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La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha situado la cuenta del Iregua en situación de alerta por la escasez de agua embalsada. Pese a que acaba de comenzar la primavera, y por tanto el déficit hídrico podría corregirse en los próximos meses, lo ... cierto es que los dos embalses de cabecera del Iregua –que abastecen de agua de boca a Logroño y a todo el entorno metropolitano– no albergan el agua que deberían para estas fechas.
En este sentido, Pajares se encuentra de hecho en el mínimo histórico para la semana doce del año natural y muy por debajo del año pasado, pero también respecto a las medias de los últimos cinco y diez años. En números, Pajares acoge a fecha del pasado jueves 13 hectómetros cúbicos, con lo que está al 38% de su llenado, cuando en la media de los últimos cinco años por estas fechas son 21 hectómetros y el 60% de ocupación.
La situación es algo mejor en el González Lacasa, en Ortigosa y El Rasillo, pero, igualmente, está claramente por debajo de los registros para estas fechas del año pasado y de las medias de los últimos cinco y diez años. En valores absolutos, el González Lacasa contenía hasta el pasado jueves 19 hectómetros cúbicos, el 58%, cuando la media de los últimos cinco años es del 80% con 27 hectómetros acumulados.
Rubén Martínez
Alcalde de El Rasillo
Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) explican que la cuenca del Iregua, además de en situación de alerta por la escasez de agua embalsada, se encuentra también en alerta por sequía: «Una situación así implica que se va a estar muy vigilante, ahora y durante toda la campaña, para garantizar el recurso y su uso acorde con la legislación».
En este sentido, la CHE anuncia que la campaña de riego comenzará en el Iregua con restricciones, aunque el consumo de agua de boca está garantizado: «Esta semana se han celebrado las juntas de explotación correspondientes a las cuencas riojanas, que están formadas por representantes de los distintos usos del agua (abastecimiento, regadío, usos industriales y otros) y serán estos usuarios los que decidirán cómo ajustarse o los cupos en función de los volúmenes de agua disponibles».
Lo cierto es que los dos embalses de la cabecera del Iregua acabaron el año exhaustos. En el caso de Pajares se llegó a un mínimo de 10 hectómetros cúbicos en la semana 50 del año pasado (mediados de diciembre) y el problema es que apenas subió un hectómetro hasta la semana 11 del presente 2023 (mediados de febrero). A partir de ahí, sí hay una recuperación, aunque muy ligera, hasta los 13 hectómetros actuales. En el caso del González Lacasa, a la semana 50 del año pasado se llegó con niveles aún más bajos (apenas 6 hectómetros cúbicos), aunque empezó a recuperar más rápido a partir de esa fecha que el de Pajares, en una línea ascendente hasta llegar a los 19 hectómetros cúbicos actuales.
Rubén Martínez, alcalde de la localidad de El Rasillo, no oculta su preocupación ante lo que pueda ocurrir esta primavera si no hay lluvias copiosas: «No estamos en las juntas de explotación, pero ya llevamos tiempo denunciando que se deja a los embalses en invierno con muy poca agua». «Ha vuelto a suceder este año, cuando en la primavera pasada estuvieron los dos pantanos al 100% y, por supuesto, nos preocupa que empecemos prácticamente el año con una situación así». Rubén Martínez asegura que El Rasillo va a acometer en breve una obra para una nueva captación de agua subterránea con el Gobierno de La Rioja: «Con esto el suministro de agua potable va a estar totalmente garantizado pero sí nos gustaría que hubiera una mayor prevención en la gestión de los embalses y no se dejaran tan al límite en invierno».
Por su parte, Rubén Esteban, director general de Calidad Ambiental y de Recursos Hídricos del Gobierno de La Rioja, confirma la preocupación también desde las instituciones: «La alerta está declarada y ahora estamos a la expectativa para ver cómo evolucionan las próximas semanas porque, en principio, debería llover pero apenas lo ha hecho en marzo». Esteban señala que el problema es puntual en la cuenca del Iregua, ya que en el Najerilla y el resto de la región la situación es de normalidad: «Ha habido un mal reparto de las lluvias y, si es necesario, habrá que dar preferencia a los usos».
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La prioridad que marca la Ley de Aguas en momentos de escasez es el caudal ecológico, el agua de boca, cuyo consumo es pequeño, y luego están los riegos y los usos industriales, así como el abastecimiento del canal imperial de Aragón, que se cede por decisión de la propia junta de explotación y a cambio de una prestación económica: «Hay que ser conscientes de que el riego se lleva alrededor del 80% del agua y, en el caso del Iregua, hay un problema desde hace muchos años y es que no tenemos un sistema eficiente».
Rubén Esteban
Director de Recursos Hídricos
El director general de Recursos Hídricos recuerda que «el riego a manta debería estar superado a estas alturas» y explica que el proyecto de modernización, de momento, es sólo un proyecto: «Esperamos que en breve se apruebe y, a partir de ahí, vendrían las licitaciones, pero todavía no está». Esteban lamenta que «llegamos en 2019 al gobierno y había mucho por hacer y mucho atrasado en materia de la gestión hídrica». «Estamos eliminando –continúa– las fugas de agua en casi todos los municipios, cuando este problema se había dejado durante décadas, y hemos dado un gran impulso a la modernización de regadíos, pero todas estas actuaciones son lentas».
La situación de reservas de las cuencas riojanas es muy diferente. Desde luego, la cruz de la moneda está en el Iregua, donde tanto el embalse de Pajares como el González Lacasa están muy por debajo de las medias de los últimos cinco y diez años, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro y del Boletín Hidrológico Peninsular. En el Najerilla, sin embargo, la situación es totalmente diferente, la otra cara de la moneda, con un embalse que está al 90% de su capacidad, con 61 hectómetros cúbicos e incluso por encima de las medias de los últimos cinco y diez años. Tampoco es mala la situación en la cuenca del Leza, donde la CHE la define como de normalidad y claramente por encima del nivel de prealerta. En el conjunto de la cuenca del Ebro, como puede verse en el mapa de la página adjunta, los problemas están en la cabecera, por el bajo nivel del embalse del Ebro, en Cantabria, en las cuencas del Iregua (La Rioja) y del Huerva (Aragón), aunque la situación más crítica, con nivel de emergencia, está en la zona más oriental de Cataluña. Ahora bien, en buena parte de la cuenca norte, en zonas de Navarra, Aragón y Cataluña, hay también un aviso de prealerta.
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