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Es una larga causa de eslabones que une la Bolsa de Metales de Londres con, por ejemplo, una línea telefónica que hasta hace poco tiempo daba servicio a Foncea. En principio, poco puede haber en común. Pero cada vez que los índices de cotización del ... cobre suben, significa que la demanda crece y que es necesario más material. Y, en demasiadas ocasiones, eso atrae a delincuentes que multiplican sus operaciones para aprovechar los altos precios, lucrarse y abastecer de material a un mercado negro siempre ávido.
A este momento de alza en los precios, que recuerda a los vividos en 2024 y 2021, se añade la inversión realizada por las administraciones y grandes empresas en renovación y modernización de sus líneas, que han pasado del cobre a la fibra, dejando a ese primero sin uso, pero con presencia. Y eso también ha llevado al 'lado oscuro' a algún profesional del sector y a otros que se hacen pasar por ellos para llevarse cable, pelarlo (sin el plástico que lo recubre su precio es mayor) y venderlo ilegalmente.
Solo durante 2024, la Guardia Civil ha realizado una veintena de operativos en La Rioja dirigidos contra el hurto de cobre, que se han cerrado con 40 detenidos o identificados, cifras superiores a las de otros años. Ese pulso contra estos rapiñadores de cobre promete mantenerse en 2025. Enero ha comenzado con una investigación que ha identificado a doce obreros de una empresa de telecomunicaciones y electricidad que durante su jornada laboral se dedicaban a robar cable y luego venderlo a una persona que había creado una chatarrería ilegal en la capital riojana.
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En este caso, los investigados eran vecinos de La Rioja, pero la Guardia Civil destaca la itinerancia de los grupos desmantelados. A La Rioja, en 2024, llegaron bandas especializadas que desmantelaron kilómetros y kilómetros de cable de distintos municipios, desde Torrecilla a Santo Domingo pasando por El Redal o Herramélluri. Estos se hacían pasar por temporeros pero otros, para alejarse del foco policial, se decantaban por dormir en los propios vehículos en los que transportaban su carga para ser vendida en regiones limítrofes.
El perjuicio que dejan estos robos es grande. En ocasiones, enorme, como cuando en enero del pasado año los ladrones, para llevarse un par de kilómetros de cable derribaron una veintena de postes de telefonía entre Cirueña y Santo Domingo. Si el botín que se embolsan es jugoso, los perjuicios económicos lo son todavía más. Y acarrean molestias para la población. Los cortes de línea por estos robos son casi anecdóticos porque con el desarrollo del Programa Único-Banda Ancha es la fibra óptica la que sostiene las comunicaciones, aunque en ocasiones los ladrones cortan también las conexiones en uso.
Las bandas buscan zonas poco pobladas para dar sus golpes y también instalaciones poco vigiladas, de ahí que los municipios que implantan cámaras de seguridad públicas aumente. Si hace unos años el cableado de los campos de fútbol provocó enormes daños en la región, en 2024 han sido empresarios y agricultores los más afectados. Las naves industriales atraen a estos ladrones itinerantes, pero también las infraestructuras agrícolas, como los centros de bombeo de agua.
Todo lo que sea de cobre y pueda ser vendido sin dar muchas explicaciones (o utilizando falsas identidades) sirve. Incluso los canalones de evacuación de agua, los pomos de las puertas o los caños de las fuentes, como bien saben los sufridos vecinos de Haro o Cenicero.
La movilidad de los ladrones de cobre y su querencia por lugares apartados provoca que su detección no resulte sencilla. Para combatir estos entramados criminales, desde hace una década está en marcha el 'Plan permanente de respuesta de actividades ilícitas relacionadas con el cobre', la respuesta policial en toda España a un fenómenos que en otras regiones también ha golpeado duramente a servicios básicos como el del transporte ferroviario. Este plan pone el foco en las bandas, pero también en los vehículos donde puede transportarse el material y en los centros de reciclaje que se abren a recibir material robado. En este sentido, existe un control sobre todas las operaciones que se realizan con este metal, aunque siempre haya vías alternativas e ilegales, como la chatarrería desmantelada la pasada semana en Logroño.
Postes al suelo: Dos hombres fueron detenidos después de robar casi dos kilómetros de cable, que se recuperó en un camino cercano, y de tumbar una veintena de postes de telefonía junto a la LR-204 entre Cirueña y Santo Domingo de la Calzada.
Dos grupos: En febrero, la Guardia Civil informó de la identificación de los doce componentes de dos bandas itinerantes, con sedes en Madrid y en Córdoba, que habían perpetrado diversos robos de cable de telefonía en localidades como Torrecilla en Cameros, La Villa de Ocón, El Redal, Fuenmayor, Santo Domingo o Herramélluri.
A su propia empresa: En ocasiones con solo un hombre se basta para poner en peligro la viabilidad de una empresa de Haro. En este caso, un empleado, aprovechando sus descansos, se dedicaba sistemáticamente a robar cobre y metal de su compañía para luego revenderlo. Así logró causar unas pérdidas cifradas en 180.000 euros hasta que fue detenido.
No se puede regar: El cobre también sirve para dar vida al campo. Que se lo digan a los agricultores de Calahorra y Pradejón que vieron cómo les destrozaban en abril la caseta de bombeo de La Noria para llevarse el metal y tuvieron que tirar de ingenio para regar sus campos hasta solucionar los desperfectos.
De Navarra a Alfaro: Naves agrícolas de Alfaro e Igea sufrieron notables daños por la actuación de dos delincuentes procedentes de Navarra, hasta que estos fueron detenidos.
Hasta los pomos: No fue una gran operación en cuanto a material recuperado, pero sí muy curiosa. Un hombre y una mujer fueron capturados después de causar estragos en las puertas de Haro. Literalmente se llevaban hasta los pomos. Pero también caños de fuentes, tiradores... Ambos eran multirreincidentes.
En empresas: El polígono de El Sequero es uno de los lugares calientes del robo de cobre y metales. Solo el pasado año, los agentes detuvieron a tres ladrones procedentes de Álava en sendas operaciones. En una de ellas, además, se la jugaron porque el caco se escondió en una plataforma a 21 metros de altura para tratar de huir.
Falsos obreros: La Guardia Civil detuvo en Haro a dos vecinos de Miranda que, disfrazados de obreros, saqueaban empresas, bodegas... buscando especialmente cobre, aunque no hacían ascos a otros objetos.
Operación Roncele: Venían desde Guadalajara para instalar fibra óptica, pero aprovechaban y se llevaban y vendían los cables de cobre de las zonas que visitaban. Más de 7 kilómetros de líneas cortadas por estos cuatro hombres que fueron detenidos por la Guardia Civil tras dejar sin cobertura a zonas de Agoncillo, Nalda, Albelda u Hormilleja. Solo los daños superaron los 40.000 euros.
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