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Los socios homenajeados en la sede de Sherpa, situada en la calle Carnicerías. S. M. SHERPA
Los amigos riojanos del Yeti, la sociedad de montaña Sherpa
Homenaje

Los amigos riojanos del Yeti, la sociedad de montaña Sherpa

El club de montaña más antiguo de La Rioja, y con más socios, reconoce la labor de los miembros que suman más de 50 años formando parte de la sociedad

Diego Marín A.

Logroño

Lunes, 25 de marzo 2024, 07:31

La sociedad de montaña Sherpa ha homenajeado a los socios que han cumplido 50 años como miembros del club. Pablo García, Pablo López, Pedro Font, Manuel Medina, Javier Caballero y Ramón Pérez son seis montañeros que llevan medio siglo formando parte de la que es la agrupación de montaña más antigua de La Rioja y a buen seguro la que más socios tiene, alrededor de 700. Sherpa se creó en 1970 con el germen de las asociaciones parroquiales de la época y pronto se crearon secciones dentro del club para abordar ámbitos como la montaña, espeleología, esquí, ciclismo... Ya en los 80 empezaron a organizar eventos como la Subida a Valvanera, la Marcha a Hoyos de Iregua, las Jornadas de Divulgación de los Deportes de Montaña y el campamento de invierno.

Uno de los socios fundadores es Pablo López, quien con unos amigos ya recorría los montes de La Rioja desde los 60. «Entonces existía la sociedad Urbión y tras una temporada saliendo con ellos los domingos pensamos en hacer nuestro propio club, para que no nos mandaran», recuerda Pablo López. Los estatutos de Sherpa los firmaron en 1970 y poco después se creó la otra sociedad de montaña más antigua de La Rioja, Bilibio, en Haro. Era una época sin internet, sin Wikilok ni apenas libros de rutas ni marcajes. «Siempre llamabas y hablabas con la gente. Me acuerdo que una vez nos dijeron de una cueva y era un agujero que te podías desnucar si entrabas muy rápido. Y en Ezcaray nos hablaron de Pozo Negro, cuando ahora se puede llegar en coche, pero entonces nos costó dos fines de semana encontrarlo», recuerda López.

Los inicios de Sherpa eran una auténtica aventura. «Por suerte o desgracia había autobuses a todos los valles, a Tobía, Jubera, Ortigosa, Baños... y jugábamos con eso. Íbamos a la estación los domingos y unos días hacíamos montaña, otros una cueva, otros 'rappel'... Y alguna vez teníamos que correr para coger el autobús de vuelta», relata López. Su zona preferida es Belagua (Navarra). «Habían creado un refugio, nos pillaba cerquita y estaba muy bien», considera López.

Javier Caballero se hizo socio en 1974. «Cuando el grupo de amigos cumplimos 18 años nos interesamos por el mundo de la nieve, el esquí y la montaña. Buscamos una salida deportiva y elegimos Sherpa por contactos de trabajo, y allí encontramos a socios dispuestos a enseñarnos todo, desde nudos para escalar hasta esquí de fondo, travesía y alpino», describe Javier Caballero. Recuerda cómo acudían a esquiar a Piqueras cuando allí había un rudimentario remonte antes de que existiera Valdezcaray pero guarda en su memoria con especial cariño la escalada al Naranjo de Bulnes (Picos de Europa), coronar el monte Rosa (4.634 metros de altitud) de los Alpes y la más reciente ascensión al Kilimanjaro (Tanzania) en 2020.

«Lo que más me ha gustado es el esquí alpino con piel de foca, tiene el riesgo por la nieve virgen, hay que tener habilidades diferentes y te la juegas, por eso es conveniente ir en grupo», advierte Caballero. Su montaña favorita es el Santosonario, uno de los 'dosmiles' de La Rioja, porque allí colocaron un buzón de montaña en homenaje a un amigo fallecido en 1978 con 23 años, José Mari González. «Le encantaba ese monte», señala Caballero.

Laura Izquierdo es la presidenta de Sherpa, que define como «un club de gente que nos gusta la naturaleza, salir al monte y hacer actividades para disfrutar del medio ambiente». «Lo que más hacemos son salidas de domingo, sobre todo por La Rioja, Navarra y Soria», explica Laura Izquierdo. La pandemia les impidió celebrar el 50 aniversario de la sociedad. «Desde la pandemia a la gente le ha dado la importancia que tiene, antes éramos cuatro en el monte», reconoce Izquierdo. Para ella, «cualquier sitio donde haya bosque, monte, río» es bueno, pero, si tiene que elegir, señala Santosonario (2.058, en Sierra de Cebollera) porque «es importante para nosotros».

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