vamos priorizando y buscando la eficiencia», resume Carlos Muro, jefe del Servicio de Conservación de la Naturaleza y Planificación, quien cita precisamente el ejemplo del visón americano. «Es una especie que sí creemos que se puede conseguir su erradicación y, además, la eficiencia está contrastada porque en los tramos en los que ya no está, el visón europeo comienza a levantar cabeza».

En coordinación con el resto de comunidades, en especial con Castilla y León, ya que Burgos y Soria son las principales vías de entrada de esta especie a La Rioja, la lucha empieza a dar sus frutos vía trampeo. En 2023 se capturaron 15 ejemplares, el pasado año fueron 9 y en los tres primeros meses de 2025 han sido 5 –3 en el Ebro, 1 en el Alhama y otro en el Tirón–. «Estamos consiguiendo niveles muy pequeños de capturas y con bastante esfuerzo y eso son datos esperanzadores porque se va consiguiendo que haya tramos y ríos completos en los que no hay visón americano», asevera el experto.

En tierra tampoco se pierde de vista a las 13 especies de flora detectadas. «Acabamos de hacer una intervención muy potente en Cervera para eliminar todo el ailanto del casco urbano y el entorno y vamos sacando contratos para la eliminación de otras, especialmente la hierba de la Pampa», concreta Muro, quien no oculta su preocupación por la aparición reciente de la ludwigia o duraznillo del agua, por su letal impacto en el ecosistema acuático.

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