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Teresa Villuendas (Fuenmayor, 1958) es ya a todos los efectos senadora autonómica por La Rioja. Tras la baja de Raúl Díaz y la polémica renuncia de Francisco Ocón a tomar el relevo, la compañera de bancada de ambos en el Parlamento regional tomó este martes ... posesión en la Cámara Alta con disciplina, una llamada a la responsabilidad y la intención de compatibilizar su labor en Logroño y Madrid.
– ¿Qué objetivos se marca en la etapa que ahora inicia?
– Defender al máximo los intereses de La Rioja en las Cortes. Hoy mismo (por ayer) acabo de participar en una reunión del grupo socialista donde se ha recordado que quedan pendientes de desarrollo 93 leyes, once de ellas orgánicas. Mi prioridad será velar por que las necesidades de nuestra comunidad queden salvaguardados en todas ellas.
– ¿Ha sido usted la solución de emergencia para el cargo tras el terremoto que supuso la renuncia al mismo del exsecretario general, Francisco Ocón?
– No. Me considero, sencillamente, una solución en la actual coyuntura. Yo he estado trabajando para el PSOE y el proyecto que defiende mi partido desde hace muchos años en diferentes facetas y con distintas responsabilidades orgánicas e institucionales. En este momento se me ha pedido desde la comisión ejecutiva y por parte de mi secretaria general asumir la tarea de senadora autonómica y así lo hago. Con orgullo y porque creo también que es mi obligación.
– Pero el hecho es que no fue usted la primera opción.
– Sí, es evidente. Quien lo fue, el señor Ocón, decidió por motivos personales no tomar el cargo de senador autonómico. Ante esa situación, alguien tiene que asumir el puesto de entre los que conformamos el grupo parlamentario como fija el actual Estatuto de Autonomía a la espera de que se ratifique la reforma del texto, que abre otras opciones.
– ¿Significa eso que vale cualquiera para un puesto en teoría tan relevante? ¿No queda tocada la imagen de la institución con tantos vaivenes, de carácter además personal y político?
– Es complicado lo que usted me plantea, pero no hay que buscar tres pies al gato. Yo soy senadora autonómica porque soy diputada en La Rioja, pero podría haberlo sido cualquier de mis otros compañeros o compañeras de una bancada con quince actas. Guardando las distancias, entre el Parlamento y el Senado hay cierto paralelismo en cuanto a la mecánica de funcionamiento. Una estructura de plenos, ponencias, comisiones o preguntas que no es ajena a quien está familiarizado con el hemiciclo.
– ¿Había un pacto para que Ocón fuera senador autonómico a cambio de renunciar al liderazgo del partido como afirma Concha Andreu o no había tal acuerdo, como sostiene el exsecretario general?
–No puedo contestar a esa pregunta porque desconozco si había o no algo hablado. Lo único que puedo decir es que una vez que Ocón comunicó que no aceptaba el puesto la secretaria general me llamó, propuso mi nombre a la comisión ejecutiva que lo aceptó por mayoría y de ahí pasó a la ratificación del grupo parlamentario. Y aquí estoy, dispuesta a trabajar al máximo.
– ¿Cura su nombramiento las heridas abiertas en el partido y la división que se presume en el grupo parlamentario socialista en el que continúan Francisco Ocón y sus afines?
– No existe ninguna fricción ni diferencias en el grupo parlamentario socialista. Tenemos un portavoz (Raúl Díaz) y una estructura sólida en la que todos trabajamos al unísono por y para sacar adelante las políticas del Gobierno de La Rioja.
– Usted fue una de sus señorías que se acogió a la liberación total (50.549,16 euros anuales) cuando el pasado verano se concretó la profesionalización de la Cámara. ¿Renunciará ahora a esas condiciones?
– Ambos sueldos públicos (el de senador y el de diputada) son incompatibles y optaré por la retribución de la Cámara Alta.
– ¿Y continuará como miembro de la Mesa del Parlamento? Las agendas en ambas instituciones no son menores y quizás alguna de las tareas podría resentirse por esa duplicidad.
– Tampoco puedo responder ahora a esa cuestión. Sencillamente, estaré en mi cargo de secretaria primera de la Mesa hasta que el presidente de la Cámara y mi grupo parlamentario consideren que sea oportuno. ¿Mucho tiempo?No lo sé. Lo iremos viendo en función de los acontecimientos y el trabajo. En todo caso, si llega el momento en que se decide que tengo que dejar la Mesa lo haré sin ningún problema. La del Senado y la del Parlamento son agendas intensas, pero a través de las nuevas tecnologías se pueden compatibilizar cuando haya coincidencia de fechas.
– ¿Heredará en Madrid las tareas que ha venido desempeñando Raúl Díaz?
– No necesariamente. Desde el Senado se me ha preguntado por mis preferencias para ocupar distintas comisiones y yo he apuntado Educación y Función Pública, pero todo dependerá de las necesidades. Donde se me requiera, ahí estaré.
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