Lunes, 19 de noviembre 2018, 13:39
Cuando Rosana Gómez-Cadiñanos y su marido recalaron hace ahora dos décadas en el hospital La Paz con su hijo Daniel gravemente afectado por un cáncer, nadie les guió en su periplo. Sólo la condición de médico de Rosana les puso mínimamente sobre la pista ... de cómo actuar. Y también una entereza donde la jefa de Oncología Pediátrica en Madrid intuyó la oportunidad de que encabezaran aquí un proyecto que acabó concretándose en 1999 en la Asociación riojana de familiares y amigos de niños con cáncer (FARO).
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«Fue la necesidad de devolver todo el apoyo que recibimos de tanta gente en aquellos momentos tan complejos», explica la presidenta de una entidad que ofrece apoyo integral a las familias que van pasando por los mismos apuros. Desde respaldo económico, hasta asesoramiento psicológico, médico, burocrático o emocional. Una asistencia concretada con los años en diversos programas que tampoco elude un grupo específico de duelo, la formación de pediatras riojanos sobre cáncer infantil o un plan coordinado con maestros y compañeros de aula para que los afectados persistan en sus estudios durante y después de la enfermedad.
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