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Las empresas agroalimentarias hace 40 años contaban con gran mano de obra, como se ve a la izquierda en Cosami, pero a día de hoy la maquinaria reeemplaza parte del trabajo manual, como en la imagen de la derecha en Calatayud. COSAMI | CALATAYUD
Artesanas profesionalizadas y con nuevos valores

Artesanas profesionalizadas y con nuevos valores

Jueves, 9 de junio 2022, 02:00

Artesanas y familiares. Así eran las empresas agroalimentarias en los años ochenta. Adjetivos que a día de hoy no llegan tan rápido a la mente al recordar –o imaginar— cómo eran los negocios de este sector hace cuatro décadas. Son atributos que muchas compañías aún conservan al residir ahí su esencia, como el de Javier Lafuente, gerente de Huerta Tormantos, dedicada a la conserva de vegetales. «Somos una empresa artesana y los procesos son muy manuales», indica Lafuente.

Sin embargo, al preguntarle sobre las diferencias respecto a su empresa hace cuarenta años menciona términos como la agricultura ecológica y regenerativa, la robótica colaborativa y la visión artificial. Conceptos que ni siquiera existían entonces. El éxito de Huerta Tormantos, así como el de otras empresas que han sobrevivido, ha sido encontrar el equilibrio entre sus valores y escuchar lo que demanda el cliente, profesionalizarse e invertir en innovación, un campo en el que este sector invierte en La Rioja 5,5 millones de euros (2020).

Para otras la solución ha sido reinventarse. Un ejemplo de ello es Cosami, que en sus inicios producían conservas vegetales pero que ahora, y desde 1996, hacen salsas. «Las conservas han pasado a mejor vida, nosotros hemos tenido que pisar el acelerador», indica Sixto Mendizábal, el gerente. Un giro que fue clave para sobrevivir ante la amenaza de las importaciones y los marquistas. «De 150 fabricantes de conservas en los años ochenta ya solo quedan 50», apunta Mendizábal.

EL SECTOR EN CIFRAS

  • 306 Empresas de alimentación

  • 426 Millones de euros en exportaciones (2021)

  • 5,5 Millones de euros invertidos eninnovación (2020)

Huerta de Tormantos y Cosami pertenecen al mismo sector y a la misma categoría de producto pero han tenido que tomar rumbos muy diferentes para poder salir a flote en un sector que mueve en La Rioja un volumen de negocio de 368 millones de euros, según los datos de 2019 de la FER. La otra parte del sector la forma el producto cárnico, que maneja un volumen de 295 millones de euros. A esta categoría pertenece Calatayud Cárnicas Avícolas, una empresa, que como dice su dueña Ana María Calatayud cuenta «con un alto grado de automatización». Además, en los últimos años ha implantado «proyectos de mejora continua LEAN, cambios en sistema informáticos ERP e Inteligencia Artificial basada en medidas predictivas para la gestión de la producción».

El trigo era la industria principal pero ahora «esa configuración ha cambiado»

El sector agroalimentario «es el principal sector industrial español y genera gran riqueza a través de su actividad a la vez que beneficia a otros sectores gracias a su interrelación», comenta Calatayud. En La Rioja lo conforman 306 empresas de alimentación, que en número de empleados se traduce en 5.055 personas por cuenta ajena y 372 autónomos. Ellos son el motor para obtener un Valor Agregado Bruto de 262 millones de euros (2019).

Una de las mayores dificultades que atraviesan personas como Javier, Sixto y Ana María es el descenso de la productividad en un 40% debido a la escasez de trabajadores. «Hay más maquinaria pero menos mano de obra», añade Mendizábal. Asimismo, el precio de las materias primas como las latas y frascos ha aumentado un 50% en un momento en el que el combustible y la energía también se han encarecido. «Esta crisis no se ha vivido en los 61 años que tiene Cosami», recalca Sixto.

La internacionalización, la entrada en la Unión Europea y el asociacionismo entre las empresas también han cambiado el sector, comenta Sheila Argaiz, secretaria general de las asociaciones agroalimentarias de la FER. Estos factores han propiciado un gran flujo de exportaciones, que en 2021 generaron una riqueza de 426,7 millones de euros en la región.

La agroalimentación ha cambiado mucho en los últimos años pero sigue siendo la industria más importante para La Rioja. Hace cuarenta años el trigo era la industria principal pero «ahora esa configuración ha cambiado», dice Argaiz. Es un sector que ha pasado a estar «hiperregulado» bajo garantías, certificaciones, el pacto verde... y que en los próximos años se enfrentará a retos como el relevo generacional de los agricultores junto con un aumento estimado de la demanda del 70% para el año 2050.

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