La atención telefónica por conductas suicidas crece un 3,8% entre los menores riojanos

La Fundación ANAR, que dispone de un teléfono y de un chat que ayuda a niños y adolescentes en riesgo, ha detectado un incremento «muy preocupante» de las ideaciones o intentos suicidas en la región. Solo el pasado año, la atención telefónica por esta problemática pasó de un 5,3% a un 9,1% entre los menores riojanos, cifra que supone un 3,8% más con respecto a las consultas que se efectuaron en 2022. «Han crecido de forma significativa», asegura Benjamín Ballesteros, director técnico de la citada fundación antes de resaltar la importante labor que desarrollan desde ANAR. «Nos permite salvar vidas, sobre todo en aquellos casos en los que el intento de suicidio ya se ha iniciado en el momento en el que hablan con nosotros, que luego dan lugar a las intervenciones que realizamos».

Entre los factores que están detrás del alza de los problemas de salud mental entre los riojanos se encuentra la incidencia de la tecnología, que como expone Ballesteros tiene «mucho valor en este tipo de problemáticas. Sobre todo, porque «cuando un menor se encuentra mal, está sufriendo, con tristeza o con depresión y se pone en contacto con otras personas que hablan del suicidio como una posible solución, o incluso del procedimiento o método, aumentan las probabilidades de que la conducta suicida se llegue a cometer».

El pasado año, no obstante, también se produjo un aumento de las llamadas relacionadas con el acoso escolar. Le siguen las relativas a la violencia de género, de las que casi la mitad de los casos fueron de urgencia alta (47,5%), mientras que seis de cada diez fueron de gravedad alta. Además, se elevaron las dificultades de relación, «problemáticas que afectan en el entorno del propio menor y de sus personas cercanas, que aunque no llegan a convertirse en un problema de acoso escolar, sí que representan una dificultad de relación». Los problemas jurídicos, por su parte, aumentan entre «los adultos que están en el entorno por preocupaciones relativas a las separaciones, divorcios, régimen de visitas o de gestión de alimentos...).

En el lado contrario, en el de los descensos, se encuentran las autolesiones, que se han reducido de una forma «importante», el maltrato físico y psicológico, entre otros. En total, el teléfono de la Fundación ANAR atendió 9.526 peticiones de ayuda de menores riojanos y su entorno adulto, cifra que supone una media de 774 llamadas al mes y que sirvió para atender 108 casos. El motivo por el que se pusieron en contacto la mayoría de los niños y adolescentes estuvo relacionado con el acoso escolar y/o ciberbullying y el maltrato físico, mientras que las solicitudes de respaldo de los mayores se debieron a la violencia de género.

El motivo por el que se pusieron en contacto la mayoría de los niños, adolescentes o adultos estuvo relacionado con la violencia ejercida hacia ellos en todas sus formas (representa un 56% de los casos recibidos por el teléfono de ANAR y un 58,1% por la Línea de la Familia y los Centros Educativos) y con problemas de salud mental (con un 25,8% de las peticiones de ayuda por parte de los menores y un 21,1% por parte de los adultos y los propios familiares). Dentro de la violencia, el acoso escolar, las agresiones sexuales y extrafamiliar copan, detrás de la que se ejerce a la infancia y a la adolescencia, las principales peticiones de ayuda.

Además de la orientación psicológica, los departamentos jurídico y social de las distintas líneas de ayuda de la fundación también tuvieron que llevar a cabo 491 derivaciones (259 de ellas de carácter social y 232 de índole jurídico). Hubo 33 casos muy graves en los que se intervino de urgencia -con fuerzas y cuerpos de seguridad y servicios sociales y de protección a la infancia- por situaciones relacionadas con maltrato físico, seguidas de violencia de género en el entorno, violencia de género adolescente, acoso escolar y otras situaciones de riesgo (como son los intentos de suicidio o el acoso escolar).

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