Alberto Nieto | Inspector del grupo Tedax-NRBQ

«Debemos mucho a los veteranos, que han dado prestigio a la especialidad»

Eran tiempos duros, tan duros que ser artificiero espantaba a los más valientes. «En el primer curso se abrieron 15 plazas y se inscribieron 11 agentes. Cuando les explicaron el trabajo quedaron tres. En el segundo no se cubrieron las plazas y se buscó a veinte forzosos», recuerda. Ese complicado inicio de mediados de los 70 fue dando frutos en promociones de profesionales que aprendían al ritmo que marcaba la cada vez más retorcida mente de los terroristas.

«Los Tedax, junto a los policías ingleses por el terrorismo del IRA, se convirtieron en el grupo de referencia internacional. Debemos mucho a los veteranos, que han dado prestigio a la especialidad y que sufrieron mucho, en ocasiones yéndose con una mano delante y otra detrás», rememora.

Los reconocimientos entonces no resultaban demasiado frecuentes, al contrario que los entierros o los suicidios. Ahora todo ha cambiado. Hay cantera, el grupo cuenta con numerosas mujeres en sus filas y también en sus puestos de mando, y la exigente formación les mantiene siempre a la vanguardia. «Ser Tedax es muy exigente porque si fallas, no solo tú te pones en peligro, sino que expones a los demás», incide. Por eso se requiere experiencia previa en la Policía, superar diversas pruebas y un curso de 18 meses de entrenamiento específico. Eso y una inquietud constante:«Nosotros aprendemos todos los días y siempre estamos en proceso de renovación».