El análisis del turismo, sector a sector

Los hoteles riojanos, a pesar de que esperan «un buen verano», sienten cierta preocupación por el impacto que la inflación puede tener en la economía de los turistas. «Se prevé un buen verano, pero se han paralizado las reservas por la escalada de los precios y por las informaciones poco halagüeñas que existen de que puedan volver a incrementarse en otoño o en invierno», asegura Demetrio Domínguez, presidente de la Asociación de Hoteles de La Rioja.

A pesar de esta situación, que está provocando que se frenen las reservas y las pernoctaciones sean más cortas, prevé que agosto «siga siendo un mes importantísimo de ocupación hotelera», aunque asegura que las llamadas aún no se han empezado a materializar.

Las expectativas, aunque ya no están puestas en alcanzar «un verano histórico», sí que pasan porque la comunidad riojana «siga siendo un destino importante en la época vacacional». «La Rioja tiene suficiente hotelería repartida por toda la comunidad para atender atractivos en Alfaro, Arnedo, Calahorra... en cualquier destino», resalta Domínguez, que asegura que el turista que visitará La Rioja será sobre todo nacional.

Las ganas de viajar tras dos años de pandemia preconizaban una buena temporada estival para las casas rurales de la región. «El verano prometía unos buenos resultados, porque veíamos que todo el mundo quería marcharse de vacaciones y hacer turismo rural. Pero la subida de precios, lo castigada que está la clase media trabajadora o la nueva ola de COVID son los factores que han hecho que se ralenticen las reservas», lamenta José Joaquín Sanz, presidente de la Asociación de Casas Rurales de La Rioja (Ascarioja).Unas previsiones que, junto a la oferta «muy extensa» del turismo de sol y playa, han provocado que las previsiones para este mes se reduzcan hasta el 60%. «En las últimas tres semanas las reservas se han frenado bastante. Julio ha sido un mes de parón que nos ha defraudado un poco, pero para agosto mantenemos las previsiones», relata Sanz, que estima que el grueso de las reservas se concentre en los veinte primeros días de agosto. Para estas fechas espera alcanzar unos niveles del 85% de ocupación.

Las viviendas turísticas miran con cierto recelo la época estival. A diferencia del pasado año, en el que colgaron el cartel de 'completo', la previsión es que, dados los actuales niveles de ocupación, esta temporada sea «bastante más floja» que la anterior. «Las reservas se han ralentizado mucho. Entre semana viene menos gente y las estancias también son más cortas», detalla Susana Díaz, presidenta de la Asociación de Viviendas de Uso Turístico en La Rioja (ARVUTUR).

La inestabilidad es la tónica general. «Las reservas nos llegan muy a última hora, una semana o incluso tres días antes, por lo que la previsión es muy complicada», sostiene Alonso, que considera que el miedo es el factor que está detrás de estas fluctuaciones. «La gente tiene miedo a coger algo con antelación, y eso que ofrecemos cancelación gratuita».

Una incertidumbre acrecentada por la inflación y por el repunte del COVID a la que también se suma el hecho de que los viajeros prefieren cambiar La Rioja «por el turismo de sol y playa».

Los campings, tras una Semana Santa «excelente», esperaban continuar la época estival con unos niveles de ocupación prepandémicos. «Desde principios de este año, con la vuelta a la normalidad, se produjo un incremento de las reservas similar a las de antes de la pandemia. De hecho, desde marzo ya empezaron a entrarnos reservas para este verano, que en las últimas semanas se ralentizaron, pero ahora se están volviendo a activar», reconoce Jon Koldo Salgado, presidente de la Asociación de Campings de La Rioja.

De hecho, es tal el nivel de llamadas y de reservas que reciben que ya están pensando en colgar el cartel de 'completo'. «Entre semana esperamos una ocupación del 80% y del 95% para los fines de semana de julio», detalla Salgado, que prevé que del 25 de julio al 15 de agosto, «la época máxima de afluencia, la ocupación suba hasta el 100%».

Unas cifras «muy optimistas» que dependerán de la meteorología. «Si el tiempo cambia, como en estas dos últimas semanas, pueden disminuir las reservas».