Cs tiene fijada en su próxima convención el punto de inflexión para resetear una alternativa que acarició el poder y ahora coquetea con la irrelevancia. Daniel Pérez recaló ayer en Logroño para insuflar ánimos a los liberales riojanos y adelantar las claves del cónclave que ... se celebrará los días 17 y 18 de julio.
–¿Qué futuro le queda a Cs tras la debacle en las elecciones generales, el fracaso en las catalanas y el descalabro en las más recientes de Madrid?
–Me gustaría que su futuro sea el de otros partidos liberales en Europa que han sufrido también reveses electorales pero que han resurgido con fortaleza. Estoy convenido de que, en la medida que sigamos siendo útiles para la sociedad y la ciudadanía vuelva a percibir nuestra capacidad para solucionar problemas y desbloquear situaciones sin posiciones dogmáticas, Cs recuperará el protagonismo.
«Si el de La Rioja fuera un PSOE más moderado y sensato como el de Lambán en Aragón, sería posible un acuerdo de futuro»
–¿Cuál ha sido el error para caer tan rápido de tan alto?
–No cabe hablar de una sola causa, sino que concurren múltiples factores. El origen está en noviembre de 2019, cuando el partido pasa de 57 a 10 diputados y mucha gente se pregunta por qué Cs no ha servido para evitar un 'gobierno Frankenstein' acusando, creo que injustamente, a Rivera de no pactar con Sánchez cuando fue éste quien nunca movió un dedo por ello. A partir de ahí se han sucedido escenarios electorales hostiles en los que hemos quedado tocados y ahora toca volver a tomar impulso.
–¿No fue Albert Rivera culpable por levantar un cordón sanitario contra Pedro Sánchez y tratar de eclipsar al PP?
–No ha habido culpables exclusivos. Es verdad que el planteamiento de Cs en aquel momento fue de 'no' a un pacto con Sánchez, pero también es cierto que Sánchez nunca puso sobre la mesa la posibilidad de llegar a un acuerdo entre ambos como el de 2016. En cualquier caso, si hubo un error de cálculo, Rivera asumió su responsabilidad presentado su dimisión al día siguiente de los comicios del 10N. La coyuntura es extrapolable al caso de La Rioja, donde el PSOE de Concha Andreu no ha querido intentar negociar un acuerdo de estabilidad con los cuatro representantes de Cs y prefirió meterse un apoyo a medias con Podemos, donde la gobernabilidad de toda la comunidad autónoma depende de una diputada de IU.
–¿Tiene sentido en esa coyuntura y con la opción que tomó el PSOE que Cs siga tendiendo la mano para cambiar el equilibrio de fuerzas?
– Si se trata de pensar en lo que es bueno para los riojanos, activar políticas que dinamicen la economía, generen empleo o mejoren la sanidad y las infraestructuras, por supuesto. En todo aquello que suponga mejorar la vida de la gente, Cs siempre va a estar dispuesto a tender la mano porque está en nuestro ADN. Por encima de los intereses como partido o por mucho que quieran acusarnos de facilitar las cosas a quienes luego nos perjudican con su juego político.
–¿De verdad sería factible que Andreu acercara posturas tras las críticas de Cs al PSOE o su apoyo la anterior legislatura al PP de José Ignacio Ceniceros?
–Esa pregunta tendría que formulársela usted a ella. Lo que parece evidente es que Andreu ha dado muestras hasta la fecha de ser una ferviente 'sanchista' y probablemente no tenga criterio ni capacidad para decidir qué es bueno para su comunidad, sino solo lo que es bueno para Sánchez y su partido. Da la sensación de que Andreu está pensando más en las siguientes elecciones que en las próximas generaciones de riojanos. Si el de La Rioja fuera un PSOE más sensato y moderado como por ejemplo el de Javier Lambán en Aragón, sería perfectamente posible un acuerdo de futuro y estabilidad.
–Así como Cs se aprovechó en La Rioja del tirón nacional del partido con resultados históricos, parece inevitable que ahora sea arrastrado por la caída.
–Las marcas nacionales tienen su ventajas e inconvenientes en función del momento. Sin embargo, cada ámbito, sea municipal o autonómico, es diferente porque tiene la posibilidad de acuñar un sello particular, tener una impronta única. En este caso, estoy seguro de que los riojanos van a valorar que, pese a estar en la oposición, Cs no se ha guiado por el despecho sino que su actitud siempre ha sido sumar y ayudar a construir. Ahí está su papel en la reforma del Estatuto o el pacto por las infraestructuras, demostrando que cuando se piensa solo en la gente y no se responde a doctrinas anquilosadas es fácil alcanzar acuerdos.
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