El acusado, al lado de su defensa, frente al tribunal, este lunes. Sonia Tercero

Almeida: «La persona que ha hecho eso no soy yo. Se llama como yo, pero no soy yo»

El acusado por el crimen de Lardero reconoce que le tapó la boca a Álex. «Le cogí en brazos para pedir ayuda y si no, para llevarlo a urgencias», afirma

Carmen Nevot

Logroño

Lunes, 20 de marzo 2023, 12:47

Esposado, visiblemente más delgado y envejecido, Francisco Javier Almeida ha entrado este lunes en la sala número 13 de la Audiencia Provincial deLa Rioja para enfrentarse a los miembros del jurado popular que tendrán que decidir sobre su culpabilidad o no culpabilidad en el asesinato de Álex ... .

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Sin que dejara traslucir ningún tipo de sentimiento ni siquiera cuando proyectaban las imágenes del pequeño Álex con las lesiones que él mismo le habría provocado, el acusado, para sorpresa de todas las partes que esperaban que se negara a declarar, como ya lo había hecho en tres ocasiones anteriores, no dejó ninguna pregunta en el aire. «¿Desea usted declarar?», le había preguntado previamente el juez. Tras dudar unos instantes, respondió: «Contestaré a lo que pueda».

A partir de aquí comenzó un relato confuso, contradictorio y mal hilvanado. Almeida recurría constantemente a su situación de inadaptación a la sociedad por los años que ha pasado en prisión, más de 20 y la mayor parte de ellos en el penal de El Dueso, en Cantabria, pero también alegó que recordaba todo aquello como en una «nebulosa».

«La persona que ha hecho eso no soy yo. Se llama igual que yo, tiene la misma ropa que yo, pero no soy yo», así contestó Almeida al fiscal, Enrique Stern, cuando le preguntó por qué asesinó y agredió sexualmente a Álex el 28 de octubre de 2021. «Dentro de mi cabeza yo no sabía cómo actuar. Estaba aislado en mi mundo. No sabía adaptarme ni tenía capacidad de iniciativa», añadió.

«No le puedo decir lo que hice porque fue todo muy deprisa. Lo tengo como un lapsus. Recuerdo que llevaba al niño en brazos porque cuando sucedieron los hechos, lo cogí para pedir ayuda o llevarlo al hospital», apuntó Almeida, quien tampoco supo explicar por qué subió el niño a su casa en la tercera planta del número 5 de la calle Río Linares, en el barrio Entre Ríos. «¿Le invitó al piso?» Le preguntó el fiscal. «No sé qué decirle», contestó. «¿Estuvo en su dormitorio?», le requirió de nuevo Stern. «Eso es lo que dicen», respondió.

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El presunto autor del crimen de Lardero, que arrastra dos condenas anteriores, 30 años por violar a asesinar a la empleada de una inmobiliaria y 7 por abusar de una niña de 13 años, insistió en que hay cosas que no es capaz de responder. Sí reconoció que el pequeño estuvo en su dormitorio, «pero no le quité la ropa, se bajó los pantalones él solo, no le forcé, no fue con violencia», alegó, para remachar que el menor actuó «voluntariamente».

A partir de ese instante, «ya no recuerdo», aseguró. «Alex empezó a chillar. Yo le eché las manos y ya no sé lo que pasó. Lo tengo todo nublado, muy turbio. Esa nube la tengo siempre, desde que salí de prisión», relató. El procesado recurrió de nuevo a su situación de «aislamiento» desde que salió de prisión. «No sabía hacer nada, andaba como zombi, no me adaptaba, ni siquiera sabía andar si alguien no me lo ordenaba».

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Tampoco sabía Almeida, según detalló, si le apretó el cuello al pequeño, en cualquier caso, repitió en varias ocasiones: «No tenía intención de matarlo ni de agredirlo, no sé por qué».

Preguntado por si su intención cuando fue pillado 'in fraganti' en la segunda planta de su casa con el pequeño en brazos era bajar al garaje, coger el coche y deshacerse del cuerpo, Almeida lo negó. «Si yo hubiera tenido malas intenciones de deshacerme del cadáver no haría eso. Mi intención era pedir auxilio», testificó. «A mí, cuando bajé, me pusieron la pistola en la cabeza, la policía me dio patadas por todos los lados y me quitaron las llaves».

Repasamos la cronología del crimen que conmocionó e indignó a la sociedad. TVR

A preguntas de la abogada de la acusación particular, Alicia Redondo, quien también representa a la acusación popular, ejercida por la asociación Clara Campoamor, el procesado, de 55 años, se describió como un hombre solitario. «Siempre estaba en casa conmigo mismo. A veces salía a dar una vuelta, iba a trabajar. Esa era mi vida». Negó que hubiera utilizado ningún pretexto para convencer a Álex para que le acompañara a casa. «Nunca he puesto yo la excusa de mascotas, pájaros o perros», sentenció. Y respecto del 28 de octubre de 2021, aseguró que ese día «tampoco estaba yo muy bien. La soledad que sentía, empecé a beber. Ese día bebí un montón», alegó.

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En un momento del interrogatorio, Redondo preguntó a Almeida por una instancia que, una vez en prisión, a los pocos días de su detención por el asesinato de Álex, habría escrito al capellán del centro y en cuyo enunciado puso: «Soy el que ha matado al niño de Lardero». «No he reconocido en ningún momento haber matado al niño de Lardero. Que al capellán de la cárcel le pusiera que soy el hombre de Lardero, puede ser, pero no me acuerdo», respondió.

En una breve intervención, César Martínez, abogado de oficio de Almeida, trató de poner el foco en la cantidad de alcohol que, según su versión, habría ingerido ese día el procesado, a juzgar por las cinco botellas de litro de cerveza vacías que había en la cocina. «No me acuerdo de nada, pienso que será por el alcohol, no sé qué pasó», asintió el acusado, antes de concluir su interrogatorio en la primera sesión de la vista oral que comenzó pasadas las 10.30 horas.

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Nada más arrancar, el magistrado ofreció a los nueve miembros del jurado –seis hombres y tres mujeres– y a los dos suplentes –dos mujeres– una pormenorizada explicación sobre los pasos de este procedimiento, así como la agenda prevista para los próximos días hasta la lectura de las conclusiones definitivas por parte de la defensa y de las acusaciones prevista para el próximo lunes, día 27. Al día siguiente, el juez les entregará el objeto del veredicto que les servirá de guía para llegar a una conclusión de culpabilidad o no culpabilidad.

De momento, este martes continuará con el juicio con la declaración de los policías locales que intervinieron en la detención de Almeida en la segunda planta del edificio en el que residía.

Tras la explicación del presidente de la sala, cada una de las partes hizo una breve exposición a los miembros del jurado. El fiscal incidió en que Álex murió sin posibilidad de defensa alguna. «Fue asesinado. Demostraremos por los forenses psiquiatras que Almeida está perfectamente, hace lo que quiere, puede evitarlo pero no quiere, lo que ocurre es que la maldad existe». Aseguró que Almeida no es reinsertable y «está en sus manos que no vuelva a ocurrir y estoy convencido de que ustedes van a hacer justicia».

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Por su parte, la acusación particular incidió en la indefensión del menor al que Almeida asesinó de «manera infame». Antes de concluir, pidió al jurado que no se asuste por la gravedad de la pena, prisión permanente revisable, que es constitucional y está prevista para los casos de especial gravedad. «No dejen que este sujeto vuelve a destrozar más vidas», reclamó.

En último lugar, la defensa enfatizó que es abogado de oficio. «Estoy aquí por suerte, no tengo intereses espurios, no tengo intereses económicos», pero «las cosas no siempre son lo que parece, vamos a ver si como dice el fiscal la maldad existe, por eso les pido que formen parte de este jurado con orgullo y presten atención y procuren entender por qué pasan las cosas que pasan», concluyó.

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