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Los aranceles anunciados por Donald Trump en el Día de la Liberación afectan, además de al vino de Rioja, al sector del aceite, ... de la madera y de la automoción.
Aceite
La exportación de aceite de la Denominación de Origen Protegida (DOP) de La Rioja a Estados Unidos es «puntual», reconocen en la organización, con lo que el posible impacto directo tampoco se espera de graves consecuencias. «Pero si la medida de Trump –en alusión al arancel del 20% al producto que sale de la oliva– perdura en el tiempo, puede haber más problemas», añaden las mismas fuentes oficiales.
Porque otros aceites como el andaluz podrían abandonar el mercado de Estados Unidos y concentrar sus ventas en España y el resto de Europa «y entonces habría mas competencia entre un número de clientes menor». Sin olvidar otro matiz, que en 2025 «puede haber una cosecha grande por las lluvias del primer trimestre. Y si nos enfrentamos a un mercado más pequeño con más volumen que vender...».
Madera
Garnica, una de las principales empresas de La Rioja, sigue con «incertidumbre» la evolución de los aranceles aunque por el momento el producto 'estrella' de la compañía, el tablero contrachapado de madera, «está incluido en la lista de exentos a lo que el miércoles anunció» Trump, explican portavoces de la firma con sedes en Fuenmayor y Baños de Río Tobía.
Hace un mes la Casa Blanca comenzó a estudiar los posibles aranceles a productos procedentes del bosque que estuvieran subvencionados por sus países de origen y que se vendieran a Estados Unidos a un coste menor que el producto local. «En Garnica no recibimos subvención por la materia prima y vendemos a mayor precio», justifican en la empresa, que, eso sí, se mantienen cautos con las posibles derivadas que pueda haber.
Automoción
A corto plazo «no es fácil cuantificar el impacto» de los aranceles anunciados por Donald Trump, pero en el clúster de la automoción de La Rioja «esperamos que no sea muy alto». Eso sí, Daniel Rueda, el secretario general de la agrupación empresarial, no oculta su «incertidumbre porque no sabemos a qué atenernos» con las medidas del presidente de Estados Unidos.
Desde el punto de vista de la exportación directa de componentes que fabrica la industria auxiliar riojana, «no hay una gran venta», pero en cuanto a la venta indirecta «Estados Unidos sí puede ser un mercado interesante porque algunos fabricantes de coches con los que trabajamos en La Rioja sí venden sus vehículos» al gigante norteamericano. Y entonces «ahí sí se puede notar el nuevo gravamen y tener repercusión en las ventas».
Pero los aranceles preocupan «como lo hace la transición al vehículo eléctrico que estamos haciendo todo el sector y la competencia que nos llega cada vez más agresiva desde Asia» con los nuevos modelos. El escenario para la industria de la automoción –en La Rioja, donde mueve 7.500 empleos entre directos e indirectos, supone un 8% del Producto Interior Bruto (PIB) regional con una facturación de unos 600 millones de euros– «ha cambiado por completo en los últimos años» y «encontrarnos ahora con una nueva amenaza en forma de aranceles, en un contexto de globalización, supone un retraso para todos». Y Rueda recuerda por último que «el cliente no está dispuesto a asumir más aumentos de precios».
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