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La llegada de la alta velocidad a La Rioja ha dado un nuevo y fundamental paso con la aprobación del estudio informativo del tramo Castejón-Logroño. El BOE ha publicado de forma oficial lo que el ministro Óscar Puente había avanzado, y es que el nuevo trazado del ferrocarril –preparado para una velocidad de entre 200 y 220 km/h– queda finalmente cerrado, con dos novedades a la ruta conocida: un paso inferior en Calahorra y, la principal, la construcción de doble vía en los 20 kilómetros del tramo de Alcanadre, entre Arrúbal y Pradejón.
El Boletín Oficial del Estado ha refrendado este nuevo horizonte para el ferrocarril riojano, en un momento en el que sus proyectos han vuelto a ponerse en marcha, entre ellos, el tramo Castejón-Logroño, en cuyo plan no se incluye la variante de Rincón de Soto, que tomó la delantera y ya inició sus obras hace unas semanas. El ministerio de Transportes ha puesto un punto y aparte con la aprobación del expediente de información pública y audiencia y del estudio informativo del tramo este, recogiendo las aportaciones del proyecto provisional, la evaluación ambiental del ministerio de Transición Ecológica y las alegaciones presentadas por los particulares. Todo deberá ser tenido en cuenta a partir de ahora.
Una vez se ha fijado por dónde y cómo, pueden licitarse los proyectos constructivos previos a la licitación de obras, el último de los trámites. Una de las ventajas de este tramo del corredor Cantábrico-Mediterráneo es que todo se realizará en tres lotes diferenciados, lo que permitirá que la puesta en marcha de alguno de los trazados de alta velocidad pueda realizarse antes que el resto, adelantando plazos sin esperar a una obra completa.
El segmento más complejo es el de Alcanadre por varias cuestiones. En primer lugar, porque estrena recorrido, al sur del actual y pegado a la autopista, resultando esta nueva plataforma la mayor modificación de la línea riojana, que en los otros tramos prácticamente comparte itinerario con el ya existente. Además, el ministerio ha incluído como gran novedad la construcción de una doble vía, que en primer momento no se consideró necesaria pero que finalmente se llevará a cabo. Esta solución permitirá el paso de los trenes en ambas direcciones que ofrecerá, en casos de necesidad, mayor fluidez al tránsito de pasajeros y mercancías.
En Calahorra también se han tenido en cuenta las propuestas y se eliminará el paso a nivel, construyendo una vía inferior para el tráfico a motor a motor. En la llegada a Logroño, las modificaciones son escasas, salvo en poco más de un kilómetro entre La Portalada y Recajo.
En el informe inicial, el tramoII de Alcanadre contaba con un presupuesto de 245 millones para sus 20,3 kilómetros, mientras que los de Calahorra-Rincón (24 km) y Logroño (15,1 km) eran de 165 y 104 millones respectivamente.
Los horizontes aún se atisban a lo lejos, si bien más cercanos que nunca después de la aprobación de un estudio que sustituye al de 2009. Desde aquel año, el tramo riojano había quedado relegado en los planes ferroviarios, pero ahora se pone de nuevo en marcha para permitir a los trenes, que actualmente pasan a una velocidad media de 84 km/h, superar los 200. Con ello se lograría reducir significativamente la duración de la ruta y conectar la capital riojana y Madrid en solo 2 horas y 14 minutos.
Se abren otros plazos para la alta velocidad riojana y el corredor Cantábrico-Mediterráneo. Precisamente, el secretario de Estado de Transportes afirmó en Logroño hace unos días la intención de que el próximo año se licite alguno de tres de los tramos que componen el trayecto Castejón-Logroño, estimando el inicio de esas obras en 2026.
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