La Rioja registró 696 ataques de lobos en 2022, casi el doble que un año antes

Los argumentos chocan a la espera de decisiones que se deben tomar en despachos de Bruselas, Madrid y Logroño. Pero, mientras tanto, la realidad en La Rioja es que la presencia de este cánido ha aumentado y también el número de sus ataques a ganado ovino, caprino equino y vacuno.

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente consignó 696 ataques de lobo en la comunidad durante el pasado año, casi dos al día, lo que supone un incremento del 90% respecto a 2021, cuando la cifra de denuncias se quedaba en 365.

Las zonas afectadas también se han ampliado y si hace unos años los ataques se circunscribían a 14 términos municipales riojanos, ahora se roza el medio centenar de poblaciones afectadas. Según el Ejecutivo regional, la explicación de este incremento está íntimamente relacionado con el aumento de manadas activas en la Ibérica.

Los técnicos, en los estudios realizados, han constatado que actualmente hay cuatro manadas plenamente asentadas en La Rioja, además de otra itinerante entre la comunidad y Soria. En los anteriores censos, las manadas eran una y tres. De acuerdo a los cálculos de Agricultura, esto supone que puede haber entre 18 y 38 ejemplares.

La situación ha llevado a la Consejería de Agricultura y Ganadería a mover ficha. El pasado agosto, la consejera Noemí Manzanos envió una carta a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, solicitando la exclusión del lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) al norte del río Duero. «Lo hicimos así porque su inclusión se inició de esa manera, con una carta de una asociación en defensa del lobo», recuerda Manzanos.

La respuesta ministerial no ha satisfecho al Gobierno de La Rioja. «En su carta, la ministra no nos dice nada, solo nos pide el último censo del lobo, porque alega que no lo tiene en su poder, algo que no es así, porque desde el 7 de julio está a su disposición. No sé si será que está en funciones o no se lo han hecho llegar», argumenta Manzanos.

La idea de la Consejería es insistir al Ministerio, pero también ir de la mano de otras comunidades con una visión similar del problema. «Estamos trabajando con el resto de regiones loberas, que ven que sus ganaderos son los que están en verdadero peligro de extinción y la sobreprotección del lobo puede ser una de las causas de esta situación», incide la consejera.

La petición cursada por Agricultura a Transición Ecológica de excluir a este cánido del listado Lespre provocó el firme rechazo de la Asociación para la Conservación y el Estudio del Lobo Ibérico (Ascel), que calificó la medida de «frívola» e «inmadura» y volvió a solicitar al Ejecutivo la anulación del 'Plan de Gestión del lobo en La Rioja y su coexistencia con la ganadería extensiva'. Este plan ya fue llevado por la asociación al Tribunal Superior de Justicia, que en julio lo suspendió cautelarmente al entender que el Ejecutivo no tenía cobertura legal para determinar la muerte de un 6% de la población del lobo.