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Llevan unos días recogiendo la blanquilla, después de cargar la pasada semana en las barquillas la william's y la barlett. El melocotón y la manzana royal ya se han ido recogiendo. Y la previsión es que la recolección de la pera conferencia, la gran protagonista de la campaña en Alfaro, comience este lunes y se vaya generalizando con el paso de los días.
Con este cálculo y la perspectiva de la llegada del grueso de trabajadores temporeros, el municipio puso en marcha este sábado su dispositivo de atención, con recursos como la entrega de alimentos y elementos de higiene personal por parte de Cáritas Parroquial y el servicio de albergue por el Ayuntamiento de Alfaro en una nave del polígono industrial El Pilar con capacidad para medio centenar de personas. Coordinadas ambas entidades, la previsión es que estén a disposición de los trabajadores hasta el 30 de septiembre, aunque con la opción de flexibilizar y ampliar las fechas en función de cómo se desarrolle la campaña.
En un contraste de imágenes, mientras cientos de personas con vestimenta y espíritu festivo esperaban el inicio del encierro de toros en el último día de las patronales alfareñas, las puertas de las instalaciones de Cáritas Parroquial de Alfaro en el antiguo colegio José Elorza se abrían sobre las 17 horas para ofrecer alimentos a los primeros temporeros en llegar.
Es la novedad de esta edición, aunque ya se comenzó a probar mediada la campaña pasada. Hasta ahora, Cáritas repartía sus alimentos en las mañanas a partir de las 10 horas. Pero detectó que muchos temporeros que estaban trabajando a esas horas no podían acceder a esta ayuda. Por ello, ya la pasada temporada, a mitad de calendario, trasladó el reparto a las tardes. Ahora, se consolida este cambio desde el principio del dispositivo de atención a los temporeros.
«Lo tomamos como una prueba para ver cómo funciona –describe Crescen García, directora de Cáritas Parroquial Alfaro–. En los últimos años, acabábamos teniendo por las mañanas muy pocos temporeros, tres, cuatro, seis recogiendo, y veíamos después a los que salían de trabajar toda la mañana buscando alimentos por otros lados. De este modo, procuramos el bien de los temporeros y llegar al mayor número posible».
El turno de voluntarios al que le correspondía esta primera jornada de dispositivo llegó a la sede de Cáritas sobre las 15 horas para cocinar. Hora y media después, los dispuestos a preparar los bocadillos para repartir. Son un equipo de 24 voluntarios encargados de cocinar, realizar la acogida, registrar las atenciones, preparar y entregar las bolsas de alimentos y atender posibles solicitudes de ropa. De sus manos surge cada bolsa que entregan con desayuno, comida y cena y un equipo de higiene personal.
La mejoría sanitaria ha permitido que el dispositivo flexibilice el protocolo establecido ante el COVID-19, pero por cuestiones higiénicas ha optado por no ofrecer el servicio de recogida de equipajes, consigna y duchas –los usuarios del albergue de temporeros las tienen a su disposición en sus instalaciones–.
Sí se mantiene del protocolo COVID el circuito de registro y recogida por el que transcurren los temporeros por el pasillo interno del antiguo colegio. Este sábado pasaron los primeros. Aunque Cáritas ha atendido en estos primeros días de agosto a unos 40 transeúntes, más que el año pasado, los agricultores advierten de que en los últimos años ya no llegan tantos temporeros como antes. La campaña empieza. Queda ver cómo marcha al generalizarse.
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José Antonio Guerrero | Madrid y Leticia Aróstegui (diseño)
Sergio Martínez | Logroño
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